Teatro: Casa de muñecas. Teatro Fernán-Gómez

Llega a la sala Guirau del Teatro Fernán-Gómez, Centro Cultural de la Villa, una actualizada adaptación de Eduardo Galán sobre el clásico contemporáneo del Premio Nobel de literatura Henrik Ibsen. En este montaje veremos lo universal que resulta el texto, ya que disfrutaremos de una historia de lo más actual, que nos propone muchas de las temáticas que más preocupan a la sociedad en nuestros días. Considerada por muchos como una de las primeras obras feministas (algo en lo que no estaba de acuerdo el autor), en ella se pone el foco en el personaje femenino, que es el que lleva el peso de la obra, dándonos un punto de vista que no era habitual en aquellos finales del siglo XIX.



Estamos ante todo un clásico, una de esas obras que todos tenemos en mente, de las que hemos visto varias versiones. Esto, se convierte en un arma de doble filo en algunas ocasiones. Las comparaciones tienden a ser odiosas. Pero esta versión consigue traerla a nuestros días manteniendo toda la esencia del original. Una obra que se estrenó el 21 de Diciembre de 1879 en el Teatro Real de Copenhague y que ha envejecido con grandeza, convirtiéndose en un texto de referencia para las escuelas de teatro. En su momento causó revuelo por su contundente crítica a las normas establecidas, haciendo tambalear los cimientos de la estructura del matrimonio, tal y como se concebía en la época.



Esta producción de Secuencia 3 ("El rey que fue", "Tristana", "Los pazos de Ulloa", "Los bandos de Verona") se convierte en un nuevo ejemplo de como se hacer un clásico con la perspectiva de nuestra época. Una adaptación impecable en la que aparecen temas como la identidad, la libertad o la igualdad de género, todos ellos muy polémicos en su estreno y que por desgracia siguen siendo focos de polémica más de un siglo después. La pieza de Ibsen es considerada una de las más importantes del teatro moderno, referente para todo el que ame el teatro y una de las obras más poliédricas y profundas del autor noruego. Este nuevo montaje nos saca a relucir problemas de la sociedad de nuestros días, que se dejaban entrever en la original y se han ido agudizando con los años. La soledad de Nora, su miedo al que dirán, la necesidad (casi obsesiva) de aparentar estar bien en todo momento, los roles que cada miembro de la pareja debe tener en los cuidados de los hijos. Una nueva visión de este gran clásico que no defrauda, ni a los puristas ni a los transgresores.



El texto de Henrik Ibsen ha sido adaptado de forma brillante y muy actual por Eduardo Galán ("La Regenta", "La Celestina", "Las guerras de nuestros antepasados", "La profesora"), que reflexiona sobre la obra diciendo que "algo seguirá removiendo nuestras conciencias cuando regresamos al emblemático portazo, que simboliza el nacimiento de la independencia de la mujer frente al dominio del hombre en las relaciones familiares y de pareja. Por supuesto que la sociedad occidental ha cambiado en siglo y medio. Pero tal vez no lo suficiente. Todavía mantenemos roles y estereotipos que impiden el desarrollo profesional y personal de la mujer en igualdad de condiciones que el hombre". Todo esto se plantea en este contundente texto, en el que afloran muchos temas que nos golpean con fuerza, que nos tocan directamente. El autor se ha imaginado cómo serían la vida y las inquietudes de Nora en 2024, qué le llevaría a abandonar a su familia: una mujer que necesita recuperar el tiempo empleado en cuidar de su marido enfermo y de sus hijos para cuidar de sí misma, estudiando y trabajando.



La dirección corre a cargo de Lautaro Perotti ("Rita", "Nuestros actos ocultos", "Rabia", "La habitación blanca") que nos propone un montaje lleno de giros, de momentos de tensión que nos acercan al abismo conocido del portazo de Nora. El director argentino juega con nosotros con un ritmo ágil y muy fluido, con una escenografía móvil que marca el dinamismo de la función y se convierte en un protagonista más de la obra. Una impecable dirección en la que mantiene la intriga en todo momento, con un ritmo in crescendo que nos lleva hasta el callejón sin salida en el que deriva la historia. Una nueva puesta en escena, actual y dinámica, pero con la misma desgarradora contundencia del texto original. "Tal vez Ibsen hoy nos permita justamente hacernos preguntas, y en la búsqueda de respuestas mirarnos al espejo, descubrir quienes somos y cambiar el mundo. O simplemente, como Nora, dar un portazo al pasado, a lo que se quería o esperaba de nosotros y animarnos a ser quienes deseamos ser realmente", reflexiona el director.



La obra nos traslada a Oslo en la actualidad. Allí conoceremos a Nora y Osvaldo, una acomodada pareja con tres hijos, que tras haber pasado años de desgracias y penurias han conseguido una posición social y una estabilidad económica. Esa travesía por el desierto les ha dejado secuelas, que parecen reaparecer ahora que todo parece irles bien. La pareja vive en una aparente felicidad, él acaba de ser ascendido y ella intenta terminar de estudiar en la universidad a distancia mientras lo compagina con un trabajo en una tienda. Estamos en plenas fechas navideñas, las primeras en las que se pueden permitir ciertos lujos. Lo que parece una idílica velada comienza a torcerse con la noticia, por parte de Nora, de que quiere volver a la universidad, lo que haría que desatendiese el cuidado de sus hijos. Osvaldo no lo ve claro, sobre todo en la parte de repartirse las tareas de cuidados.


Una serie de inesperados acontecimientos comienza a subir la temperatura de esa olla a presión que es el hogar familiar. El regreso de Cristina Linde, amiga de la infancia de Nora, desencadena una serie de sucesos que hacen que toda esta aparente felicidad salte por los aires. Se descubre que Nora estafó a Óscar en el pasado para conseguir el dinero para salvar la vida de su marido. Y ahora éste acaba de despedirlo para contratar a Cristina. Lo que había sido un secreto que Nora y Óscar habían ocultado, este quiere ahora usarlo para mantener su empleo, a costa de sobornar a Nora con contarle todo a Osvaldo. La última pieza del puzle es el Doctor Rank, que salvó la vida a Osvaldo, íntimo amigo de la pareja, que se muere por un cáncer terminal. Pero antes de morir le revela a Nora que está enamorado de ella. Un cóctel explosivo en el que Nora solo quiere que la tengan en cuenta, que la escuchen, que la entiendan, que se preocupen por lo que le pasa. Frente a todos los prejuicios y las acusaciones por lo que hizo, al ver la incomprensión de su marido, Nora toma la decisión más importante de su vida, abandonar su casa para comenzar de nuevo y encontrarse a si misma.



Esta poderosa historia, actualizada de forma exquisita en esta adaptación, la interpreta un interesante elenco, encabezado por María León en el papel de Nora. La actriz crece a lo largo de la obra, en una interpretación llena de matices que María sabe encauzar con maestría. Sus reflexiones al público, su mirada cada vez más desesperada, su nerviosismo creciente, ella es la responsable de llevar el peso y el ritmo de la obra, y consigue enganchar al público, que disfruta y se mete en todo momento en la trama. Le acompañan en escena Santi Marín, como OsvaldoPepa Gracia como Cristina Linde, la amiga recién llegada, Patxi Freytez como el desesperado Óscar, que extorsiona a Nora, y Alejandro Bruni interpretando al sarcástico Doctor Rank.


Uno de los puntos fuertes de este montaje es, sin lugar a dudas, la escenografía diseñada por Lua Quiroga (que también es la encargada del vestuario). Una serie de estructuras móviles que simbolizan diferentes espacios de la casa, se van colocando en el espacio para la composición de las diferentes escenas. Estas estancias que los propios actores van colocando según las necesidades de la historia, se van encajando de forma precisa, para ir solapando los diferentes lugares por los que transcurre la historia. El preciso movimiento de cada pieza, las diferentes caras de cada una de ellas, todo engrandece la composición, en una deliciosa evocación del concepto de las casas de muñecas tradicionales. 

Esta composición de los pequeños elementos en el espacio vacío y en penumbra, juega con la idea de la soledad, del confinamiento al que está sometida Nora, una suerte de espacios minúsculos en el que la protagonista está atrapada. Todo esto, junto con la ruptura de la cuarta pared por parte de María León, dan una concepción y un estilo mucho más contemporáneo al montaje. El diseño de iluminación de Luis García, enfatiza esa sensación claustrofóbico, con luces muy puntuales y el resto en penumbra. Por último, la música original y el espacio sonoro han sido creados por Manu Solís, con trazas de thriller y jugando con la tensión de la trama para crear un ambiente misterioso.

En definitiva, estamos ante una adaptación muy lograda, en la que se consigue mantener la esencia de la obra original e incorporar muchas temáticas de nuestra sociedad. Más de un siglo ha transcurrido desde su estreno, pero el portazo de Nora sigue retumbando con fuerza en nuestras conciencias. Porque la desigualdad de género sigue presente en nuestra sociedad, porque los cuidados siguen siendo territorio femenino, porque los esfuerzos por una conciliación siguen molestando, porque hay muchos de los temas que escandalizaron en el estreno de esta obra que siguen estando muy vigentes. Por eso, esta Nora andaluza y actualizada, que trabaja, estudia y cuida, sigue teniendo la necesidad de salir de su casa para reencontrarse, necesita dar ese portazo para que su vida cambie, y la sociedad sea consciente de todos los cambios que nos quedan por hacer.

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TeatroTeatro Fernán-GómezSala Guirau.
Dirección: Plaza de Colón 4.
FechasDel 16 de Mayo al 22 de Junio. De Martes a Sábado a las 20:00. Domingos a las 19:00.
Duración: 90 minutos
Encuentro con el público: Jueves 29 de Mayo y 12 de Junio.
Funciones matinales: 27 de Mayo a las 11:00.
EntradasDesde 15€ en Teatro Fernán-GómezPrograma de mano.

Ficha artística:

Autor: Henrik Ibsen 
Adaptador: Eduardo Galán
Director: Lautaro Perotti 
Diseño de escenografía y vestuario: Lua Quiroga
Diseño de iluminación: Luis García
Música original y espacio sonoro: Manu Solís
Ayudante de dirección: Juan Diego Vela
Diseño gráfico: Hawork Studio (Alberto Valle, Raquel Lobo y Sara Ruiz)
Fotografía de estudio: Juan Carlos Arévalo
Peluquería y maquillaje: Roberto Palacios

Reparto:

María León es Nora Helmer
Santi Marín es Osvaldo Helmer
Patxi Freytez es Oscar
Pepa Gracia es Cristina Linde
Alejandro Bruni es Doctor Rank

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