Del teatro mas visceral, de la dramaturgia creada a base de trabajo colectivo de Club Caníbal, del caos transformado en orden surge una propuesta diferente, la unión de varios géneros teatrales, la España rural, la intrahistoria, la psicodelia mas absurda pero ante todo el hilo conductor mas abstracto, el poder.
-Señoras señores, quedan tres minutos para que se abran las puertas de “El Corte Inglés”.
Chiqui Carabante en dramaturgia y dirección presenta junto a Vito Sanz, Font García y Juan Vinuesa la tercera parte de su trilogía La trilogía de Crónicas Ibéricas, formada por ‘Desde aquí veo sucia la plaza’ y “Herederos del Ocaso”.
Humor acido en escena, de ese que escuece por cercano. Nos hace gracia reírnos de la picaresca española, es cercana, es nuestra. Sisar alguna moneda, coger el trozo mas grande del pastel, ¡Que pillos somos! y además siempre tenemos al Lazarillo de Tormes para decir – ¡Ves, ves! si esto es desde siempre. Lo agridulce llega cuando parece que hemos entendido que la picaresca es, robar a manos llenas, meter la mano en la cosa pública, estafar. Que la picaresca y la corrupción parece que devienen en lo mismo y señores, no, no es lo mismo. La primera parece tener su gracia y la segunda no. Pero que con las dos nos reímos, que da igual una cosa que la otra, porque somos muy de reírnos de nuestra idiosincrasia.
Y como España viene a no ser nada en sí misma, ni hay una construcción real de su significante, pues ahí tenemos el saco casposo, de la España mas rancia tejida a fuego. “viva el pasodoble/ que hace alegre la tragedia/viva lo español”. Club Caníbal nos cuenta mejor todo esto y mucho más.
Pablo Peña en un marca el ritmo con música en directo y sonidos que acompañan al movimiento y al gesto de los actores generando mas originalidad si cabe.
Pero el conflicto, comienza con el sonido de una caja registradora o más bien con el sonido del dinero. Alguien haciendo caja, otro ganando una pequeña parte y otro llevándose la mayor parte en este circuito… Money money en unos grandes almacenes que antaño fueron una pequeña sastrería y que en su día convirtieron a Ramón Areces en una de las personas mas influyentes de este país. Un nuevo modelo de negocio, un logotipo reconocible por todos. El día a día del cliente estaba cooptado por una nueva estrategia, saludaban los cambios de estación, las rebajas, el día del padre, de la madre, pero faltaba algo Cortilandia, ir acostumbrando a ser consumidores-clientes en lugar de ciudadanos a los mas pequeños. El plan le salió bien.
Se lo contamos:
En su lecho de muerte, a don Ramón Areces, dueño de El Corte Inglés, se le mezclan los recuerdos de infancia con sus andanzas en Cuba y las ofertas de Navidad que suenan por la megafonía de su gran empresa. Abrumado por su pasado, Areces pasea por sus recuerdos tratando de encontrar su último anhelo, una metáfora que haga justicia a su persona.
Tres actores, cuya energía esta en el mas alto nivel a lo largo de
toda la función, una energía que llega al patio de butacas en forma de
boomerang, porque toda la energía que recibimos, el público responde de la
misma manera, con atención plena a esta puesta en escena con miles de
estímulos. Tres actores en un trabajo bárbaro, serán empresarias, paisanos,
dictadores todo ello con cambios de vestuario en escena, al instante que miras
a otro lado, el personaje ha cambiado. Un juego teatral del todo espectacular.
Ellos son Vito Sanz, Font García y Juan Vinuesa ninguno sobresale, ninguno tiene
el foco. Tres focos constantes, compañerismo en escena y verdadero trabajo de
equipo. Club Caníbal. Decía Sebastià Gasch… “por separado el carablanca es el
clown, y su pareja el Augusto, y cuando actúan juntos ambos son payasos” esta
idea venía constante a la cabeza viendo a los tres actuar y hoy no podría
hablar de ellos por separado en esta pieza. Cada uno de ellos es especial y diferente, y junto a Carabante crean un universo mágico.
Los
tres retratan a la perfección con constantes y radicales cambios de
registro, el poder que va adquiriendo una persona de origen humilde y
más aún, como gestiona ese poder.
Club Caníbal da una vuelta de tuerca, la estrategia de Areces parece mas una copia de Galerías Preciados y de Pepín Álvarez quien comenzó su aprendizaje en los almacenes “El encanto” en Cuba, a los que siguieron Cesar Rodríguez quien compraría una pequeña sastrería en la Calle Preciados y al que seguiría el joven Ramón Areces. Lo que comenzó como un apadrinamiento, con una idea de prosperidad y ampliación de negocio se convertiría en una fuerte competencia entre ambos negocios que acabaría con el cierre de Galerías Preciados y es que todo empezaba a dar igual, de donde venía , quien le ayudó, eso ya no importaba El empresario pierde su identidad y ya solo queda la marca y tener mas poder, ser mas conocido, captar mas cuota de mercado y bien sabía que pasaba por ser servicial ante cualquier forma de gobierno, su marca es mas importante que cualquier forma de Estado.
Pero ahí están sus raíces aunque no quiera verlas. Esa España rural que retrataba José Luís Cuerda y que vuelve a recordarnos que en esta competencia, todo quedaba en casa. Que si los personajes que aparecen en La Mata allá en Asturias, hubieran sabido las estrategias que se habían utilizado para crear este imperio, le hubieran dado una colleja o tirado un bollo de pan recién hecho a la cabeza a Ramonin.
Llamadas de teléfono a grises mandatarios, la visita de una execrable mujer se darán cita, en una caricatura que nos cuenta verdades insoslayables. Verdades que parecen no afectarle al empresario, situado en una atalaya en la que nada le roza.
La Mata en Asturias, los almacenes “El encanto” en Cuba, en Madrid de su mano un emporio que pasó por el cierre de Galerías Preciados proyecto de su mecenas Pepín Álvarez, sus contactos con cualquier esfera de poder ya fuera mandatarios, empresarios o lobbies de poder. En su mano estaba en esta nueva estrategia moldear también las condiciones laborales de los empleados y nos muestran a la perfección cual fue su vía de actuación.
Con todo, Ramón Areces que ya parece tenerlo todo, ahora quiere construir su metáfora, les invitamos a que descubran cual es, y quizá la puedan crear ustedes mismos.Walter Arias nos propone una escenografía completamente ecléctica y perfecta acomodándose a toda una amalgama, cambios de lugares de contextos que junto al trabajo de iluminación por parte de Nerea Castresana compone un conjunto certero.
Por su parte Salvador Carabante, ha sabido dotar de humor a todo un trabajo de vestuario, dando un giro de 180 grados a los trajes originales.
En escena mucho humor, una caricatura inteligente de esta nuestra España, que nos ha hecho descubrir una parte muy desconocida de un estamento de poder que siempre ha estado ahí.
Iconicamente recomendable.
Dirección: Chiqui Carabante
Reparto:
Font García
Vito Sanz
Juan Vinuesa
Dramaturgia: Chiqui Carabante
Músicos: Pablo Peña
Escenografía: Walter Arias
Iluminación: Nerea Castresana
Vestuario: Salvador Carabante
Diseño gráfico:
Fratelli Moca
Jose Fernández
Producción:
Club Caníbal
Silvia Rey
Sirai Life Priumph
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