Teatro: Oscuridad

Oscuridad es una obra con un agudo sentido de humor negro para la cual sus directores Gorka Lasaosa y Abel Vernet reclaman la influencia de ‘Esperando a Godot’ de Beckett y ‘Giro al infierno’ de John Ridley. Sin profundizar se tratan temas como las creencias religiosas, la empatía, el egoísmo y la maldad humana. Se trata de un texto que tiene varias sorpresas donde la oscuridad que nos invade al ser expuestos al supuesto fin de mundo es la protagonista.






Es la enésima ocasión que se anuncia el fin del mundo. Algunos han deducido por la interpretación de la leyenda que para que te pille bien este acontecimiento universal debes acudir a un remoto y pequeño pueblo. Ante este semejante movimiento y concentración de masas, las oportunidades de emprender negocio y cubrir la noticia no se hacen esperar. Funcionario y reportero se ven involucrados en una situación de lo más excéntrica, ridícula y peculiar.



Aparecen en escena un reportero de televisión famoso (por Dafnis Balduz), con el ego un poco mal colocado y poco intrépido, que intenta lidiar con una situación que no debería ir más allá de la rutina laboral, pero que debido a un insignificante detalle termina ahogado en una situación ridícula e inverosímil. Así pues, nuestro reportero se ve involucrado de repente en un escenario plagado de diálogos totalmente incoherentes con un funcionario bonachón (por Karlos Urrekoetxea) que esconde una sorpresa. Sorpresa que le da un giro surrealista y convierten la situación aún más desesperante, donde las palabras deben ser medidas una a una, donde por ejemplo referirse a “los otros” como “los locos” y/o viceversa pueden tener negativas consecuencias.




La comedia negra es el alma del guion y la interpretación de nuestros dos actores hacen un gran alarde de ella. Y es que esta obra demanda poco de escenario más que una ambientación simbólica, pero sí de un gran peso actoral. Las interpretaciones de Karlos Urrekoetxea y de Dafnis Balduz son impecables. Puede que algunos textos se queden a medio camino, pero el despliegue teatral de Karlos te deja frito de emoción. Desde la butaca sientes nerviosismo, pero sin parar de soltar carcajadas, al mismo tiempo que observas minuciosamente a los personajes entre sus temas dispares, entre el miedo y la risa. Su expresión corporal y la interpretación de su papel te mantienen atento durante 60 minutos. Minutos donde no hay cambios de escenarios, ni cambios de luces, es más: un reloj que no funciona, una mesa y una silla son los únicos elementos que acompañan a estos dos actores que tiran de un inmenso despliegue actoral que conecta con el espectador.




Oscuridad es una obra que te engancha de inicio a fin. Quizá, si no te ubicas bien en la diminuta disposición espacial de la sala, te perderás de un par de escenas de primer plano. Sin embargo, es este sometimiento de los actores al continuo primer plano lo que se convierte en la gran virtud de ellos, que lo hacen a la perfección. El pragmatismo y la sátira que exigen sus respectivos personajes, hacen de esta obra digna de ver.


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Oscuridad
Teatro: Sala Interperie
Dirección: C/ Valverde, 15
Fechas: Viernes y Sábados, 20:30 h. Domingos, 19:30 h.
Entradas: Desde 9€ en entradium, atrapalo. Del 22 Marzo al 14 Abril.


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