Rafa Castejón nos recibe en el Teatro de la Comedia, resuelto, desenfadado con un prólogo sustantivo. Nos posiciona, nos sitúa en un contexto concreto. Destacando matices y aciertos de Francisco Arderius, un hombre que según rezan las crónicas extraemos que tenía que ser un hombre del todo astuto y hábil para los negocios.