Francia en conclusiones de la Cumbre del G8 Génova 2001: “…Por el contrario, lo que considero indiscutible, por encima de las diferencias ideológicas, es la cuestión del control de la globalización. ¿Cómo sacar el máximo partido de ella? ¿Cómo minimizar los perjuicios que provoca? ¿Cómo evitar las exclusiones y conseguir que el mayor número posible de personas se beneficie de sus ventajas? A nuestras sociedades, y sobre todo a las instancias políticas de nuestras sociedades, es a quien corresponde aportar respuestas. Más allá de las normas necesarias para regularla, la mundialización exige una política voluntarista de los miembros de la Comunidad Internacional para preservar la paz internacional, para compartir mejor los beneficios inherentes al desarrollo del comercio mundial, para que se respeten más los principios de justicia, de democracia y de respeto a los derechos humanos”.