La gran cacería. Sala Cuarta Pared


Comenzamos la segunda semana del Festival de Otoño con una propuesta onírica y filosófica del maestro Juan Mayorga, en la que nos habla de viajes, tanto físicos como interiores, y en el que una vez más profundizará en la mente humana y en sus oscuros recovecos. Una propuesta en la que el director se ha unido al gran actor británico Will Keen "en torno a una experiencia teatral que indaga en las posibilidades expresivas y artísticas de la convivencia entre el soliloquio y las artes del movimiento".


La gran cacería es un proyecto con producción del Teatro del Barrio y con estreno absoluto en el Festival de Otoño. Es un proyecto que parte de una pregunta en segunda persona del plural: ¿Sabéis vosotros qué os quita el sueño? Porque todo arranca en una noche de insomnio a bordo de un barco que cruza el Mediterráneo, un barco que salió de Sicilia con destino al continente. Es quizás un viaje en el tiempo más que en el espacio, porque el Mediterráneo es mucho más que un testigo de la historia de Europa: es protagonista, es carcelero, es enterrador, es forjador de carácter, es alimento de pasiones, es dios y diablo, es mito y realidad. Atravesando el mar al que se asoma tanta literatura en todas sus orillas, un hombre, en su camarote, de noche, no consigue dormir. A su memoria vuelven una y otra vez imágenes de otras naves, de otros viajes. 



Juan Mayorga reconocido dramaturgo español y Premio Princesa de Asturias, conocido por sus obras que exploran temas sociales y filosóficos, nos trae este monólogo donde un viaje por Italia se convierte en eje de una intensa y apasionada reflexión sobre la memoria, el viaje, los cambios naturales de la existencia, los animales, la religión y la supervivencia.

Un viaje donde los límites entre el sueño y la realidad se desdibujan en escenas surrealistas y momentos lúcidos de nuestro protagonista. Una narrativa poética donde se nos invita a reflexionar sobre el sufrimiento, la naturaleza de los miedos y la conexión entre la historia y la psique humana.



Nuestro insomne nos cuenta que Goethe no visitó la catedral de Monreale donde cuatro mosaicos representan la historia del arca de Noé y que no aparecían en su Viaje a Italia. Nos cuentan que la Biblia lo narra de una manera detallista, pero sin mencionar las jaulas de los animales que Noé salva del diluvio.

A partir de ese momento nuestro insomne nos habla de los Mosaicos de Villa Casale. De la Pequeña Cacería y de La Gran cacería donde hay un barco. La gran cacería expresa la potencia de Roma, animales vivos que eran cazados, seleccionados y repartirlos por todo el Imperio para deleite de los pueblos. Animales separados de sus crías y engañados, cazadores donde no todos tienen rasgos europeos. “No parece serlo uno cuyo rostro vuelve ahora insistentemente a mi memoria: un hombre al que otro amenaza con un látigo”.

El Mediterráneo como fuente de vida, cuna de cultura y desarrollo. Ahora convertido en cuna de dolor. Metáfora donde aquellos animales traídos para disfrute de las ciudades romanas son ahora cambiados por miles de personas en busca de un futuro mejor y que muchos de ellos perecen en el intento.


 


La segunda parte de la obra viene precedida por un simulacro donde no se sabe muy bien si es real o soñado y que se da casi al final de la obra. Es allí cuando aparecen dos personajes que parecen policías en su peor momento.

El Tigre y el Mono, encarnados por los magníficos Francisco Reyes y Ana Lischinsky, que buscan al capitán de su recién amotinado barco para que les lleve a tierra. Destacando su expresión corporal que da fuerza a esos personajes.



La escenografía creada por Elisa Sanz, aunque sencilla, evoca el trasfondo de ese mar nocturno. Un oscuro plástico que cubre todo el escenario, una silla y un madero que emula la cubierta son suficientes para transportarnos por ese mar Mediterráneo. Ese negro domina el vestuario de los tres actores y se mezclan con el mar y la noche.

La singular iluminación creada por Pedro Yagüe, con prisma de colores incluido, es otro elemento más de la obra y que ayuda a enfatizar la Teoría de colores emitida por Goethe, sin olvidar el espacio sonoro que nos invita a sumergirnos en ese mar calmo.



Will Keen es el viajante insomne. Impresiona su trabajo teatral. Impregna el escenario de un magnetismo ayudado por un monólogo fantástico y lleno de referencias históricas, filosóficas, bíblicas y regado con pinceladas de humor (el momento del Arca de Noé es uno de ellos). La utilización de su cuerpo y los movimientos físicos son maravilla. Todo ello recuerda al mejor teatro inglés.

Una propuesta abstracta pero muy interesante que atrapa al espectador desde el principio y donde por fin Mayorga levanta la pieza basada en un relato inédito publicado en La esfera de papel en el 2019.



RESEÑA ESCRITA POR GEMA COLADO

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Teatro: Sala Cuarta Pared
Dirección: Calle Ercilla 17.
Fechas: 17 y 18 de Noviembre. Viernes y Sábado a las 20:30. 
Duración: 1h 20 min. 
Entradas: Desde 14€ en Cuarta Pared

Ficha Artística

Autoría y dirección: Juan Mayorga
Intérpretes: Will Keen, Ana Lischinsky y Francisco Reyes
Iluminación: Pedro Yagüe
Espacio sonoro: Nacho Bilbao
Escenografía y vestuario: Elisa Sanz
Ayudante de dirección: Miguel Valentín López Sangües


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