Teatro; La Golondrina. Teatro Infanta Isabel

La vida tras sufrir de manera cercana un atentado, debe darte un vuelco que cada persona hace frente como puede. Algo tan irracional como el asesinato de personas inocentes sin un motivo aparente hace que toda la gente que sobrevive (como víctima, como familiar, como ambas cosas...). El dolor, la culpa, la responsabilidad, la incomprensión hacia un hecho de esa índole, todo va minando cada uno, teniendo que reconstruir su vida con miles de dudas y cicatrices que nunca se podrán cerrar del todo.





Al entrar en la sala nos vemos ante un elegante apartamento presidido por un piano, elemento que servirá de excusa (las clases de canto) y de hilo conductor de la obra. Los momentos "musicales" de la obra están especialmente situados en momentos clave, para dejarnos recapacitar tras un momento de tensión, para rebajar el ritmo tras una discusión, para tomar conciencia de lo doloroso que está siendo todo esto para cada uno de los personajes, que necesitan mantener su verdad a toda costa (sobre todo la madre, que se niega a ver la realidad). 



La Zona ha sido la encargada de llevar a cabo esta emotiva historia, en la que poco a poco cada uno de los personajes se van desnudando ante nosotros, desprendiéndose de las dolorosas cargas que no les dejan avanzar. La productora de éxitos como "La piedra oscura", "Deseo", "La valentía", "Cáscaras vacías" o "Una vida americana", es garantía de éxito, con apuestas siempre muy sólidas, desde el elenco (Carmen Maura y Félix Gómez), al autor (Guillem Clua), del director (Josep María Mestres) al diseñador de la escenografía (Alessio Meloni). Un montaje contundente, elegante, sobrecogedor, que nos mantiene en vilo con su continuo "in crescendo", que nos agarra el corazón para no soltárnoslo, incluso después de salir del teatro.


Josep María Mestres (director) y Guillem Clua (autor) nos llevan por caminos oscuros del alma, pero de una forma aparentemente inocua, todo con una pátina de historia íntegra, en la que todo tiene que pasar de una manera, en la que no hay lugar a posibles atajos ni rodeos para evitar los momentos dolorosos. Un montaje que nos hace reflexionar sobre el odio, el dolor, la aceptación, la  culpa, o las diversas formas que tenemos de asumir la muerte inesperada de un ser querido, y como actuamos en consecuencia. La capacidad de sufrir y dejarse ayudar por las personas cercanas, el hacer frente a la realidad, aunque no nos guste, y plantarle cara. Una historia que rebosa sentimientos, dolor y amor en cada escena

El gran Josep María Mestres dirige con elegancia y cordura un texto que transita lugares muy difíciles de tratar, y el director los representa de forma directa e inteligente. El veterano director, con más de sesenta montajes a sus espaldas, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Barcelona, pero en Madrid ha representado obras como "Los Gondra", "Purgatorio" o "Algo más inesperado que la muerte". Aquí nos presenta un duelo entre el miedo y la lealtad, entre la negativa constante y la verdad más dolorosa, la lucha entre dos personajes antagónicos condenados a entenderse para poder seguir con sus vidas.



Guillem Clua se ha convertido en uno de los autores más seguidos de nuestra escena, por la solvencia y verdad que desprenden todos sus trabajos. Licenciado en periodismo, el dramaturgo no duda en escoger temas de actualidad para sus proyectos, temas polémicos, dramas épicos o revisiones a periodos de la historia reciente que le interesan. Así ha creado verdaderas joyas como "Barro" e "Invasión" (ambas para La Joven Compañía, con la que trabaja de forma habitual), "La piel en llamas", "Marburg" o "El sabor de las cenizas". Este trabajo es un nuevo ejemplo de teatro comprometido, actual, que indaga sobre uno de los horrores de nuestra época, como es el terrorismo. 

"¿Qué es lo que nos hace humanos? De todas las cosas que somos y hacemos ¿Qué crees que es aquello que realmente define nuestra humanidad? Para Amelia, una madre herida en lo más profundo de su alma, la respuesta está en el dolor. Lo que realmente nos hace humanos es la capacidad de sentir como propio el dolor de los demás. Eso es lo que nos diferencia de las bestias" Esta reflexión de la mujer que ha perdido a su hijo es una de las ideas que sobrevuelan todo el texto. Las distintas actitudes ante una barbarie como es un atentado, en el que mueren inocentes sin ningún motivo. Clua cuenta que "La Golondrina habla de todos esos lugares (Las Ramblas, la sala Bataclán, el paseo marítimo de Niza, el bar Pulse de Orlando) y trata de comprender el sinsentido del horror, las consecuencias del odio y las estrategias que utilizamos para que no nos destruyan el alma".



La obra se inspira en el ataque terrorista al bar Pulse de Orlando, bar reconocido por su clientela gay (por lo que se convirtió en el primer atentado de este tipo contra el colectivo LGTBI), en Junio de 2016, en el que murieron 49 personas. La obra nos narra el encuentro de Amelia y Ramón, dos personas que aparentemente no tienen nada en común pero que poco a poco irán descubriendo todo lo que les une. Ella es una severa profesora de canto, y él acude a su casa para recibir clases, ya que quiere cantar en el memorial de su madre, fallecida recientemente. La canción elegida para la ocasión resulta ser el punto de partida hacia un viaje sin retorno, en el que los dos acabarán sabiéndolo todo del otro, descubriendo que su dolor está más cerca de lo que imaginan. 



"Cuando Amelia y Ramón se conocen, tienen dos caminos ante sí: pueden elegir odiarse o caminar juntos. Los dos tienen motivos para hacerse aún más daño del que han sufrido o reconocerse en el dolor del otro para no permitir que las bestias ganen. De algún modo son como todos nosotros, porque ante un ataque indiscriminado todos somos víctimas, estuviéramos o no allí, y todos nos enfrentamos a la misma encrucijada: odio o amor. Nuestro mundo depende de la dirección que tomemos". El autor pone así los cimientos de la obra, en las distintas formas de actuar frente a un atentado que nos toca de cerca y nos deja víctimas cercanas. De este modo crea dos personajes antagónicos que van mostrando su verdad, por mucho que les duela, para poder entender todo lo que le separa del otro, y así poder ayudarse en un "duelo común".


Para encarnar a estos dos personajes, tan distantes que casi llegan a tocarse, la elección se antojaba fundamental, ya que sobre ellos recae toda la credibilidad del montaje, por muy doloroso que pueda ser para ellos recrear lo que cuenta el texto. Carmen Maura (Amelia) y Félix Gómez (Ramón)están soberbios en la interpretación de unos personajes que sufren con cada palabra que dicen, que les duele cada centímetro que recorren hacia la verdad, que se desmoronan cada vez que recuerdan lo ocurrido aquel fatídico día. Dos mundos, dos personalidades opuestas, dos vidas destrozadas en el mismo lugar, a lo que cada uno reacciona de una manera muy diferente. Los personajes que nos muestran se mantienen fuertes en un primer momento, pero es desolador ver como se resquebrajan conforme avanza la trama, como se desmoronan ante nuestros ojos al saber la verdad desde la perspectiva del otro, para descubrir como el dolor tiene miles de caras.




Tener la oportunidad de ver a la gran Carmen Maura sobre las tablas ya merece el pago de la entrada. Desde que en 2013 nos deleitase con su papel en "Carlota", la actriz no había vuelto a pisar las tablas. En este montaje nos muestra a una profesora fría y calculadora, que se ha encerrado para no mostrar todo el dolor que lleva dentro. Un papel doloroso, en el que se ve como el personaje se deshace poco a poco ante los recuerdos, sin poder protegerse de una realidad que le persigue y a la que no quiere hacer frente. Medido y calculado de principio a fin, la actuación de Maura es sobrecogedora, por fría al comienzo, temperamental en el desarrollo y desahogada al final, en una evolución maravillosa del personaje.

Si Maura se prodiga poco sobre las tablas, el caso de Félix Gómez es parecido, le vimos en "Alejandro Magno" en 2015 y en "Monólogo clásico" y "El día que nació Isaac", ambas en 2011, y aunque nunca ha abandonado el teatro, ha centrado más su carrera en cine y televisión. Y es una pena viendo lo que puede dar sobre las tablas, ya que su papel de Ramón es descomunal. Es tierno, atrevido, valiente, pero también está herido de muerte, traumatizado, desconsolado, aturdido. Un personaje con miles de matices, que el actor nos sabe mostrar en su justa medida, para que vayamos recorriendo este doloroso camino de espinas junto a él.



En este montaje destaca la sobria y realista escenografía diseñada por Alessio Meloni, que nos sitúa en el salón de la casa de Amelia, para mostrarnos el estatus de la familia incluso antes de empezar la obra. El espacio, como ya comentamos antes, está presidido por el piano, elemento fundamental de la obra. En un segundo plano tenemos varias estanterías con cuadros, fotos, etc, y al fondo un gran ventanal donde vemos el cielo, en alusión a lo encerrados que están los personajes, incapaces de disfrutar del mundo exterior debido a sus heridas interiores. La iluminación a cargo de Juan Gómez Cornejo resulta fundamental para crear el ambiente acogedor del hogar, pese a los sucesos dolorosos que transcurren en su interior. La música, elemento canalizador de la obra, ha sido creada por Iñaki Salvador.




Un texto soberbio y demoledor, llevado con maestría desde una dirección impecable, que deja todo el brillo y el foco en unos actores que se dejan el alma en cada escena. Un montaje reivindicativo y necesario que nos habla del amor y del dolor, de la pena y la penitencia por todo lo que pensamos que debimos de hacer de otra manera. Un texto que nos muestra el amor como elemento sanador de todos los dolores del alma, como guía que nos lleva a entender (que no perdonar) todo aquello que ocurrió sin ninguna razón y que nos dejará marcados para siempre.

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La Golondrina
Teatro: Teatro Infanta Isabel
Dirección: Calle Barquillo 24
Fechas: Martes, Miércoles, Jueves y Domingo 20:00, Viernes y Sábado a las 19:00. 
Entradas: Desde 20€ en teatroinfantaisabelatrapalo, ticketea. Del 12 de Marzo al 5 de Mayo.

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