S 62° 58’, W 60° 39’. Teatros del Canal

 

La compañía belga Peeping Tom vuelve a los Teatros de Canal con una pieza de teatro documento dónde hace un repaso de sus veinte años en escena.




S 62° 58', W 60° 39' son las coordenadas de la Isla Decepción, situada cerca de la península Antártica, dónde la compañía queda encallada por el hielo.

A partir de ahí surge la catarsis, y ya nada será lo que parece. ¿Estamos ante un claro ejemplo de metateatro o son realmente actores en crisis?

 

En esta pieza, Peeping Tom son fieles a su estilo: una combinación de teatro, ópera, ballet y música, pero es verdad que, a diferencia de las anteriores, en esta hay menos danza. Un par de solos magistrales del bailarín Chey Jurado hacen las delicias de los que venían en busca del baile. El uso y plasticidad que este coreógrafo español hace de su cuerpo deja a los espectadores anonadados con ciertos gags que recuerdan a Buster Keaton.

 

Nadie acusará a la caravana belga de edadismo, (aunque quizá sí de explotación infantil). En el escenario, un elenco de varias nacionalidades. Escucharás francés, inglés, español, italiano.  Un niño que quiere ser actor, y un coro de todas las edades que apela en repetidas ocasiones a la cuarta pared con una nueva realidad: ¿Qué es ficción y qué es lo real?

 

 
El decorado preciosista, presenta un velero encallado que aguarda que el hielo se derrita para poder salir de ahí. Una voz en off , la de Franck Chartier, fundador de la compañía, que dirige a los actores a al abismo. ¿O son los actores los que le dirigen a él para llevarlo a su terreno? El director, una suerte de Mago de Oz, que lleva la batuta de una troupe en plena crisis existencial.

El texto, cargado de alusiones a los grandes, tiene para todos; desde Shakespeare, a Chejov sin obviar a Castellucci. Nadie queda indiferente a la farsa en la que viven sumidos.



El espacio sonoro y la escenografía son hiperrealistas y de una belleza apabullante. En él,  un pequeño grupo de actores se ve obligado a convivir, y a envejecer. Por que al final, la analogía es esa, ¿adónde se dirige Peeping Tom como compañía escénica? ¿Serán capaces de reciclarse, de no encasillarse en lo de siempre, podrán asumir nuevos retos sin caer en los tópicos?




La obra, de casi dos horas de duración, es un espectáculo hipnótico cargado de guiños teatrales y cinematográficos, saca más de una carcajada al público, también partícipe de esta delicia mágica, que es tratar de encontrar el norte, aunque te encuentres en él.



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Teatro: Teatros del Canal. Sala Roja
Dirección: Calle Cea Bermúdez 1.
Fechas: Del 5 al 8 de Octubre. De Jueves a Sábado a las 20:30. Domingo a las 13:00.
Duración: 1 h 50 min.
Entradas: Desde 9€ en TeatrosCanal




Concepto y dirección: Franck Chartier

Creación e interpretación: Marie Gyselbrecht, Chey Jurado, Lauren Langlois/Yi-Chun Liu, Sam Louwyck, Romeu Runa, Dirk Boelens, con la ayuda de Eurudike De Beul

Asistencia artística: Yi-Chun Liu, Louis-Clément da Costa

Asistente de guion: Imogen Pickles

Composición de sonido y arreglos: Raphaëlle Latini

Escenografía: Justine Bougerol, Peeping Tom

Diseño de iluminación: Tom Visser

Coreografía: Yi-Chun Liu, Peeping Tom

Vestuario: Jessica Harkay, Peeping Tom



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