La inabarcable Guerra Civil, esa de la que se dice que ha dejado muchas heridas sin cerrar, muchas cunetas llenas de muertos, demasiadas fosas sin abrir. Esa misma de la que se ha dicho que no se paraban de hacer películas o escribir novelas. Y ahora resulta que las nuevas generaciones no tienen demasiado claro lo que ocurrió. Sin intención de mirar hacia atrás, con la mirada solo puesta en el futuro, los jóvenes del Siglo XXI desconocen en su mayoría lo que ocurrió en este país, esa contienda que enfrentó a familias, que dejó pueblos partidos a la mitad, que marcó la historia de nuestro país. Es hora de que los jóvenes desempolven los recuerdos de los abuelos y reconstruyan el pasado.
Teatro: Praga 1941 (jóvenes rubios no paran de gritar frente a mi casa)
Un hecho dramático desemboca en una búsqueda en el pasado, para recuperar la memoria de todo un pueblo. El navegar por el diario de un niño nos pone frente al horror de uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de esta Europa que se vuelve a tambalear ante nuestros ojos. La ingenuidad de la niñez, la inocencia ante el horror, mientras intenta seguir como si no pasase nada, aunque marcado para siempre con esa estrella amarilla colgada del pecho.
Teatro: Katana. Teatro Bellas Artes.
Corrían los inicios de este siglo cuando un hecho escandalizó por su crudeza a todo el país. Un hecho que por insólito puso nuestro mundo patas arriba. Un joven con una katana había asesinado a toda su familia. El escalofriante titular nos golpeó con fuerza y este montaje recrea los hechos desde la perspectiva que da el paso de los años. El intentar profundizar en este tipo de hechos, el adentrarse en la mente del asesino, el acercarse demasiado, puede tener consecuencias terribles.