Teatro: Coneja. Teatro Alfil


A estas alturas nadie duda de la vis cómica de Esperanza Pedreño, una actriz de lo más peculiar, que cada proyecto en el que se embarca es sinónimo de risas y buen rollo. Aunque los que la hemos seguido un poco sabemos que le gusta hablar de las cosas con bastante acidez, que gusta de reivindicar de la comedia más surrealista y absurda, al menos en sus proyectos más personales.





La maternidad de una mujer soltera como base de un monólogo que atiza varios frentes, haciendo un repaso a la actualidad. Por este ingenioso monólogo desfilarán Irene Montero, Santiago Abascal, Malú y Albert Rivera o el mismísimo Leo Harlem, con recaditos para todos. La generosidad de la actriz con el público es total, los mantiene alerta mientras les incita a que la acompañen en este tour por lo que es todo el proceso de embarazo y posterior maternidad de una mujer como ella, madre soltera y actriz. El ritmo de este personal monólogo no decae en ningún en momento, y pese a que habla de cosas que podrían llegar a doler o a molestar, la manera en la que las aborda hace que nos riamos de todo con la mayor naturalidad.


La actriz es también la autora y directora de este proyecto, sin lugar a dudas el más personal de su carrera, ya que nos habla directamente de su vida sin ningún tipo de complejo. Como nos dice el título, "Coneja. Trilogía de la desaparición" esta es la primera parte de una trilogía que intuimos nos irá contando las distintas etapas de su vida como madre y "coneja". La valentía al afrontar este reto la engrandece, ya que, más allá de distintos detalles más o menos escabrosos, da visibilidad a las dificultades que supone tener un hijo siendo madre soltera en una profesión tan inestable como es la interpretación, en la que los horarios y las jornadas laborales son de lo más variables.




Esperanza Pedreño siempre será, a los ojos del gran público, la divertidísima Cañizares de "Cámera café", papel que la encumbró (como a la mayoría del elenco de esa genial serie), pero que en cierto modo la encasilló. Esta albaceteña tan polifacética como singular (tanto por su apariencia física como por su forma de hablar y de interpretar) ha trabajado en películas como "Un palabra tuya" (que le valió la nominación al Goya a la actriz revelación), "Ocho apellidos catalanes", "18 comidas" o "El lince perdido" (película de animación en la intervino como actriz de doblaje). En televisión también ha participado en series como "Doctor Mateo" o "Fibrilando", y en programas como "Muchachada Nui" o "Más te vale XXL". 

Sus comienzos fueron más vinculados al teatro, donde ha participó en obras como "El quijote para torpes", "Casa con dos puertas mala es de guardar" o los clásicos "Bodas de sangre" y "La Celestina". Pero si por algún montaje será recordada es por el impactante "Mi relación con la comida" de Angélica Liddell, en el que abandonó su vis cómica para regalarnos una contundente interpretación llena de sarcasmo y dura crítica contra la sociedad del "postureo". En las últimas temporadas la hemos podido ver en "La madre que me parió". Con este nuevo proyecto vuelve al monólogo crítico, pero esta vez desde el humor, faceta que domina a la perfección.



Producido por El Buco, este montaje es una mezcla de humor surrealista, "monólogo protesta", con partes próximas al clown, facetas todas estas en las que la actriz se desenvuelve con gran soltura. Si a esto sumamos que habla de si misma, obtendremos un resultado fresco y directo, provocador y divertido, ingenioso y sincero, tierno y doloroso, esas mil facetas que tiene Pedreño, todas esas aristas que modelan a la actriz, mujer, madre, activista, humorista. Bailando entre el surrealismo y relato biográfico, la historia nos acerca a diversas problemáticas que golpean a muchas mujeres en la actualidad. El montaje se asienta en un humor ácido, de una gran crudeza en determinados momentos, y con momentos de brillante comedia en las continuas referencias con la actualidad. Pero ante todo es un relato reivindicativo de una madre soltera que ha visto como se ha vuelto "invisible" para la sociedad desde su maternidad, por la dificultad que conlleva el compaginar los cuidados con los horarios laborales, por los prejuicios de una sociedad ante una madre sola e independiente. Por todo ello, Pedreño se ha liado la manta a la cabeza y ha hecho este salto al vacío en el que asume todas las facetas del proyecto: escritura, dirección, producción y, por supuesto, interpretación.



La actriz, con su físico de chica triste, pero con esa sonrisa perenne que nos conmueve y nos hace seguidores acérrimos de una mujer aparentemente vulnerable pero que se convierte con su suave voz en un encantador de serpientes, nos hipnotiza con todo lo que dice, cosas muy duras que se muestran como simples cuentos en la voz de la artista. Bufona, payasa triste, clown, todas las facetas relacionadas con la comedia las domina de tal modo que nos hace bailar al son que ella quiere en cada momento. Y no es fácil desnudarse de esa manera para contar cosas realmente serias desde un prisma de lo más absurdo. Y decimos que no es fácil porque este monólogo se basa en los miedos y las frustraciones de una mujer abocada al ostracismo por una sociedad que no la ve dentro de sus parámetros, que te hace desaparecer desde el mismo momento en el que no le interesas.



Un montaje formalmente sencillo, con un micro y un taburete como únicos elementos escenográficos, al más puro estilo de los monologuistas clásicos. La actriz nos propone un viaje por el lado oscuro de la fama, convirtiendo la historia de su vida en una ingeniosa "payasada en torno a los sueños rotos". Con su físico aparentemente frágil y el vestuario de Daniela Presta, se nos muestra como es ella, sin ningún elemento que nos estorbe, ya que para hablar de uno mismo no se necesita ningún disfraz, cuanto más descarnada sea la escena más se centra la atención en el actor y más directo puede ser su mensaje.

Esperanza Pedreño se nos muestra en este espectáculo como es ella, tan surrealista y graciosa como es en realidad, pero a la vez comprometida y ácida como pocas. En esta obra es ella misma pero también todas las mujeres, que se sienten presionadas por la maternidad, que desde niñas les han marcado un camino del que no debían salirse, todas esas mujeres que se han visto superadas por que la vida no era como se contaba en los cuentos. Pedreño en estado puro, una bestial maravilla, una bomba de relojería envuelta en una frágil apariencia de muñeca de porcelana. Un espectáculo tan divertido como reivindicativo, tan surrealista en la forma como real en su contenido.

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Coneja
Teatro: Teatro Alfil
Dirección: Calle Pez 10
Fechas: Miércoles a las 22:30.
Entradas: Desde 11€ en Alfilatrapalo. Del 10 al 31 de Julio.

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