Real como la vida misma, pero con la mirada de quien sabe observar desde otro lugar. Esta pieza que podemos ver estos días en los Teatros del Canal es un fiel retrato de la sociedad en la que vivimos, llena de medias verdades, de realidades distorsionadas por las redes sociales, una realidad que por momentos parece sacada de un relato distópico o de una película de Berlanga.
Estamos ante una fabulosa retrospectiva vital, un recorrido por las experiencias de dos amigos, con sus inquietudes y sus miedos, con sus traumas y sus logros. Un ingenioso análisis de toda una época, de la vida en el barrio, de las tardes interminables con la abuela, del despertar a la sexualidad, de como se van poniendo los cimientos para crear una amistad que desemboca en esta propuesta. Desde verdad de las propias anécdotas, nace esta divertida comedia, con toques surrealistas y mucha ternura, que nos hará revivir junto a los protagonistas los deliciosos años de la niñez y la adolescencia.
