Salgo contento de la Sala Karpas, teatro de cámara. Después de alguna decepción pasada lo que he
visto esta tarde tenía nivel. Eran otra vez los de siempre. Y eso es una muy
buena noticia. Con Lope no puede ser de otra manera, o se hace bien o no se
hace.
El trilero más grande que ha dado el siglo de oro español en cuestión de amoríos, intrigas y equívocos vuelca todo su ingenio en esta comedia de enredo amoroso, divertidísima, dónde los actores y la dirección de Manuel Carcedo están a la altura del ritmo trepidante de la escena. Y Lope deja margen al intérprete para dar de sí a su comicidad, a la creatividad y al juego.
Y, sin embargo, hay de fondo crítica social también, una carga de profundidad muy elegantemente mostrada contra las costumbres de la época. Los matrimonios apañados, endogámicos y sobre todo anacrónicos, tan frecuentes entre la nobleza y más arriba. Donde mozas casaban con los que podían ser sus padres. Hasta los reyes lo hacían enlazando a tíos con sobrinas y primos con primas. Y la diferencia de edad casi daba grima. Una denuncia que iguala de algún modo a hombres y mujeres en un momento tan poco igualitario como aquel. No es que sean actuales los temas de entonces es que siempre lo fueron. Pero no he visto a mujeres que parecieran tontas ni nada parecido o no más que ellos al menos, aunque se lo hicieran ellas más que ellos. Y Lope las conocía bien. Él más que nadie.
Por lo demás los actores y las actrices saben hacer su trabajo, le ponen magia y desparpajo, lo hacen creíble. Nos reímos de la mano del clásico y de ese castellano en la cumbre. Pasa rápido. El vestuario es discreto, pero no desentona. Y las transiciones agilísimas y muy bien enlazadas, marca de la casa. Crean ese ambiente familiar y envolvente, típico del teatro Karpas que te hace sentir el contacto con los actores. Es el sello de Manuel Carcedo Sama desde hace mucho.
Buena versión que no desmerece a otras de más altos vuelos. Un clásico, en todos los sentidos. Pasarán un buen rato y se deleitarán por ejemplo con la evolución de los personajes que no impiden algún monólogo espléndido como el formulado sobre los celos. Evolución que, tratándose de Lope, nunca parece vertiginosa, aunque lo sea, y donde las afrentas y las pasiones se mudan en un “pis pas”.
Si no la han visto es una oportunidad porque es Lope, siempre Lope, y la hacen bien. Además, Karpas es como estar en el salón de tú casa. Como un teatro a domicilio...teatro de cámara, un experimento ya añejo que debe perdurar, porque, además, es el teatro de toda la vida.
Me
gustan mucho Felisa (Nerea Rojo) y
su madre Belisa (Pilar Cervantes),
pero también los demás Gerarda la cortesana (Patricia Garó esta noche) y los varones Lucindo, el pretendiente pretendido (Chema Moro), El Capitán Bernardo (Carlos de Austria) ese viejo casadero y
el criado que todo lo organiza (Alberto
Romo) y Doristeo el gentilhombre (Javier
del Arco). Es comicidad y retruécano, y el texto se nos hace fácil porque
los actores lo saben llevar y pausar acompañándolo de gestos que invitan a la
complicidad del espectador al mismo tiempo que lo divierten.
No deja espacio para la pena este Lope de comedia salvo en ese diagnóstico certero y breve sobre los celos y algún otro recadito.
Y cuando te quieres dar cuenta
la comedia se ha terminado.
Aliviado y feliz salgo del Teatro Karpas que vuelve a estar en mi agenda. Y bien que lo celebro.
Ficha artística:
Compañía Titular Karpas
Dirección de Manuel Carcedo Sama
Intérpretes: Fenisa - Nerea Rojo / Lucindo - Chema Moro / Capitán Bernardo - Carlos de Austria / Belisa - Pilar Cervantes / Hernando - Alberto Romo / Gerarda - Belén Orihuela / Doristeo - Javier del Arco
Fotografía Luis Burgaz
Escenografía y vestuario Alberto Romo
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