Teatro: Las Aves. Teatro Pavón.

He de decirles, así, de inicio, que vuelen, que vuelen como aves, que vengan a volar. Que surquen las alas al cielo madrileño en estas fechas festivas y disfruten, y piensen, y reflexionen en lo que nos hemos convertido. ¿Es la ciudad la máxima expresión de la civilización humana? Los hombres del pueblo lo intentan, las mujeres lo anhelan, pero… ¿volamos? ¿Somos realmente libres? ¿Somos aves en el jardín del Pavón, tan engalanado, tan sugerente? Veamos… 

Pistetero y su compañera Efélides, empresarios de pro, no pueden volver a casa. Buscan un lugar cómodo, libre de impuestos, bucólico… y de pronto se encuentran con una abubilla (“no soy un pollo, soy una abubilla”) en mitad del bosque. Y comienzan a charlar, a conversar, y a pensar que pasaría si se convirtieran en aves, si crean una nueva sociedad avícola más justa para todos….y de la que claro, puedan sacar alguna tajada, o alita. Exiliados políticos en una democracia asesinada, que pesa mucho la democracia, nos traen esta locura que acaba de empezar… 

Y con un ritmo vertiginoso que nos mantiene alerta en este jardín en el que ya uno no puede salir volando, en el que las palabras taladran, hieren sin matar, vuelan, encuentran, buscan… palabra antiguas, palabras clásicas. Viajemos casi dos mil quinientos años atrás, a la Antigua Grecia, donde un tal Aristófanes escribió esta comedia antigua griega, celebrada por la crítica moderna como una “fantasía llevada a cabo a la perfección destacable por la representación de los pájaros y la alegría de las canciones…”. Vida política y social de la Atenas de aquel entonces, cuna de la civilización, enredadas donde las aves nos transportan y nos ponen en nuestro sitio, sin miradores cómodos para observar los ciclos que se repiten sin cesar en estos nuestros civilizados tiempos. 

Cansados de Atenas, buscan un futuro mejor. ¿Les suena? Parece que el sueño americano nos viene de antaño, que las migraciones no son tan recientes, que nuestros abuelos se vinieron a la ciudad para tener un futuro para todo el clan familiar. Y esto aconteció hace ya unos cuantos años. Pájaros, uníos y cantad a coro, que se dirige al público en forma de parábasis, que no parálisis, permanente. Emerged del aire y posaos en la tierra para gobernar un mundo mejor. Esos humanos, convincentes, ilusionados les intentan convencer, nos intentan agasajar. Un mundo mejor es posible. Ciudades míticas que se venden, que nos venden a modo de concurso en el que los participantes anónimos, sociales, deben buscar su bienestar. Flamencos llenos de ingenio, búsqueda de democracias… “¿Queda algún país que todavía sea una democracia?”. La ciudad de las aves podrá emerger, lloviendo truños, gaviotas, gallos, populismo, cura corrupto, policía, escuela, política, poder judicial. Y una conclusión nada sutil “Nos queremos follar a los pájaros”. La comida de los palomos habla por sí sola. 

Todo esto en este jardín, en este jardín cálido, calórico. Pasemos a los personajes. Pasemos a la compañía. Algo había oído de este proyecto que surgió allá por el 2010 donde un grupo de actores salidos del Institut del Teatre se planten hacer un teatro ambicioso y crítico, donde el humor sea la herramienta fundamental para tratar los problemas más dolorosos y mezquinos del ser humano, con un juego de lenguajes escénicos dignos de admiración. Y llegaron los montajes como Feísima Enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I (2010/2020), E'Editto Bulgaro (2012), La Nau dels Bojos (2013), Bluf (2014), Sobre el fenomen de les feines de merda (2015), el Profeta (2016), Fairfly (2017), Els Ocells/Las Aves (2018) o De què parlem mentre no parlem de tota aquesta merda (2021) además de varias piezas cortas y colaboraciones especiales. Ya ven, las aves ya vuelan desde el 18. Muchos paseos se han dado. 

Esta comedia populista, divertida, dramática, caótica, bufona, burlesca y cercana está dirigida por Israle Solá con la dramaturgia de Joan Yago, aunque nos cuentan que es un trabajo colectivo , con acierto, con talento y con enganche desde antes de hablar la abubilla, desde que se hace el silencio y la oscuridad. El reparto está compuesto por Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher, Esther López y Marc Rius. ¿Qué decir de este elenco? Maravilloso, entrañable, grotesco, rebelde, anárquico, cercano. Nos pegan las alas en la butaca y nos trasladan a nuestras miserias, a nuestras inquietudes más arcanas y profundas. Y lo hacen con respeto, con trabajo, con verdad. Con una delicadeza y una manera de enfocar su trabajo que nos descubren la belleza y la grandiosidad del teatro. Y su parte crítica, y su parte política, de denuncia social, desde el humor, desde la sonrisa, que falta nos hará ante las próximas elecciones. Gracias. 

La escenografía, vestuario e iluminación de Albert Pascual nos trasladan a ese jardín babilónico donde nada es verdad y todo es mentira. Donde el coro toma protagonismo con notas de sarcasmo e ironía. Que bien ha envejecido, nosotros quizá menos. 

Uno sale con una sonrisa, que eso ya es mucho, feliz también por descubrir esta bonita compañía, donde la peluca y la transformación es otro elemento más. Y como nos gusta tanto ridiculizar y como nos gusta tanto reírnos de lo propio y de lo ajeno, seamos liberales, populistas, neoliberales, costumbristas, marxistas o feministas, las aves nos atrapan. Sigamos arreglando el mundo y no paremos de reír. Será un camino mucho más agradable. Busquen este montaje y disfrútenlo. Cuidado con las alturas, dan vértigo.

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Teatro: Teatro Pavón

Dirección: Calle Embajadores 9.

Fechas: Del 26 de Abril al 14 de Mayo. Miércoles a Sábado a las 21:30. Domingo a las 20:30. Duración 1hora 30 minutos.

Entradas: Desde 19€ en elpavonteatro.

FICHA ARTÍSTICA

Dramaturgia: Joan Yago
Dirección: Israel Solà
Reparto: Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher, Esther López y Marc Rius
Escenografía, vestuario e iluminación: Albert Pascual
Adaptación de iluminación: Paula Miranda
Espacio Sonoro: Guillem Rodríguez con la colaboración de Arnau Vallvé
Caracterización: Anna Rosillo
Jefe Técnico: Jordi Llunell
Voces de la asamblea: Queralt Casasayas, Óscar Jarque, Arnau Puig, Clara de Ramon, Vanessa Segura, Júlia Truyol
Fotografía: Anna Fàbrega
Producción ejecutiva: Júlia Truyol y Roser Soler

Construcción de escenografía: La Calòrica y La Forja del Vallès
Alumna en prácticas de escenografía: Alejandra Lorenzo Iglesias
Luz Led: L&D Lights
Distribución: Fran Ávila
Producción: La Calòrica con la colaboración de Festival Temporada Alta y el apoyo de Sala Beckett y Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya
Agradecimientos: Pau Aulí, Chelo García, Montserrat Nogué, Josep Orfila, Clara de Ramon, Teo Solà, Teatre Kaddish, La Brutal, Anna Sánchez y RB Creacions 1990