Se acerca la recta final de esta nueva edición del Corral de Cervantes, este oasis de los veranos madrileños para disfrutar de grandes versiones del Siglo de Oro. Ya comentamos en anteriores reseñas que han ampliado su programación hasta el 17 de Octubre, una gran alegría en estos difíciles tiempos que vivimos. En esta ocasión nos hemos acercado a una obra de Quevedo llena de astucia y perspicacia, un fiel retrato de lo que somos los seres humanos y los malos vicios que tenemos. Dice muy poco a nuestro favor que textos como este sigan tan vigentes en esencia en nuestros días...
La de hoy ha sido una experiencia especialmente sugerente, por lo visto y por lo que nos contaba la obra. Toda una ingeniosa farsa que nos sirve de reflejo de lo que somos nosotros mismos, seres avariciosos, egoístas, llenos de esos vicios de los que habla el título. Es realmente aterrador pensar que un texto de hace tantos siglos refleje tan claramente como seguimos siendo los humanos a día de hoy. Un jarro de agua fría que nos divierte y nos golpea, que nos entretiene mientras nos saca los colores, que nos esconde la verdad para darnos un atracón final que nos deja desconcertados, por lo real y universal de las "conclusiones" de la pieza.
La compañía Morfeo Teatro nos muestra su particular versión de este portentoso texto de Francisco de Quevedo. Como dicen en su propia web, "en su filosofía está el afán de adaptar obras, tanto clásicas como contemporáneas, que asuman un sentido humanista o de crítica social". En esta línea ya nos han sorprendido con sus delirantes montajes de piezas clásicas como "El coloquio de los perros" de Cervantes, o "El Buscón" de Quevedo. Todo este universo, en el que lo clásico se enfoca en la crítica social, se puede ver claramente en "La escuela de los vicios", con un comienzo muy gentil que se va "endureciendo" conforme avanza la función, terminando con una especie de "juicio sumarísimo" a la esencia del ser humano.
Francisco Negro (director artístico de la compañía) ha sido el encargado de la dramaturgia y la dirección de esta contundente obra, que les ha traído (por lo que he podido leer) más de una polémica, con muchas críticas (y no pocas censuras). Estamos ante un montaje claramente crítico, cargado de originalidad para tratar desde la comedia muchos de los temas que más avergüenzan a la sociedad, como puede ser su ansia de poder y su obsesión por el dinero. Temas espinosos tratados con mucha acidez y mala leche, dejando al descubierto lo que somos, sin medias tintas y sin hacer rehenes de ninguna clase. Una apuesta arriesgada y valiente, cargada de dinamita para hacer saltar todo por los aires en el tramo final. Un texto brillante que el director ha sabido tratar con delicadeza, para llevarnos de la mano, entre risas y momentos musicales, hasta la cruda realidad que se nos muestra al final . Una brillante puesta en escena, que pasa de la comedia a la crítica más descarnada sin que sepamos cómo hemos llegado hasta ese punto.
Esta ingeniosa pieza se cimienta sobre los discursos políticos y las sátiras de Quevedo, una serie de textos que en su momento le dieron gran notoriedad, a la vez que suscitaban diversidad de polémicas. Su forma tan directa y explícita a la hora de hablar de corrupción de magistrados y banqueros provocó que el autor acabase con sus huesos en la cárcel en más de una ocasión. Vemos que eso de meterse con el poder ya era motivo de duras reprimendas en aquellos tiempos. Textos incisivos y directos, contundentes y abrasivos, hablando sin tapujos de "los vicios" más extendidos en las élites. Una desternillante obra que se va recrudeciendo según avanza, en una ingeniosa metamorfosis que va deshojando lo más ruin del ser humano.
La historia comienza con un peculiar maestro ceremonias, nada más y nada menos que un diablo, explicándonos a grandes rasgos en que consiste su cometido, que no es otro que demostrar hasta donde llega la estupidez/ambición de las personas. Para su "experimento" sólo necesita a dos necios que se ofrezcan a entrar en su "escuela de los vicios" en la que promete hacerles hombres poderosos. El gancho para convencerles, que por sus clases no pagan, sino que cobran. Evidentemente los necios pican el anzuelo sin más dilación. El diablo los va engatusando con las distintas titulaciones a las que pueden aspirar, cada una más apetecible para estos necios ambiciosos. Hay que reseñar lo brillante del texto en este punto, al hablar de estos niveles por los que van pasando los protagonistas para lograr sus objetivos: el bachiller es mentir, la licenciatura es engañar, el doctorado será robar y, para finalizar, la cátedra les enseñará como medrar. Brillante e ingenioso. Poca duda hay que las distintas estrategias para que superen cada nivel son tan divertidas como los logros que consiguen.
Para que todo esto encaje en un engranaje que no chirríe es necesario contar con grandes actores, como son Mayte Bona (como la astuta diablesa), Francisco Negro y Felipe Santiago (en los papeles de los necios ambiciosos). La interpretación de Bona es soberbia, llevando el peso de la obra, el ritmo, haciendo que juguemos a todo lo que nos propone. Su oscura doble moral, que vemos a lo largo de toda la obra, no deja de sorprendernos y fascinarnos, como todo malo que se precie. Su dominio de la marcha de la obra es absoluta, escondiéndonos siempre, incluso al público, su oscuro y último propósito, una última enseñanza que atraviesa la cuarta pared para golpear a todo el patio de butacas.
Por su parte, la pareja formada por Negro y Santiago funciona a la perfección, con una sincronización y compenetración absolutas. Son dos personajes muy diferentes pero que se complementan en cada una de las situaciones, cuando uno duda, el otro siempre tiene claro que deben seguir. Las muecas, gestos, coreografías y diálogos que nos regalan son geniales, cargados de comicidad y de una plasticidad fantástica. Cada uno de los dos evoluciona de una manera distinta durante la obra, desde un inicio similar, para acabar dándose de bruces contra la evidencia que les muestra el diablo.
Ya para terminar queremos recordaros los espectáculos que aún podéis disfrutar en El Corral de Cervantes, un espacio escénico y gastronómico muy recomendable. En estos días podéis disfrutar de "El Quijote" (hasta este sábado día 12) a las 19:00. En las siguientes semanas pasarán por el Corral "Peribáñez y el Comendador de Ocaña" (del 15 al 19 de Septiembre, a las 19:00), "Lazarillo de Tormes" (del 22 al 25 de Septiembre a las 19:00), "No hay burlas con el amor" (del 22 de Septiembre al 3 de Octubre a las 21:00), "Casa con dos puertas" (del 6 al 10 de Octubre a las 19:00), "Don Quijote somos todos" (del 6 al 10 de Octubre a las 21:00), "El Buscón" (del 13 al 16 de Octubre a las 21:00) "Un musical barroco"(del 13 al 17 de Octubre a las 19:00). Los Lunes de podrá seguir disfrutando de "Entremeses" (19:00) y "La discreta enamorada" (21:00). Por último los Domingos son para los finalistas del concurso ArganzuelOROS "La serrana de la Vera" el día 13 a las 19:00, "Precioxxa" y "Caer para levantar" ambos el 20 a las 19:00 y 21:00 respectivamente. Los días 27 de Septiembre y 4 de Octubre se podrá ver "Gangarilla. El día del acabose" a las 19:00.
Dirección: Paseo de la Chopera s/n, frente al Palacio de Cristal.
Fechas: Del 1 al 19 de Septiembre. De Martes a Viernes 21:00.
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