Teatro: Falaise. Teatros del Canal


Cómo empieza una esta reseña sobre la pieza Falaise de Baro D’evel es una incógnita. La infinitud de sorpresas inquietantes durante el espectáculo es apabullante. Voy a tratar de empezar por el principio.

Baro D’evel es una compañía Franco catalana compuesta inicialmente por Camille Decourty y Blaï Mateu Trias que estos días ha visitado Los Teatros del Canal para deleite del público.

Falaise, que es el título de la obra en cuestión que pudimos ver el pasado viernes 11 de noviembre, pertenece a un díptico de la compañía cuyo título es  Là, sur la falaise. 


La palabra Falaise podemos traducirla por acantilado, precipicio, barranco. También es el nombre de una ciudad medieval de Normandía, así, como anécdota, pero lo que más nos compete es que la pieza que lleva este nombre es una ensoñación de la que no se sale en varios días.

Un espacio onírico con una sugerente atmosfera de castillo o mazmorra negra, aunque también podría ser uno de esos pueblos de pizarra, una piedra gigante de turmalina sesgada o el mismísimo centro de la tierra. Este espacio va transformándose de manera progresiva, por la intervención de quienes lo habitan hasta cobrar foco como si fuese un personaje más.

 

Ocho artistas multidisciplinares, cuatro mujeres, cuatro hombres, conforman el elenco, de manera que tanto circo, como danza, ópera, música en directo, animales amaestrados como un caballo blanco y algunas palomas blancas también y magia mucha, magia, se entremezclan en el espacio para dejar huella de multitud de sensaciones. 

“Otra vez aquí” repite varias veces el personaje de Guillermo Weickert, (un artista al que admiro muchísimo) que señala la parte más olvidada del sistema, el outsider, se encuentra una y otra vez de manera cíclica  desapareciendo y volviendo a aparecer en el lugar que a su vez se va transformando cada vez. A partir de este personaje, que en un inicio se encuentra solo y después en compañía de unas palomas, van apareciendo una novia contorsionista , una pareja de británicos que no sabe qué hacer con un cuerpo en el suelo, una pareja compuesta por un hombre y una mujer que literalmente se van rompiendo y reconstruyendo haciéndose añicos y dejando el suelo lleno de escombros para recuperar su verdadera esencia que estaba debajo de esa rigidez, un grupo de jóvenes que pelean o que bailan al unísono como si fueran una tribu, y un sinfín de regalos sorprendentes que nos dejaron los ojos bien abiertos durante toda la representación.

El espacio sonoro, al igual que el escénico, es un personaje más que nos hace implicarnos en la fantasía que comparten. El suelo lleno de pequeñas piezas que crujen con el movimiento de los bailarines o los micrófonos que son arrastrados por las paredes. Esas paredes que se van llenando de agujeros, esos agujeros que se van creando por la aparición de un nuevo personaje que a su vez hace su entrada al espacio por los pies.

Trato de explicar lo que vi el otro día y las palabras se me quedan cortas, es un espacio para soñar y reír, hay mucha risa, mucha gamberrada y propuestas grupales con toda la carne en el asador.


En una de las escenas de las que más recuerdo aparece todo el elenco con el caballo que maravillosamente llevado por Camille acaba recostado en el suelo. En esta escena Blai Mateu conversa con otro de los actores mientras las palomas se posan sutilmente en sus brazos y le indica cómo puede atraer él también a las palomas pero sin apretar. “así, tranquilo, ¿lo ves?, no hay que hacer nada, sólo sé tú mismo, pero no me imites, tú eres tú y yo soy yo, no hay que apretar, solo quédate tranquilo, así …” esta escena me parece sublime, a veces nos empeñamos en apretar las cosas, en forzar y en hacer, hacer, hacer, sin dejar que las situaciones se den por sí solas sin controlarlo todo y la manera sencilla y profunda con la que se narra esta escena es filosofía, no sólo literatura.

Esta Falaise está hecha con mucho trabajo, pero eso, sin apretar, sabiendo que cuentan con la maestría cada uno para aportar prácticamente lo que quieran y dejarnos a todos boquiabiertos con tanta poesía.

Leo en algunos artículos que es una pieza espectacular pero vacía de contenido y es que vivimos en un espacio tiempo donde queremos que nos lo expliquen todo y darle gasolina al intelecto, pero hay piezas que aluden al alma.

 

Esta obra de teatro total  estaba programada para el año 2019, pero ya sabemos todas qué pasó, y se tuvo que aplazar. Agradecemos a Los Teatros del Canal aquello demejor tarde que nunca”, estoy deseando que vuelvan a la ciudad y poderos avisar con tiempo para que no os lo perdáis.


RESEÑA ESCRITA POR VERÓNICA MORENO

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Teatro: Teatros del Canal. Sala Roja
Dirección: Calle Cea Bermúdez 1.
Fechas: Del 10 al 12 de Noviembre. De Jueves a Sábado a las 20:30.
Entradas: Desde 9€ en Teatros del Canal.


Autores: Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias

Colaboración artística: María Muñoz – Pep Ramis / Mal Pelo (dirección de escena), Barbara Métais-Chastanier (dramaturgia)

Escenografía: Lluc Castells

Interpretación: Noëmie Bouissou, Camille Decourtye, Claire Lamothe, Blaï Mateu Trias, Oriol Pla, Julian Sicard, Marti Soler, Guillermo Weickert, Tchapakan (caballo), palomas

Coproducción: GREC 2019 Festival de Barcelona, Teatre Lliure Barcelona, Théâtre Garonne, Malraux SN Chambéry Savoie, ThéâtredelaCité Toulouse, Pronomade(s) en Haute-Garonne, L’Archipel, SN de Perpignan, MC93, CIRCa, PNC Auch, Le Grand T, théâtre de Loire-Atlantique, le Parvis, SN TarbesPyrénées, Les Halles de Schaerbeek, L’Estive, SN Foix Ariège, Bonlieu, SN Annecy, le cirque Jules Verne, PNC Amiens, La scène nationale d’Albi, Houdremont, la Courneuve, 2 Pôles Cirque en Normandie, Teatros del Canal

Con la colaboración del Instituto Francés





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