Divinas Palabras en Teatro María Guerrero

Nadie como Valle- Inclán ha sabido describir nuestra España, una España de raíces podridas, liturgias encorsetadas y maltrechas que no hacían mas que consolidar valores instintivos, analfabetos y mezquinos. Y son sus obras las que a principios del siglo veinte nos siguen mostrando una historia que es también la actual, más maquillada quizá ,vestida de consumismo pero igual de ignominiosa. 
Una mano invisible que lo cubría todo, un pueblo que no tenía por mas que sobrevivir y cada vez que nos sentamos frente a una de sus obras nos asola la misma disyuntiva, es la miseria la que ha generado esos valores que aun hoy perduran o son los valores los que no permitían salir de la miseria.

Esta enigmática puesta en escena bajo la dirección de José Carlos Plaza ha conseguido que veamos todo aquello de lo que Valle nos hablaba, pero hemos recibido un prisma que no tuvimos al leer la obra. Sentimos lastima, empatizamos con la miseria de cada personaje, no los juzgamos como despreciables. Plaza ha conseguido que entendamos que cada personaje es fruto de un imaginario colectivo construido y que su capacidad de actuación en muchas ocasiones se reduce a lo que sabe y conoce que en tantas ocasiones viene a ser nada.
Plaza construye una puesta en escena de ocres, que inundan a los personajes y a la escena, acompañado de un elenco que irradia conocimiento del hecho teatral, una versatilidad imponente para una obra que como todo el esperpento de Valle-Inclán no puede doler mas.
Se lo contamos:
La acción gira alrededor de la familia de Pedro Gailo, un sacristán, casado con Mari Gaila, y que tienen juntos una hija, Simoniña. La hermana de Pedro Gailo muere, dejando a su engendro, Baldadiño expuesto en las ferias por sus familiares para conseguir dinero. Se lo disputan a tal fin la hermana de la difunta, Marica, y los Gailos. Baldadiño finalmente muere, desencadenándose los hechos que como siempre les animamos a que disfruten y descubran ustedes mismos.
Mención especial a la interpretación de Javier Bermejo en el papel de Baldadiño con una impecable y asombrosa construcción de personaje. María Adánez brillante presencia escénica y destacable paso a proscenio en una línea muy fina con la ruptura de la cuarta pared, que por supuesto no rompe.  Pasional, presa de una condición social que parece no serle propia, una libertad sexual inmersa en una sociedad gris. Deslumbrante, cuando adultera es perseguida por los vecinos, y esa mujer de carácter se vuelve pequeña y frágil. Maravillosos diálogos con su compañero Carlos Martínez- Abarca en el papel de su marido Pedro Gailo, un sacristán sin nada que perder, vicios ocultos tras el latín tras el que se esconde, sin ansias de nada con displicencia de todo, así como en los enfrentamientos con Marica del Reino interpretada por Consuelo Trujillo con ella leeremos por mas rabia que exhale, el subtexto de la supervivencia mas básica, esa que nace de las entrañas sin mas maldad que comer y vestir. 
Elenco que se mueve en sincronía, coreografía de movimientos en los enfrentamientos sin que se resuelvan en escándalo, y no se pierda ni un ápice de la esencia. Desdoblados en varios personajes, mendigos, mujerucas, soldados, vecinos  que consiguen poner el foco sobre sí, pero que a su vez hacen grande a Mari Gaila a lo largo de la función, Alberto Berzal, María Heredia, Chema León, Ana Marzoa, Diana Palazón, Luis Rallo, José Luis Santar completan el reparto 
Con Mariano Díaz en el trabajo de espacio sonoro será la música celta la que invada la atmosfera, algo esotérico parece pulular al comienzo de la obra, aquellas creencias que simplemente son, pero no sabes de donde vinieron, junto a una escenografía indigente en el continente, pero no así en el contenido medido como una forma de entender el esperpento y el hecho teatral que estábamos presenciando, unas telas que irán construyendo diferentes fotografías, diferentes espacios que nos harán olvidarnos del anterior, un inteligente trabajo de la mano de Paco Leal encargado también de la iluminación.   Pedro Moreno en el trabajo de vestuario desdibujando una realidad, enfatizando la realidad de Valle que llevaba al extremo, zarrapastrosos, desaliñadas, harapientos se darán cita en esta puesta en escena.

Valores primarios, miseria, ignominia descrita con una belleza dolorosa, brutal, inteligente. Instintivamente recomendable. 



Divinas Palabras 
Dirección: Calle de Tamayo y Baus, 4
Fechas:  del 13 de diciembre 2019 al 19 de enero de 2020. De martes a domingo a las 20.00h
Entradas: Desde 3 € a 25 € en Entradas inaemFunciones accesibles: jueves 9 y viernes 10 de enero.

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