Gracias.Al acabar el espectáculo la palabra que resonaba en mis mandíbulas, poco
acostumbradas ya al noble arte de reírse en estos tiempos convulsos, era esta.
Gracias. Gracias chicas. Gracias actrices. Gracias artistas. Gracias por estas
dos horas. Gracias por reivindicar con humor derechos, responsabilidades y
mitos, aún no caducos en esta nuestra sociedad tan convulsa también, por
extraño que parezca.
Humor,
mucho humor. Un club de la comedia en toda regla (no hagan doble juego). El
feminismo es un tema sensible del que nos queda tanto que aprender y caminar.
Aunque si lo hacemos con humor mejor. Y para empezar, nada mejor que reírnos de
nosotros mismos. De la vida en general, reírnos con cariño. Reírnos con verdad.
Una stand-up comedy que llenó la sala, oigan. La petó. El Alfil hasta arriba,
manteniendo las distancias de seguridad, claro.
Y
comienza el show. Sil, Jessika y La María Rosa nos invitan a adentrarnos en un
frenesí abrumador. En un orgasmo mandibular en toda regla (seguimos sin
dobleces). Sil de Castro, en un rol fiestero nos ametralla con un ritmo
trepidante cargado de ironía, humor, cariño y reivindicación. Frescura en su
mirada, gestos y conexión con el público desde el inicio. Esta bacalaera
valenciana nos atrapa, nos guía, cual maestra de ceremonias para adentrarnos en
una igualdad pedida y no concedida por trasnochismo de etiqueta, con mucha
energía y buen hacer. Un gran trabajo detrás propio de lo contemporáneo ( guiño
a la actriz ).
Silvia Sparks y su casi, su casi y su todo. Un humor negro, irreverente, en ocasiones
algo hiriente pero con ese sarcasmo inocente norteño. Si una se ríe de sí misma
con ese desparpajo, vamos a acompañarla. Vamos a reírnos. Jessika Rojano,
canaria venezolana reivindicativa en cada uno de sus chistes, de sus anécdotas
y de sus vivencias. Y con una historia familiar enternecedora nos da el toque
romántico y enternecedor de la noche.
Seguro
que tu bisabuela se siente orgullosa de vosotras. La María Rosa es así. Te la
quieres llevar a casa desde el principio. Franca, transparente, callejera donde
las haya, y reivindicativa, como no. Lo que se ha perdido la copla. Y Coria
Castillo ,el descubrimiento de la noche . Espectacular, maravillosa,
desternillante desde el minuto 0. Una naturalidad así es difícil de encontrar.
Verdad en el escenario hecha sonrisa. A la altura de las grandes. Y de los
grandes también. Obviamente.
Y así entre, histerias, vibradores, casis,
verdades gigantescas, ternura, vivencias, y un pedacito de historia, se fue
pasando el show. Estas grandes actrices, cómicas, y sobre todo mujeres, nos
devuelven la sonrisa en el Alfil. En estos tiempos que corren, ¿qué más se
puede pedir? Vengan al Alfil. Vengan con una mascarilla de recambio por si
acaba por los suelos en un ataque de risa. Avisadas y avisados quedan. VENGAN
AL TEATRO. VENGAN A DISFRUTAR DE LA CULTURA. SEGURO Y SEGURA.
Calladitas estáis mas guapas (O el arte de decir lo que me sale del coño) en Teatro Alfil
Reviewed by Charli in red
on
lunes, noviembre 02, 2020
Rating: 5
No hay comentarios:
Publicar un comentario