Teatro: El libro de Sicilia. Teatro María Guerrero

En estos tiempos oscuros en los que la Tierra nos sigue dando avisos de que está a punto de colapsar. En estos días en los que miramos con horror y estupor lo que ocurre en la Palma con la erupción del volcán. Es el momento de acercarnos a "El libro de Sicilia", una interesante reflexión sobre los daños colaterales que deja tras de si una catástrofe natural. Un impactante relato sobre la pérdida de identidad de un lugar, sobre el vacío que deja en el ser humano la usurpación del territorio, sobre la lucha de un pueblo por mantener viva la llama de su esencia.



Teatro: Los pazos de Ulloa. Teatro Fernán-Gómez

 

Entramos en el Centro Cultural Fernán Gómez y nos topamos con la exposición “Madrid en Emilia Pardo Bazan” de la que podremos disfrutar del  8 de octubre al 7 de noviembre, preciosos vestidos de época que nos sitúan en un contexto, hasta el momento del todo superficial. No sabemos, lo que hay detrás de tanta belleza, detrás de puntillas en los modales de las señoritas de ciudad y los sencillos trajes de labriegas. Aún todo estaba por ver.

Edu Galán ha sido el encargado de dar forma a una adaptación del todo inteligente, acercando el texto al público, la esencia es la misma sin duda, pero ha actualizado la obra, haciéndonos cómplices de los andares de Julián, en una retrospección, en el que Don Julián, un curilla remilgado y asustadizo nos cuenta como hace años fue enviado a los Pazos en aras de llevar, la contabilidad de la casa,  la caridad y el amor al prójimo a un mundo rural embrutecido y salvaje lejano a los usos y formas de la ciudad. De este modo, Galán transmite mas si cabe, la figura del antihéroe, en su destino incierto. Allí se encontrará con Pedro Moscoso el Marques de Ulloa, Primitivo el tirano y salvaje capataz, a Sabela la criada e hija de Primitivo y a Perucho, el hijo de cinco años de Sabela y el propio Marques, un chiquillo al que sentiremos muy cerca a través de Julián. Nadie defiende a Sabela, nadie defiende a Perucho. Nadie, defiende nunca al mas débil.

Teatro: Desde aquí veo sucia la plaza. Naves del Español.

Una tradición tan surrealista como la de tirar una cabra desde un campanario, se merecía un montaje tan esperpéntico y original como "Desde aquí veo sucia la plaza". Un hilarante espectáculo que no deja de sorprender desde su hilarante comienzo a su sorprendente final, con una ingeniosa secuencia de escenas que no dejan de provocar las carcajadas y aplausos del público. Una bendita locura que nos muestra desde un prisma muy peculiar uno de los hechos más casposos y vergonzantes de nuestras fiestas tradicionales. Porque la visión que esta trilogía nos da sobre nosotros mismos es delirante, abrumadora, torrencial.


Teatro: Las piscinas de la Barceloneta. Sala Mirador

En los años oscuros de finales de los setenta, todo el país deseaba despertar de la pesadilla de la dictadura. El miedo agarrotaba, la violencia policial atemorizaba, pero en aquel año 1977 hubo un oasis en el que todo podía ocurrir. En aquellas "Piscinas de la Barceloneta" en mundo se coloreaba, fuera los grises, para dar paso a la mayor explosión de verdad y visibilidad de aquel país teñido por el NO-DO. Un espacio en el que todo podía ocurrir, en el que nadie juzgaba ni preguntaba lo que eras, sólo se dejaba llevar y se lanzaba a esa piscina de agua salada en el que todo era posible. Sumergirse en ese lugar era dar un salto a la vanguardia, pero también al exceso. Aquella piscina era todo lo que había deseado la ciudad durante casi cuarenta años y ahora quería recuperarlo todo en un solo verano.

 

Contarlo para no olvidar en Teatro del Barrio

En las próximas líneas vamos a hablarles de algo mas que un proyecto, intentaremos hacerlo desde el antiteatro y desde la mirada de aquel que mira a aquellas valientes que pusieron en peligro su vida por dos motivos, por la inquietud del saber preciso, del saber constante como forma de ser y vida y por la necesidad de contarle al resto, lo que ocurre más allá de lo que abarcan nuestros brazos.

Aquellas que crecimos con el Pequeño País en la mano, empezamos a leer a Maruja Torres a la vez que íbamos soltando el pequeño semanal, para leer el diario. Con mis primeros ahorros compré “Un calor tan cercano” de la misma autora. Sentíamos que podríamos opinar, tener juicio sobre lo que nos duele en el mundo, tener una información cercana y certera de lo que ocurría en lugares lejanos a nuestro barrio y en los que nunca podríamos estar pero que a menudo sentiamos tan cerca. Los olores, los amaneceres en Beirut, de su mano conocimos como se estrechaba el periodismo para dar paso al mercantilismo editorial, medios de comunicación en manos de intereses aciagos que nada tenían que ver con contar al lector lo que realmente siempre le importó.

Este proyecto nace del libro del mismo nombre, de la editorial 5W, en el que se recogen las conversaciones que hace unos años mantuvieron las periodistas y corresponsales de guerra Maruja Torres y Mónica García Prieto, en el que hablan de periodismo, de los conflictos vividos, de los golpes recibidos por la vida, de feminismo o de la actualidad política. Una unión perfecta de vivencias sin estridencias, ni protagonismos. A sabiendas, que lo importante es la noticia y no quien la da. Mujeres transmisoras de algo mas que información, de sentimientos y la vida de aquellas personas que sufren en zonas de conflicto.

 

Dos reporteras de diferentes generaciones que desde sus propias vivencias nos cuentan de manera sosegada pero firme una realidad que no nos es tan lejana, la historia de los conflictos bélicos internacionales y de cómo el mundo ha ido cambiando.

Miguel Rellán es el encargado de adaptar y dar forma a largas conversaciones y convertirlas en una pieza teatral peculiar, una pieza en la que no existe conflicto, aunque suene del todo paradójico, todo el conflicto existente está fuera de escena. La obra es mas bien una composición, un collage perfecto donde todo encaja, dando protagonismo y valor a la palabra, o más bien a la verdad que se esgrime de las dos actrices que se ponen en la piel de las reporteras. Rellán dirige esta puesta en escena junto a Aintzane Garreta en un trabajo sin artificios, se acompañan de Amparo Pamplona en el papel de Maruja Torres y de Isabel Serrano en la piel de Mónica G. Prieto.

Verosímiles en escena, como las propias reporteras, verdad llena de incertidumbres, anhelos, pero también hilo conductor de la esperanza no perdida. Pareciera como si un poco de las periodistas también fuese causa propia de las actrices, sin haber tenido vidas paralelas. No hablamos del trabajo bien hecho, ni que decir tiene el oficio y la técnica teatral de estas dos grandes actrices. Es algo que va más allá, la escucha, el interés por lo contado y lo aprendido a lo largo del proceso de creación.

Amparo Pamplona con argumento firme y leve sarcasmo que no interfiere en la gran historia, en un texto que condensa emociones, sensaciones y que nos lleva de la mano a lugares que en ocasiones sobrecogen junto a su compañera Isabel Serrano, enérgica, vital, mostrando el respeto existente entre las dos, con ella conoceremos vivencias personales y profesionales siempre al filo, siempre en primera línea.   

Dos colegas, dos profesionales que se miran con humildad, que aprenden la una de la otra, que se escuchan siempre con la capacidad incansable de aprender del otro.  Una complicidad que llega al espectador, le seduce y le lleva de la mano al barrio de El Raval a Beirut a Chile y a aquellas redacciones que destilan un machismo hierático.

No asistiremos a un debate, tampoco una discusión. Una conversación, ¿recuerdan que era aquello? Dos personas que se miran, se escuchan sin imponer ideas, y más aún respetan los silencios.

Seremos cómplices de vivencias y visiones sobre la historia en los últimos tiempos, desde Chiapas a Fidel Castro o la caída del muro de Berlín. De sus contradicciones, del horror y la desolación, de los golpes que les ha ido dando la vida sin perder el amor por su oficio, ni el ansia por transitar la vida, vívidas, buscando esa libertad que parece nunca llegar.

Su visión de los continuos conflictos en el mundo árabe, con referencias a Palestina, Siria o Irak, deja bien a las claras los intereses que se mueven en las intervenciones en estos territorios, en su mayoría más políticos que humanitarios. Presentan el desamparo de la comunidad internacional ante los conflictos humanitarios de un modo desolador. Si bien, su mirada llama a continuar la lucha, a no rendirse. Una sociedad en paroximo a la que interpelan, una sociedad lúcida a poco que se nos trate como personas adultas.

Mujeres fuertes que hablan de la sociedad y las dificultades en su oficio, de la desinformación y no se cortan en contar el azote que ha sufrido la prensa en el último tiempo por intereses que poco tienen que ver con el de informar. Empezaron a decidir por el lector, y comenzaron a tratarnos como niños entendiendo que los artículos debían ser a lo “fast food”, cuanto mas sensacionalista, amarillista mejor. La precariedad, las investigaciones cada vez con más recortes. Huelga decir en lo que ha devenido. En que con 150 caracteres una persona se sienta informante e informada y como sigan recortando lo próximo será el silencio.

Surge una reflexión en la evidencia general, hay una generación de periodistas que ha crecido con esta forma de hacer, el insulto, la provocación, las noticias falsas, la editorial pretenciosa. Una suerte de todólogos que escriben, pero que están lejos de ser periodistas. Por suerte aún quedan algunos referentes, para una nueva generación. Ojala, porque si no, lo próximo, el silencio.

Mónica Boromello encargada de escenografía y vestuario, se apoya en una escenografía en muy pocos elementos, una mesa y cuatro sillas donde conversan las actrices serán los únicos elementos.  Decantándose en este caso por dar protagonismo a música e iluminación trabajo de David Vicente. Composición musical obra de Germán Ponte y Linnea Weiss. Dentro de las piezas musicales, el violonchelo corre a cargo de Linnea Weiss y la guitarra de Pablo Chávarri.


Parece que el mundo ha ido a peor, pero tendrán que seguir contándolo.

¿Para que sirve lo que hacemos?  Yo respondo, lo mucho que vale. Con el hecho de que se mueva una sola conciencia, que para alguien no sean suficientes 150 caracteres y que al pueblo le duela lo que pasa en el mundo, siguen siendo necesarias periodistas con coraje como ellas.

Determinantemente recomendable.

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Contarlo para no olvidar.

Teatro: Teatro del Barrio.

Dirección: Calle Zurita,20

Fechas: Del 30 de septiembre a 24 de octubre

Entradas: 12€  Web de Teatro del Barrio


Lo que no te puedes perder en el mes de Octubre: El regreso de los musicales y dos grandes trilogías.

 Llega el mes de Octubre, el primero en el que lo teatros podrán volver a llenarse, por el fin de las restricciones en los aforos. En este mes se nos agolpan los eventos teatrales, con la reposición de dos interesantes trilogías, la vuelta de los grandes musicales, o la nueva edición de festivales ya asentados como el Surge Madrid o el incipiente Visibles, que llega a su sexta edición. Grandes autores, montajes con actores de lo más televisivos, y alguno al que no llegaremos porque agotó entradas ya en verano. Pasen y vean, estas son nuestras propuestas para el mes que comienza.



Teatro: Antonio y Cleopatra. Teatro de la Comedia.

Estamos ante uno de los montajes que al comenzar la temporada todo el mundo subraya como imprescindible. Una historia de amor y lucha de poder, de egos que ciegan, de amores que matan. El prodigioso texto de William Shakespeare retrata los instintos más primarios de los seres humanos, y nos muestra a unos personajes que fácilmente podrían habitar en nuestros días. Es lo que tienen los clásicos, que saben ahondar de tal manera en la esencia de lo que somos que consiguen perdurar en el tiempo y que sus historias sean atemporales.



Teatro: Cada átomo de mi cuerpo es un vibroscopio. Teatro Abadía

Vivir en la oscuridad, no conocer el mundo que habitas, depender siempre de alguien que te va enseñando lo que hay al otro lado de tu piel, de tus poros, eso que no puedes ver ni escuchar pero que puedes sentir. Este imponente e impactante montaje nos pone en esa tesitura, en la de descubrir el mundo a través de los ojos de otro, sólo con la intuición y la valentía de una confianza absoluta en la persona que nos acompaña. El texto destila filosofía, trascendencia, intimidad, verdad. La obra se compone de piezas estremecedoras, otras reflexivas, para formar un resultado primoroso.


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