CAMINANDO CON ANTONIO MACHADO

Hay ocasiones en las que uno no sabe cómo empezar, se siente tan pequeñito ante lo vivido que uno no sabe. Se siente tan ignorante ante lo mostrado que tampoco sabe. Se siente tan maravillado ante lo visto que da cierto reparo escribir unas líneas ante algo tan grandioso, ante algo tan magnífico que siente pudor, mezquindad incluso… Con todo mi respeto y mi admiración, aquí van unos párrafos que intentarán reflejar los sesenta minutos de pasión, de amor a una profesión, de conocimiento, de técnica, de destreza, de amor. Sí, lo vivido anoche en el Fernán Gómez es un acto de amor, a nuestro pasado, al teatro, a la propia vida. Un precioso acto de amor. Abrumado ante el maestro, grande entre los grandes. Don Antonio. Don José




Antes el futuro tamizado con el ayer. Recomendaciones de otro grande. Don Fernando y los dichosos aparatitos móviles que afortunadamente anoche la dichosa inteligencia artificial fue capaz de controlar. “El teatro sin telefonitos. El mundo seguirá esperando fuera. Ahora toca soñar”.


Y de repente, el silencio, la oscuridad, la espera. Una silla, un bastón, un sombrero, un abrigo y una bufanda. No hace falta más. El azul da la bienvenida a Don José. A sus décadas de experiencia, de amor, de pasión, de tablas… Y ya no es Don José, ahora es Don Antonio. Viajamos a las francias, al Colliure del 39, en plena guerra, en el exilio, huido, triste, cansado. Azul del mar en la retina. Azul de la no esperanza, de la pluma que lucha, sin escucha, con dolor, mucho dolor en Don Antonio. Sin Leonor, sin Guiomar… y todo fue por un pedazo de papel de los tres que se encontraron en el gabán del poeta poco después de su muerte en ese fatídico año. En uno de ellos, el verso alejandrino que decía “estos días azules y este sol de la infancia…” Así comenzó todo. 




¿Y esto? Pregunta el poeta a Aurora. “¿Nos vamos don Antonio? Al mar, llévame al mar”. Inicio de este viaje de vuelta a la infancia de Antonio Machado. Así vamos repasando su vida, entre verso y verso, nota a nota, chelo a chelo, letra a letra, mirada a mirada, y silencio a silencio. Y aparece el mar, los caminos, la Sevilla de la niñez en ese patio donde madura el limonero, esa España de luto, de carnaval, de siesta, de miserias y odios que bañan el alma, de los campos castellanos, de los amores pasados y vividos, del poder de las palabras… 




Aurora, donde me llevas amiga?”. Aurora Martínez Piqué acompaña este viaje rasgando el violonchelo, rasgando el aire que ya se va tejiendo, que ya se va llenando de poesía, de mensaje, de cariño, de cortejo musical con notas que aterciopelan las palabras. Para soñar que soñamos, para sentir que sentimos. Para pasear por estos campos castellanos, por esos trigales que en el verano se encienden de oro, de esos amarillos de la tierra mía. El arco sigue rasgando los caminos, acompañados de muerte y dolor, de luz y esperanza. De primaveras que retornan una y otra vez. También de inviernos. “Te quiero para olvidarte, para quererte te olvido”. 


Privilegiados y afortunados, por escuchar al poeta, al maestro, al actor, al personaje, a la persona. Hay mucho de la persona en las tablas. Hay mucho del ayer, del pasado que no se pudo cambiar. Del presente que embriaga. Del futuro que deberíamos dulcificar. El privilegio de escuchar, de sentir a José Sacristán encima de un escenario, de emocionarnos en sus gestos, en sus pausas, en su voz, en sus miradas. Lo maravilloso de ir declamando con él cual marioneta infantil que nos evoca tantas y tantas cosas. El empeñecimiento vuelve, se palpa ante tanta bondad, ante tanta maestría. Sabiduría de generaciones en la profundidad de su alma porque nunca nunca “acabamos de aprender a mirar”. Sobran las palabras agónicas para reflejar el recorrido. Deben experimentarlo. El círculo se va cerrando sin vuelta atrás. El viaje se va acabando, la vida de Don Antonio ante nuestros sentidos, conociendo más al poeta, a la persona. Duelo de personas sin sables, plumas y miradas. Versos y voz. 


Tan solo cabe estar agradecido y dar de nuevo las gracias por este montaje que va mucho más allá del teatro, que va más allá de las personas. Gracias por seguir haciéndonos sentir, por hacernos soñar con la única responsabilidad de estar con los cinco sentidos en escena. Sigan este camino, allá donde eche a andar. Y recuerden, en palabras del maestro, nunca olviden la decencia.
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TeatroTeatro Fernán-GómezSala Guirau.
Dirección: Plaza de Colón 4.
FechasDel 26 al 29 de Junio. De Martes a Sábado a las 20:00. Domingo a las 19:00.
Duración: 60 minutos aproximadamente.
EntradasDesde 14€ en Teatro Fernán-GómezPrograma de mano.


FICHA ARTÍSTICA

Dramatización de poemas.  Dramaturgia, dirección e interpretación: José Sacristán
Selección musical e intérprete: Aurora Martínez Piqué (violonchelo) D. PopperM. GabusD. OrtizD.GabrielliA. MinkyA. EscámezJ. S. BachK. PendereckyD.KabalewskiA.Vivaldi, canciones populares españolas.

Dramaturgia y dirección: José Sacristán
Chelista y Selección musical: Aurora Martínez Piqué
Repertorio musical: D. Popper, M. Gabus, D. Ortiz, D.Gabrielli, A. Minky, A. Escámez, J. S. Bach, K. Penderecky, D.Kabalewski, A.Vivaldi y canciones populares españolas