¿Para qué sirven los payasos?
He tenido un par de semanas muy locas y he llegado tarde con
esta reseña. Da un poco lo mismo, sois pocos al otro lado y estoy convencida de
que los llenos han llegado a Rhumans día tras día. Son fantásticos.
Como digo llego tarde, son las 9 de la noche de mi primer
domingo libre en demasiado tiempo y algo tengo que publicar. A vosotros poco os
importarán mis circunstancias, pero en esta obra, a esta hora, y en este día se
entrelazan imparables con las palabras que os van a guiar en el viaje que
supone esta crítica atípica.
Joan Arqué, Roger Julià, Piero Steiner, Pep Pascual y Mauro
Paganini son Rhumans. ¿Y qué es Rhumans? Arte, y risa, y consuelo, y nostalgia,
y cultura, y papapancho, y tantas cosas como espectadores hayan pasado frente a
ellos. Payasos metafísicos que en su blancura hacen poesía postmoderna
abrazando números clásicos y obligándonos, a nosotros, sus dianas, a reír a carcajadas
de letra en letra.
Esta propuesta posee algo que abraza el alma. Carablanca, Augusto y Contra-Augusto deconstruyen castillos en el aire con los trazos de Polunin y la marca de la calle en un intento poco velado de alojar entre nuestras costillas una mano virtual con la que exprimir nuestros anquilosados diafragmas. Tan simple y tan duro.
Acaban en Madrid, pero si se cruzan en vuestro camino no dudéis. Y llevad a vuestros padres, o a vuestros hijos. Mi madre rio como la
niña que fue, y eso es un regalo. Yo por mi parte, continúo sin saber qué es un payaso, pero cuando
lo veo, lo reconozco. Y con ellos no hay duda.
Teatro: Teatro de la Abadía.
Dirección: Calle de Fernández de los Ríos, 42.
Fechas: Del 8 al 19 de mayo. De martes a sábado, 20:00 h Domingo, 19:00 h
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