El enfermo imaginario. Corral Cervantes
Le es fácil flotar. La Sala
Le es fácil flotar, de la Compañía Tito-Niño-Pichón, con texto de Eva Redondo y dirigida por el propio Tito Niño Pichón. Aún estáis a tiempo de verla en La Sala.
Adictos. Teatro Reina Victoria
El tema de "Adictos" es universal, consiste en la culminación
de las teorías conspiratorias de los que tantos ejemplos ha habido en la
ficción, en la prensa, con no poca verdad y mentira al mismo tiempo, y en las
conversaciones de todo tipo...es una aportación más. En este caso de la mano de
las nuevas tecnologías.
EL LECTOR POR HORAS. Teatro de la Abadía.
Bécquer y Quevedo: Amor y Muerte en Corral de Cervantes.
Teatro: Segismundos. El arte de ver. Teatro de la Comedia.
Karaoke Elusia. Teatro María Guerrero
Llega a la sala Princesa del Teatro María Guerrero "Karaoke Elusia" un potente y desgarrador montaje de Oriol Puig Grau. Enmarcado dentro del Proyecto Internacional de creación escénica Extended Universe nos habla sin tapujos de una de las lacras que más sacuden a nuestros jóvenes, el acoso escolar y sus terribles consecuencias.
Teatro: La importancia de llamarse Ernesto. Teatro Español.
No hablaré del texto de Óscar Wilde porque su fama merecidísima es conocida por la inmensa mayoría de la gente. Es un clásico ya imprescindible del teatro británico sobre la rigidez y la hipocresía de la época victoriana. Destila humor inglés e ironía fina. Ha sido representada casi tantas veces como han repuesto "Sonrisas y lágrimas" en la tele, por ejemplo. Pero no importa, las dos son obras maestras. La genialidad de Wilde está sobradamente contrastada. Poco puedo añadir yo, salvo que aquí la tenemos de nuevo, felizmente.
Teatro: Retorno al hogar. Teatro Fernán-Gómez
El simple hecho de atreverse a interpretar y a montar una obra de Harold Pinter constituye, ya de partida, un reto enorme y un mérito en sí mismo. La versión que ofrece Daniel Veronese es eso, la respuesta a una obsesión.
La Discreta enamorada. Teatro Karpas
Salgo contento de la Sala Karpas, teatro de cámara. Después de alguna decepción pasada lo que he
visto esta tarde tenía nivel. Eran otra vez los de siempre. Y eso es una muy
buena noticia. Con Lope no puede ser de otra manera, o se hace bien o no se
hace.
HOY NO ESTRENAMOS. Imprebis. Teatro Alfil.
La obra de Imprebis que he visto esta noche es un extraordinario ejercicio de originalidad, de investigación teatral, de humor y diversión, de metateatro como le llaman, de reivindicación de la escena y su espacio, de pasión, de reflejo de la realidad, de crítica, de espejo nuestro de cada día, de conexión con el mundo, con la actualidad y, en definitiva, un acto de prestidigitación que desafía al “más difícil todavía” de cualquier espectáculo de circo, pero entre las bambalinas de una comedia a veces seria. El hecho teatral, el teatro, no deja de ser una experiencia única e irrepetible como todo lo que vemos con este cuarteto de actores.
Un tercer lugar en El Pasillo Verde Teatro.
La sala Pasillo Verde Teatro no ha podido tener mejor iniciativa, una completa programación para todos los gustos y edades, sesión Vermut en el centro de Madrid, mañana de sol, gente conocida. Que mejor plan se puede pedir para el domingo.
Ahora vamos al meollo que no al principio de uno de los temas que convulsiona y trae de cabeza al mundo.
Negaba David Hume la existencia de ideas universales, para él todo lo que hay en la mente son percepciones. Es esta solo una percepción, ideas que a una la acompañan, formas de ver a los otros que son intransferibles y únicas.
Canción para volver a casa. Teatro Valle-Inclán
Todos los ingredientes de Denise Despeyroux, la dramaturga de origen uruguayo asentada en Madrid después de haber pasado por Barcelona, están presentes en esta obra suya llena de nostalgias, de casualidades, de coincidencias y de soledades en el fondo.
Una noche con los clásicos. Teatro Infanta Isabel
No es perder el tiempo cuando se dedica a leer poesía y digo leer porque es lo que hemos hecho esta noche. Leer e interpretar en el sentido más noble de la palabra...Un repaso excelente a algunas de las joyas de nuestra lírica de los siglos XVI y XVII, sobre todo, con un guiño a Miguel Hernández también. Y con el amor como música de fondo e hilo conductor, ya sea un amor humano o divino, místico o pícaro, filial o carnal. Lo contrario de la muerte no es la vida...es el Amor, parece que se nos ha estado diciendo todo el rato. El amor y el desamor como argumento cotidiano.
El Cuidador de Harold Pinter. Teatro Bellas Artes.
Ciertamente la lógica aparente de las cosas queda al margen cuando nos sumergimos en una obra de Harold Pinter. Nada parece tener sentido hasta que su lenguaje nos va adiestrando en una forma distinta de mirar, como si estuviéramos ante una obra abstracta o cubista. Rotos los lazos con una realidad aparente esa apariencia inconexa va dejando paso a otra dimensión, a otra lógica de las cosas. Hoy lo llamarían distopía o deconstrucción… en unas palabras que ya se me están quedando viejas o algo pedantes. ¿Distopía? ¿Qué es una distopía?¿No es todo una distopía?
23F, anatomía de un instante. Teatro Abadía.
No quiero engañarles, salí con el corazón partido después de ver "23-F. Anatomía de un instante" inspirada en la obra de Javier Cercas y con dramaturgia de Álex Rigola. Remover la memoria casi siempre toca las emociones y en España más.
¡QUE SALGA ARISTÓFANES! ELS JOGLARS. TEATROS DEL CANAL.
Regresan a la que es su casa en nuestra ciudad para mostrarnos su nueva creación, llena de la ironía y el desparpajo que les caracteriza. "Veinticinco siglos más tarde, Aristófanes sigue siendo un símbolo libertario con sus risas, sus críticas y sus fantasías utópicas". Els Joglars en estado puro.
La palabra de Oro. Teatros del Canal
Pedro Mari Sánchez nos ofrece, prácticamente sólo en el escenario, una selección de textos del siglo de oro español, sin retocar ni adaptar, siendo fieles a su originalidad. Algo que yo agradezco enormemente porque, como afirma el mismo Pedro, los clásicos ya son modernos, no necesitan modernizarse ni en la forma ni en el fondo.
LOS DIOSES Y DIOS. Teatro Bellas Artes
Con la particular habilidad para someter al tribunal del humor a lo divino y a lo humano, y sin terminar de ofender a nadie, a pesar de su guasonería, Rafael Álvarez, “El Brujo”, vuelve a no dejar títere con cabeza y a enseñarnos, desde la espontaneidad absoluta, cómo reírnos de nosotros mismos y de todo en esta retomada función. Las pandemias la dejaron a medias allá por el 2020.