No es perder el tiempo cuando se dedica a leer poesía y digo leer porque es lo que hemos hecho esta noche. Leer e interpretar en el sentido más noble de la palabra...Un repaso excelente a algunas de las joyas de nuestra lírica de los siglos XVI y XVII, sobre todo, con un guiño a Miguel Hernández también. Y con el amor como música de fondo e hilo conductor, ya sea un amor humano o divino, místico o pícaro, filial o carnal. Lo contrario de la muerte no es la vida...es el Amor, parece que se nos ha estado diciendo todo el rato. El amor y el desamor como argumento cotidiano.
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