“La verdad a medias no tiene ningún valor. Solo la tiene la que se expone íntegramente” Lo que el viento no se llevó, lo que el viento nos trajo. Un piano, unos velos, caricias al espectador. Juicios, juegos, pasiones, adicción, pérdidas… la vida misma en 24 horas. Un casino. Montecarlo. Una aristócrata que vaga por el mundo buscando su lugar conoce a un joven pasional, aristócrata también, del que libra de las garras del suicidio.
A partir de ahí se suceden 24 horas intensas, valientes, dolorosas, mágicas, que nos llevarán a un carrusel de sensaciones. Abran juego señores. Así se nos presenta esta adaptación de la obra de Stefan Sweig, profunda y superficial, trepidante y pausada, alocada y serena. Nos muestra un trocito de sociedad desconocida para el resto de los mortales, los ricos, con sus recelos, sus reglas, sus pasiones, sus qué dirán (“Toda la sociedad juzga. Y es juzgada”). Y todo a través de un día en la vida de esta mujer que consiguió cambiar el resto de sus días.
La señora C, ya con los 40 años de la época, sola, vacía, perdida, extraña en medio de la vida se embarca en una pasión turca, en un vagón de tren con destino a Viena, que queda también abierto hasta el amanecer, con nadie o nada en lo que confiar, y donde habla ya de envejecer como un repaso a su vida. ¡A los 40 años!. Algo extraño en nuestros tiempos. Bendita juventud.
Con una puesta en escena dinámica, atrevida y acertada, Silvia Marsó nos muestra un personaje pasional, envejecido , aturdido por la vida, que quiere sentirse útil, buscan un horizonte. Y aparece él. Un joven alocado, adicto al juego, que no ve más allá del par o impar de la ruleta. Una ruleta rusa que puede acabar con su vida. Y llega la ayuda inesperada, la pasión. La madre que echa en falta. El sostén. La brújula. “Mujer valiente, no malgaste su dinero conmigo”. Con una gran complicidad, Silvia Marsó y Felipe Ansolá nos trasladan a la noche de Montecarlo. Nos la juegan, juegan, se recrean, disfrutan explorando sus personajes, a golpe de tango y acordes de madrugada.
Y como no, la música, la base de todo, de las manos de Carlos Calvo Tapia (piano), Silvia Carbajal, Eunice Santos o Sara Muñoz (violín)y Esther García, Irene Celestino Chico o Álvaro Llorente (violonchelo). Ignacio García a la dirección nos traslada a una época atractiva, sacando a los actores su magia, exprimiendo su talento para ofrecernos un musical distinto, original, profundo y directo, que llega al espectador. Presencia en todo momento en el escenario y buen manejo del ritmo, tiempos, tormentos y silencios. Reflexiones en un tren de madrugada sin destino aparente, donde la muerte forma parte de la vida, y la vida es al momento, sin dejar escapar nada.
Si son amantes del teatro, acérquense al Galileo, y si les gusta la música, acudan también. Quizá estas 24 horas cambien también un poquito sus vidas. Acérquense al teatro. Vivan cultura. Seguro y segura.
Teatro: Teatro Galileo
Dirección: Calle Galileo 39
Fechas: Hasta el 10 de Enero. Viernes y sábados a las 20h. Domingos a las 19h30*. 7, 23 y 30 Dic a las 20h. 8 Dic a las 19h30. 5, 6 y 7 Ene a las 20h.
Duración: 85 minutos
Entradas: 20€ entrada general. Ver
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