El
pasado domingo el Teatro Reina Victoria colgó el cartel de entradas agotadas para el estreno de “Yo
maté al Rey León”, en un principio esperábamos un monólogo al uso, actualmente
hay magníficos monologuistas que cuentan las noticias de última hora con un
toque de humor, aquellos otros que recurren a anécdotas para sacarnos una
sonrisa, a la ironía o el sarcasmo en tiempos difíciles para la lírica.
En
este caso nos encontramos con algo que va más allá del monólogo, se trata de un
espectáculo en el que Dani Delacámara, nos cuenta de manera cercana y como
si estuviéramos distendidamente charlando con él, las preocupaciones que son
comunes a todos nosotros, haciendo un repaso por las vivencias de una
generación, que nos harán recordar a alguna amiga, a algún miembro de nuestra
familia y a situaciones en las que nosotros mismos nos veremos representados. No
pararemos de reír ante situaciones que se nos presentan tan cercanas.
Se
mueve como pez en el agua en un espacio que le es propio, ya que lleva mas de
veinte años dedicándose al humor como guionista, ponente en multitud de
conferencias en torno al humor, comunicador y pedagogo antes de que supiésemos que era eso que ahora
llamamos “coach”, Dani ya trabajaba en cohesión de grupos para
empresas, explicando que en definitiva, permítannos el modo en decirlo “ de mal
rollo no se produce más, ni se trabaja mejor” , ha participado en programas de
radio y televisión, pero se dio a conocer ante el gran público en “El Club de
la Comedia” y “Paramount Comedy” en monólogos como "Dios es una
mujer", "Veníos arriba" o "Humor en Defensa Propia".
Delacámara presenta un texto ágil, y muy vivo que nos hará recordar un tipo de
humor que echamos de menos, nos venía a la cabeza Pepe Rubianes o Pedro Ruiz en
sus disertaciones inteligentes que trataban al público como seres adultos, con
un modo de hacer, que construía opinión y que no tenía ninguna intención de
quedarse en un intermedio ideológico, sino que mas bien se posicionaba ante los
desmanes que la política y el poder nos imponía. Quizá le falta
ese empuje para realizar un critica sin ambages, pero como les decíamos
anteriormente “son malos tiempos para la lírica”.
Es
un propuesta valiente, realizar una disertación generando un todo en escena,
donde uno mismo es el único responsable de sus palabras. Viendo como los
humoristas son juzgados, los artistas tienen cada vez más problemas para
expresarse sin tener un lupa puesta sobre su humor. El artista sabe campear
bien el temporal, y utiliza un humor ácido e irreverente pero sobre todo burlón,
que históricamente ha encandilado al público, desde los bufones en la corte,
donde utilizaban la inteligencia para decir lo que querían generando así las simpatías
de todos, un tono que nos muestra su conocimiento de la técnica clown aunque
esta no sea la utilizada en el espectáculo, es únicamente que se siente un aura
clown en escena.
El
monologuista se acompaña de clásicos universales, junto con un piano en el que
nos mostrará su gusto por la música, como elemento conductor y acompañamiento
en el espectáculo. Nos da pinceladas y nos cuenta desde la humildad, cada pieza
que va sonando e iremos descubriendo también, algunos bellos clásicos. Jugando
con imitaciones desternillantes, que nos mantendrán con la misma energía durante
toda la función como también lo está sin duda alguna la de Dani, que no
decaerá en ningún momento, aludiendo a personas conocidas o no que se
encuentran en la sala. Lo que nos hace entender, que cada función tendrá un
punto nuevo y nuevas improvisaciones según lo que se viva en la sala en cada
momento.
Hacemos
mención especial a su compañero de iluminación, que tiene complicado seguirle
por la agilidad, la energía y las dotes de improvisación del humorista, que si
bien genera multitud de pinceladas intimistas sobre todo en su presencia al
piano.
Humor
inteligente, ágil, vivo y actual en escena muy recomendable, déjense llevar por
Delacámara y olviden a su yo interior más serio, si lo tienen, que a menudo
es nuestro peor enemigo.
El
motivo por el que mató al rey león, les invitamos a que lo descubran ustedes
mismos, que, por supuesto, también nos lo cuenta.
Fechas: Desde 7 de octubre hasta 9 de diciembre de 2018.
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