Teatro: El pecado mortal de madame Campoamor. Teatro del Barrio.

Próximamente se celebra el 90 aniversario de la aprobación en España del voto femenino. El 1 de octubre de 1931 España se convertía en el sexto país del mundo donde las mujeres podían acceder por fin a un derecho fundamental. Co motivo de ello llega al Teatro del Barrio la obra El pecado mortal de Madame Campoamor.



La obra se inicia acercándonos a los últimos días de Clara Campoamor en Lausana. Allí sigue recordando con nostalgia a España, un país al que nunca pudo volver.       

Una de las noches se le aparece el espíritu de su compañera diputada y rival política Victoria Kent.

Con un formato típico de la época, los relatos radiofónicos del siglo pasado. De la mano de Victoria y Clara vamos conociendo las distintas vicisitudes que se tuvieron que superar para poder llegar a validar el voto femenino.

En España se logró gracias a la conjunción de las revueltas de las sufragistas en la calle y a la lucha en solitario en el Congreso de los diputados de una figura esencial tanto en la historia del parlamentarismo como del feminismo.

Tras la huida de Alfonso XIII y la declaración de la Segunda República sólo 3 mujeres formaban parte del parlamento que debía redactar la Constitución republicana. Clara que fue la única que defendió el voto femenino en contra incluso de su propio partido el Partido Radical en el que había acabado tras abandonar el Partido Socialista por impedirle su participación en la Comisión Constituyente.

 


Junto a ella, Victoria Kent de Izquierda republicana y Margarita Nelken del Partido Socialista.

La posición de Clara era la más auténtica de todas sus compañeras diputadas, frente a Victoria que creía que en caso de votar las mujeres sólo deberían hacerlo las universitarias. Y frente a Margarita que se mostraba abiertamente contraria a dicho voto al entender que la mayoría de las mujeres votarían condicionadas por su marido o por la iglesia. Esta opinión era compartida por los partidos de derechas, de hecho Acción Popular el partido de Gil Robles apoyó abiertamente el voto femenino, creyendo que sería el principal destinatario de dicho voto.

La obra recrea los míticos enfrentamientos dialécticos entra Clara y Victoria previos a la votación final.

 


La votación final fue muy igualada: 161 votos a favor frente a 131 en contra. Como señalábamos al principio España se convertía en el el sexto país del mundo donde las mujeres podían ejercer el sufragio activo. Desgraciadamente esa conquista duró poco, algo más de 4 años. El golpe de estado de los militares fascistas truncó el sueño. Clara fallecería en el exilio de Lausana en 1972.

La dramaturgia es de Mario Hernández, José Fernández y Sara G. Romero. Mario Hernández es el responsable también de la dirección y el texto. Para el texto se ha basado en la obra literaria de Campoamor principalmente su libro El voto femenino y yo, mi pecado mortal. También en los archivos del Congreso para representar los enfrentamientos parlamentarios.

Respecto a la obra Mario Hernández cuenta «Mientras devolvemos a la vida las palabras de Clara y reproducimos aquellos determinantes días en los que se aprobó el sufragio femenino en España, aprovechamos para rendir homenaje también a los profesionales de la radio clásica de siempre, aquellos que, en unos años grises y censurados, donde se perseguía la creatividad y la libertad, hicieron volar a través de las ondas la imaginación de millones de españoles, sólo con su voz y sus palabras».

 


Para continuar indicando que contar la historia de Clara y en cierta medida mantener su memoria y recuerdo fue lo que motivó a Mario a escribir el texto, ya que «cuando poco a poco la luz de mi última abuela se extinguía tranquilamente. Sería por miedo a perder el recuerdo de su voz, pero desde el principio tuve claro que este sería un texto de teatro radiofónico, donde recuperásemos lo más importante de la voz de Clara Campoamor: sus palabras».

El diseño y el espacio sonoro son de Hernández & Fernández y la fotografía de Julia Armengol.

 


El elenco lo componen Irene Coloma que da vida a Victoria Kent y a Natalie, José Fernández que se pone en la piel de Antoinette, varios diputados y uno de los actores radiofónicos. El propio Mario Hernández que hace de Besteiro, el responsable del programa radiofónico y distintos personajes secundarios. Lo completa Elena Rey en el papel de Clara Campoamor, impecable la versatilidad de su voz para hacer las distintas edades de Clara a lo largo de la obra.



Finalizamos con las palabras de Campoamor «Mi pecado, nuestro pecado, es el único que puede cometerse sin vergüenza ni arrepentimiento. Es el pecado de querer ser iguales, y libres. Y es un pecado por el que siempre merecerá la pena luchar». El montaje obtuvo el premio Teatro Joven Calamonte 2019. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.

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Teatro: Teatro del Barrio.

Dirección: Calle Zurita, 20

Horarios: Del 16 al 18 de septiembre

 

Ficha artística:

Intérpretes: Irene Coloma, José Fernández, Mario Hernández y Elena Rey.

Dirección y texto: Mario Hernández
Dramaturgia: Mario Hernández, José Fernández y Sara G. Romero.
Diseño y Espacio sonoro: Hernández & Fernández.

Fotografía: Julia Armengol.



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