Teatro: Viejos tiempos. Teatro de la Abadía (Sala Jose Luis Alonso).

El Teatro de La Abadía nos ofrece la posibilidad de disfrutar de Viejos Tiempos, uno de los montajes del dramaturgo británico Harold Pinter galardonado con el premio nobel de literatura. El texto ha sido adaptado por Pablo Remón y dirigido por Beatriz Arguello.




 

Kate y Deeley son una pareja que nos reciben en el salón de su acogedor hogar. Estamos en una casa ubicada en un tranquilo paraje con vistas al mar. Ambos charlan mientras esperan la llegada de Anne una antigua amiga de Kate, mejor dicho "la única amiga que ha tenido".

En unos momentos ambas mujeres se reencontrarán después de más de veinte años. Mientras esperan, Deeley le pregunta a su mujer por ella, según se va desarrollando la conversación el marido se va sorprendiendo cada vez más. En un principio creía que era un “amiga” sin más pero se entera que hace algo más de veinte años fueron compañeras de piso en Londres cuando ambas eran estudiantes.

Si vida en la capital era muy intensa, trabajaban, iban a bailar, salían de fiestas, iban a espectáculos y exposiciones…..



La visión de Deeley sobre esa amistad se va volviendo más turbadora y hace que tenga una visión que hace aflorar sus más bajos instintos.

Sus vidas después de todos estos años han cambiado mucho, Anne vive en Sicilia con su marido y Kate se ha mudado con Deeley a una casa en un pequeño pueblo
Anne se refiere a esa vida en común de un modo un tanto ambiguo, como “algo más que una amistad”. Todo eso provoca sentimientos contradictorios en Deeley. Por un lado es como si esa parte digamos oscura en la vida de su mujer le provocara excitación y por otro lado cierta incomodidad. Una incomodidad que se ve acrecentada según Anne va entrando cada vez más en profundidad en la relación con Kate.




La conversación entre los tres se ve salpicada con indirectas, dobles sentidos y comentarios que vuelan como cuchillos. Cada uno de ellos a pesar de sus enorme diferencias se ve atrapado en el circulo vicioso provocado por las palabras de los otros.

Sin duda quien más a gusto se encuentra es Anne, que parece disfrutar provocando a Deeley con insinuaciones sobre la relación que tenía con Kate, quien permanece ajena a todo eso; hasta el punto de dejarles a solas en el salón y ausentarse para tomar un baño.



Pero la historia lejos de simplificarse se complica cuando se sugiere que Deeley y Anne no se acaban de conocer, sino que se conocieron hace años en un bar al que ambos solían ir. La tensión entre ellos va en aumento y viene a dar un nuevo giro de guión en la historia.

La historia se convierte así en un torbellino de pasiones y deseos entre los tres protagonistas.

Pero como suele suceder en toda historia ya sea a dos o tres bandas, cada uno tiene su visión de lo acontecido, una visión muy diferente en función de quien la cuenta. La visión subjetiva de cada uno de ellos intenta imponerse a la de los demás, lo que provoca que tengamos que sacar nuestras propias conclusiones.



Deeley se debate entre dos mujeres muy distintas, por un lado Kate que ha cambiado una vida marcada por el interés por el arte y la cultura para retirarse a una vida apacible pero marcada por el tedio y la monotonía y por otro Anne que se ha ido a vivir a Sicilia con un marido rico que le ofrece un nivel de vida muy elevado.

La obra contiene las notas características de la obra de Pinter diálogos impredecibles, teatro del absurdo, repetición de ciertas palabras o expresiones, espacios cerrados, lenguaje coloquial y personajes en constante lucha con los demás o consigo mismo.




Si leemos el resumen de la obra nos da la impresión que estamos ante una historia sencilla que se va volviendo más compleja según los diálogos se van sucediendo y aumentando de intensidad. A ello también contribuyen los saltos en el tiempo desde el momento actual a cuando Anne y Kate vivían juntas en Londres.
 

Impecable el trabajo de Carolina González con una escenografía que nos presenta la idílica donde viven Kate y Deeley. Unos enormes ventanales nos dan idea del paradisiaco entorno donde se desarrolla la acción. Con un mobiliario moderno compuesto por un par de butacas y una especie de sofá, un par de taburetes altos y un mueble bar que nos ayuda a sumergirnos en la apasionante historia de este intenso triángulo. Notable la iluminación de Paloma Parra, especialmente destacable en la penumbra que se forma para el baño que se da Kate. Muy cuidado el trabajo de Rosa García Andújar con el vestuario y cabe destacar también el espacio sonoro creado por Mariano Marín.



La adaptación del texto original de Harold Pinter ha sido llevada a cabo por uno de los mejores dramaturgos de la actual escena teatral Pablo Remón.

Beatriz Arguello actriz y directora es la responsable de la notable dirección. Respecto a la obra de Pinter indica que  “Viejos tiempos es enigmático, misterioso, maravilloso. Pinter adora la complejidad y este texto resonó en mí de una manera particular. No simplifica o esquematiza al individuo. A través de sus personajes, vemos que todo depende de la perspectiva con la que queremos o podemos enfrentarnos a la realidad o a nuestro propio pasado. Pinter habla en esta función de la posibilidad perdida de ser felices.”





Y continúa señalando "Pinter disecciona en este magnífico texto a tres personas complejas que luchan por encontrar espacios comunes en los que reconstruir un pasado borroso e inarticulado donde las palabras no tienden puentes, sino que levantan muros apenas comunicables llenos de ferocidad y violencia. Tres transeúntes del tiempo, tres soledades que guarda cada una un secreto. Quizá sea el mismo en los tres, quizá el misterio del tiempo no solo les envuelva a ellos mientras los observamos desde el patio de butacas…"

El elenco lo forman Ernesto Alterio, Marta Belenguer y Mélida Molina. Marta Belenguer da vida a la seductora e intrigante Kate, que da muestra de su enorme versatilidad en función de cuando se “enfrenta” a Anne o cuando coquetea con el marido de ésta.



Mélida Molina magnífica como Anne, sublimes sus silencios, su estar como ausente cuando el trío se encuentra en escena, como si la historia no fuera con ella. En cuanto a Ernesto Alterio he de reconocer que es uno de mis actores favoritos (tanto de cine como de teatro) por lo que todo lo que pueda decir podría considerarse que está condicionado, pero con independencia de ello he de señalar que no se me ocurre un mejor actor para dar vida a Deeley. El diálogo inicial con Anne su mujer cuando empieza a preguntarle a ésta por Kate es simplemente magnífico. Me gustaron mucho también los diálogos que mantiene a solas con Kate, con una alternancia entre los momentos de seducción mutua y de desconfianza.

En definitiva una obra muy recomendable tanto para conocer un poco más al autor como para disfrutar tanto del montaje como del magnífico trabajo del trío protagonista.


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TeatroTeatro AbadíaSala José Luis Alonso.
Dirección: Calle Fernández de los Ríos 42.
FechasDel 13 de Marzo al 13 de Abril. De Martes a Sábado a las 20:00. Domingos a las 19:30.
Encuentro con el públicoJueves 3 de Abril
EntradasDesde 18€ en TeatroAbadiaDossier.


Ficha artística y técnica 

Texto: Harold Pinter.
Traducción y versión: Pablo Remón.
Dirección: Beatriz Argüello.
Reparto: Ernesto Alterio, Marta Belenguer, Mélida Molina.
Escenografía: Carolina González.
Iluminación: Paloma Parra.
Vestuario: Rosa García Andújar.
Espacio sonoro y música: Mariano Marín.
Coreografía: Óscar Martínez Gil.
Ayte de dirección: Valle del Saz.
Producción ejecutiva: Chusa Martín.
Ayte. de producción: Elena Prados.
Diseño de cartel y fotografía: Maria LaCartelera.
Fotografía de escena: Javier Mantrana.
Fotografía Teatro Abadía: Dominik Valvo.