Todo comienza con la
canción de Ondina, con ese guiño de no poder seguir sin ti. Ya que “sin tu
mirada no sabría seguir” ¡ Qué
importantes son las miradas ! ¿ no creen?.
Y no solo la mirada; la cercanía, el cuidado, el proyecto, el querer, un objetivo común… LA VIDA.
Con estos acordes certeros, la compañía Malkoa teatro nos
introduce en este entrañable, reivindicativo, actual y cuidado montaje. Entrañable porque nos
llega desde el primer momento, nos transmite, nos transporta a vivencias
pasadas, a momentos dulces, a veces duros, de cuando nos planteamos tener una
familia, por amor, sea del tipo que sea. Nos
abre una puertecita en algún lugar de nuestro interior. Reivindicativo
porque plantean el derecho a formar una familia una pareja de mujeres. A las trabas
que la sociedad les pone, al maldito qué dirán, tan intrínseco en nuestra
cultura, y del que nos cuesta despegarnos tantas veces… Actual porque a pesar
de las ideas de VOX, afortunadamente vamos creciendo, vamos avanzando y vamos
aceptando un nuevo modelo de sociedad que incluye muchos y variados tipos de
familias.
Y aunque nos sigue
emocionando la escena donde Chencho se pierde en la Plaza Mayor de Madrid en
Navidad, y donde Pepe Isbert se deja la voz para encontrarlo, afortunadamente,
y gracias a Dios (vean o no la ironía) la gran familia son cada vez más grandes
y distintas familias. Y cuidado porque tratan
un tema delicado, y lo hacen de un modo tan tierno, tan sincero, y tan de
verdad que solo por eso vale la pena esta obra.
Carmen y Alba, una pareja, deciden ser madres. Una decisión que
cambiará por completo sus vidas. Jaime, amigo de la infancia de Alba, es el
donante elegido, y se lo propondrán durante una cena. “LA LIBRETA ¿Dónde coño
has guardado la libreta?” La libreta de los candidatos que Carmen y Alba han
ido elaborando, descartando y seleccionado para tan ansiado esperma. Y ahí
comienza la acción. El juego. La comedia. Hay una cosa que tienen muy clara
pase lo que pase “TU Y YO VAMOS A SER MADRES, porque tenemos todo el derecho
del mundo y lo vamos a conseguir.”
Toda la obra transcurre en el cuarto de baño de la casa de las
chicas. Un cuarto de baño donde ríen, lloran, hablan, beben vino… ¿Acaso no es
el cuarto de baño el elemento de la casa mas sincero? ¿No nos reciclamos día a
día en él ? Nos lavamos, nos duchamos, nos bañamos, cagamos, meamos... pero
también pensamos. A veces se convierte
en el último reducto de nuestra intimidad, donde las redes sociales no han
llegado, todavía.
Un gran acierto el ubicar
allí la obra. Gran trabajo también de iluminación, de la mano de Alicia
Pedraza, y de escenografía, vestuario, música y fotografía. Las transiciones son frescas, rápidas, no
nos dan respiro. Mantienen la tensión de la obra, ya que hay obra en ellas.
Agradecer también a la
Sala Mirador su detalle al inicio de la función. La dirección de Jon Arráez es impecable. Dinámica, ágil, audaz. De
sacarle el jugo a los diálogos, de exprimir cualquier detalle, de mirar más
allá de un váter o un lavabo, de descorrer la cortina de la ducha cuando se
requiere, y de mirar al interior cuando se necesita.
Y vamos con el trío, las
actrices y el actor. Alba, interpretada
por María Simón, nos lleva a puntos cómicos que no recordaba desde hacía tiempo.
Una interpretación fresca, natural, inquietante en ocasiones, dulce en otras,
temperamental a veces, pero siempre con cariño, con respeto. Con mucho amor. Carmen , Jaione Azkona, es su contrapunto (
La Louise de Thelma ), el cerebro, la tierra, la guía, también cómica, pero más
moderada. Ambas manejan una complicidad tan de verdad que a veces tienes la
sensación de irrumpir en su intimidad, en el baño de su casa. Fernando Solís, Jaime, el amigo de Clara,
su gran amor desde la infancia, tiene ese contrapunto difícil de lo que debe y
quiere hacer, entre sentimientos y realidades, entre dos mujeres donde sabe que
ha sido invitado a medias, a una fiesta donde quiere ser el último en irse,
pero que las circunstancias, la vida, le invitan a salir una y otra vez. Muchas
gracias a los tres, porque nos hicisteis reír, mucho, también llorar, menos,
pero sobre todo nos hicisteis pensar, reflexionar, trivializando la propia vida,
empatizando con todas esas familias,
sean del modelo que hayan elegido, que buscan su propia identidad, su futuro.
Con una espera dura,
amable en ocasiones y destructiva en otras. Y con la complicidad o no de los
que te rodean, ya que a veces a las mentes les cuesta entender lo más natural,
les cuesta cambiar conceptos repetitivos que nos han estado inculcando desde
pequeños. Quizá me faltó ver algo más de espera, de desesperación, pero también
estaba reflejado en la propia esencia de la obra, en ese carácter vitalista que
impregna y que hace que salgas de la
sala con una gran sonrisa en los labios y una gran caricia en el corazón.
“Vuelvo a pedirte, no te alejes de mí. Sin tu mirada no sabría seguir. Todos
los años quiero repetir. En el andén del lago verte reír.”
Teatro: Sala Mirador
Dirección: Calle Doctor Fourquet, 31
Fechas: 18, 19 y 20 de Enero
Entradas: Desde 14€ en Sala Mirador , atrapalo Hasta el 20 de Enero.
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