El implacable mundo de la empresa, ese en el que no hay compañeros, solo enemigos. Este aclamado montaje nos pone ante una situación inhóspita y nos muestra la decadencia humana, lo serviles que podemos llegar a ser por mantener nuestro puesto de trabajo o conseguir el ansiado ascenso que nos está minando por dentro. Un fiel reflejo de la sociedad capitalista e individualista en la que vivimos, en la que lejos de ayudar al prójimo todo se convierte en una dura lucha por conseguir los objetivos propios.
Estamos ante uno de los mayores éxitos de los últimos años. Escrita hace ya más de quince años, sigue estando de rabiosa actualidad, ya que el mundo sigue girando al ritmo que marcan las empresas, y los trabajadores se ven empujados a vivir en una continua lucha por la supervivencia. A partir de los relatos reales de varios procesos de selección, nace esta dura crítica al mundo empresarial, al individualismo en el que vivimos inmersos, a un mundo que nos obliga a estar siempre alerta. Así subyacen las preguntas que el autor mantiene vivas en estos días: ¿Hasta donde estamos dispuestos a llegar para conseguir el trabajo de nuestros sueños? ¿Dónde están nuestros límites cuando la recompensa es lo suficientemente alta? Pese al tono de comedia que envuelve la obra, los hechos los incomodan, nos indignan, nos hace plantearnos hasta donde seríamos capaces de llegar ante una situación así.
Producida por Carlos Larrañaga (con Andrés Belmonte como ayudante de producción), la historia se desarrolla en una habitación de una gran empresa, en la que un grupo de trabajadores deben hacer todo tipo de pruebas para conseguir un puesto de trabajo. El texto de Jordi Galcerán nos muestra el lado más oscuro y deleznable del mundo laboral y está basado en una anécdota real. "En una papelera, un periodista encontró casualmente las fichas desechadas de unas aspirantes a cajera de supermercado. En ellas, el encargado de las entrevistas había anotado sus impresiones sobre cada candidata. El periodista hizo un reportaje sobre ello y transcribió algunos de sus apuntes. Eran del tipo "ésta no, por gorda", "moraca, no sabe ni dar la mano", "apesta", etcétera". Esta impactante noticia fue la que hizo que Jordi Galcerán se lanzase a escribir sobre el oscuro mundo de los procesos de selección en las empresas.
El autor reconoce que "la noticia me llevó a pensar en la relación que se establece entre alguien que necesita un trabajo y aquél que tiene el poder de proporcionárselo. Una situación en la que el aspirante intenta mostrar su mejor cara, o al menos la cara que cree que se espera de él, y el entrevistador intenta descubrir a quien tiene delante y si es el tipo de persona que necesita. Un juego de engaños y astucia que, llevado al límite, se convirtió en esta comedia. Un juego al que todos hemos jugado alguna". y en eso reside la longevidad de la propuesta. "Todos nos sentimos identificados con los dilemas por los que transcurren los personajes, nos ponemos en su lugar y en el fondo dudamos de hasta dónde podríamos llegar si la recompensa es lo suficientemente alta". Una visión mordaz de uno de los ámbitos más crueles y competitivos de nuestra realidad diaria.
Tamzin Towsend ("Heroes", "La última sesión de Freud", "Gorda") se encarga de la dirección, con Chema Rodríguez como ayudante. Towsend es una colaboradora habitual de Garcelán ("Fuga", Carnaval", "Palabras encadenadas") y entre los dos han creado un montaje que destila tensión, comedia, acidez y mala leche. Una elegante comedia que nos mantiene alerta en todo momento con sus continuos giros de guion, en una montaña rusa de sobresaltos que vivimos con la misma tensión que los protagonistas. Una obra dinámica pese al poco movimiento que hay, muy teatral en la composición escénica, centrada principalmente en unos corrosivos diálogos y una trama que se va mostrando cada vez más inquietante.
La historia nos traslada a las entrañas de la empresa sueca Dekia, con un gran prestigio internacional en su sector, que va a contratar a una persona para que se incorpore de inmediato a su organigrama en un puesto de gran responsabilidad. Esta jugosa vacante conlleva unas condiciones económicas y laborales muy interesantes, lo que hace que haya gran expectación por acceder a la selección y que crezca el número de aspirantes para obtener dicho trabajo. Lo que desconocen los aspirantes es que el método de selección es, digámoslo suavemente, "poco convencional". La empresa necesita cubrir el puesto con mucha rapidez, por lo que necesita hacer una criba importante lo más rápido posible.
Nos metemos en una aparente sala, uno de esos lugares en los que se reúnen los grandes empresarios para cerrar sus acuerdos. En ese lujoso lugar van apareciendo los candidatos seleccionados para una entrevista conjunta con una persona de la empresa que les va a contratar. No tardamos en darnos cuenta de que este proceso no va a ser nada convencional. El método utilizado por la empresa para elegir a quien contrata es, cuanto menos, poco ético. El tiempo pasa y en la sala no aparece nadie de recursos humanos para entrevistarlos. Nadie les explica como es el proceso selectivo. Poco tardarán en darse cuenta de que ya ha comenzado la cruel prueba y que se encuentran aislados del exterior y encerrados en ese lugar sin poder salir.
Lo que parecía una anodina prueba de selección de personal se convierte en una lucha fratricida contra los otros candidatos. Los cuatro comienzan a ser conscientes de que la prueba consiste en ver quien es el que mejor se aclimata a las distintas adversas y así que la empresa pueda valorar la capacidad de cada uno para resolver los conflictos que se pueden generar dentro del grupo de trabajo. Alguien desde fuera les está evaluando, observando cada uno de sus pasos.
Desde fuera, los responsables de esta malévola prueba, se comunican por megafonía con los candidatos, proponiéndoles pruebas inusuales. Los participantes tienen que mostrar sus habilidades (o sus carencias) a la hora de enfrentarse a los retos propuestos. Así veremos su solidaridad, su compañerismo, su ambición o sus pocos escrúpulos a la hora de descalificar a los otros con tal de sumar puntos ante la empresa. Uno a uno deben ir cayendo hasta que sólo quede uno, que será el que consiga el ansiado puesto de trabajo. La reunión se convertirá "en el espejo donde los personajes reflejarán su humanidad o insensibilidad y su empatía o su tolerancia".
Los cuatro candidatos son Fernando (un siempre divertido Luis Merlo), Mercedes (una impulsiva Marta Belenguer), Carlos (un escéptico Jorge Bosch) y Enrique (un tímido Ismael Martínez). Ellos son los últimos aspirantes en esta prueba conjunta que se convierte en una lucha fraticida por saber quien es el más despiadado, quien tiene menos escrúpulos, quien llega más lejos y tiene más tesón por conseguir derrotar a sus contrincantes. ¿Hasta dónde estarán dispuestos a llegar para conseguir lo que siempre habían soñado?
Luis Merlo("El crédito", "Deseo", "El test") está impecable dando vida a un maquiavélico Fernando, al que vemos cambiar a lo largo de la prueba. Marta Belenguer("El test", "5 y acción", "Donasmoviles") nos presenta a una Mercedes mordaz, luchadora como gato panza arriba, que se crece ante la adversidad. Jorge Bosch ("Invencible", "El nombre", "Babel") es un Carlos tímido, que va creciendo a lo largo de la reunión y sacando su lado oscuro. Y por último Ismael Martínez ("Ejecución hipotecaria", "Naturaleza muerta en una cuneta", "Marat Sade") da vida a Enrique, el que aparentemente tiene las condiciones menos adecuadas para el puesto pero que nos acabará sorprendiendo, como cada uno de los candidatos, que tienen que sacar su lado más turbio.
La impecable puesta en escena nos sitúa de inmediato en el entorno que la obra necesita. La escenografía diseñada por Anna Tusell y creada por Mambo Decorados nos muestra un espacio blanco, frío, sin elementos significativos, un espacio neutro pero con el diseño que se espera de una sala de una gran empresa. La iluminación creada por Felipe Ramos ayuda con esa neutralidad del espacio, con ese ambiente a mitad de camino entre un hospital y una oficina. Por último hay que destacar el vestuario diseñado por Gabriela Salaverri, que nos da una imagen muy acertada de como es cada uno de los personajes.
En definitiva, estamos ante uno de los mayores éxitos de las últimas temporadas. Una de las obras más mordaces, ingeniosas, críticas y divertidas de los últimos años, que nos hace una inteligente radiografía de lo que son las dificultades para afrontar un proceso de selección de personal. Una comedia cargada de mala leche, con una ingeniosa visión de una realidad que nos azota, que convierte nuestra búsqueda de trabajo en una angustiosa yincana en la que pueden pedirnos cualquier cosa. La competitividad, el individualismo, la falta de escrúpulos, la obsesión por el poder, todo ello cabe dentro de esta sala de la que sólo puede salir un candidato vencedor. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
Fechas: Desde el 16 de Septiembre. De Miércoles a Viernes a las 20:30, Sábado a las 18:00 y 20:00. Domingos a las 18:00. Funciones extra el 9 de Noviembre y el 6 y 7 de Diciembre. El 8 de Diciembre la función será a las 18:00. En Diciembre de Miércoles a Viernes la función será a las 20:00.
FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA (Por orden de intervención)
Fernando LUIS MERLO Enrique ISMAEL MARTÍNEZ Carlos JORGE BOSCH Mercedes MARTA BELENGUER Dirección TAMZIN TOWNSEND Autor JORDI GALCERÁN Duración 90 minutos
Producción CARLOS LARRAÑAGA Ayudante de Producción ANDRÉS BELMONTE Ayudante de Dirección CHEMA RODRÍGUEZ Diseño de Escenografía ANNA TUSELL Diseño de Iluminación FELIPE RAMOS Diseño de Vestuario GABRIELA SALAVERRI Música ANDRÉS BELMONTE Regiduría JOSÉ ÁNGEL NAVARRO Jefe Técnico DAVID GONZÁLEZ Diseño Gráfico HAWORK STUDIO – ALBERTO VALLE Fotografía SERGIO PARRA Construcción de Escenografía MAMBO DECORADOS
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