Espacio Ibercaja Delicias. - ¿Dónde es?, - ¿Dónde está?. Muy sencillo, el acceso es por el lateral del Museo del Ferrocarril, no tiene pérdida. Una carpa a lo lejos y ya comienza el leve hormigueo en el estómago.
El día a día, la prisa, la rutina, las facturas no dejan espacio para utilizar la boca para reír, las manos para aplaudir y los pies para patalear. Es un lujo al que parece tenemos pocas opciones de acceder y no les voy a negar que la vuelta a ser niña otra vez y a recordar cuando pensabas que podrías volar pone un poco nerviosa.
Nos lo contaban:
"Llega la mayor experiencia circense jamás vista: ¡Madrid Circus Festival 1921! En este brillante espectáculo podrás disfrutar del circo en su mayor expresión, con artistas venidos de cada rincón del mundo y deslumbrantes puestas en escena. La ambición de este evento supera a aquella de hace 100 años, cuando un director de circo decidió juntar bajo la misma carpa a cientos de talentos descomunales. Llega a Madrid lo nunca visto, los números más arriesgados, la comedia más desternillante... ¡La excelencia hecha actuación! Y todo ello sin incluir animales en su show y poniendo a disposición de toda persona que quiera disfrutar del circo un sinfín de servicios y actividades, ¡toda una feria para disfrutar al máximo!".
Ahora sí, apaguen sus teléfonos móviles, primero por decoro, y por respeto que va a comenzar la función pero en este caso sobre todo, porque hace cien años no había móviles y se trata de disfrutar lo presente.
Es este espacio una ventana que permite desconectar del ruido, en pleno Madrid centro, que permite volver al origen y durante un rato olvidarte de todo y volver a sentir que podemos volar ó hacer pompas de chicle gigantes, a sentir que la magia existe sin tener que buscar el truco, que las cosas son impredecibles y no hay que buscar siempre el por qué. Simplemente son.
A lo lejos los zancudos y por allí andaba merodeando Bruno Candado, el payaso enfadado, una taquilla de circo de las de verdad y muchas niñas, niños y niñes con sus familias o vecinas o amigos, eso no lo puedo asegurar lo que si se, es que este espectáculo es para todos los públicos y que tanto pequeños como adultos quedarán ojipláticos y expectantes durante toda la función. Y no hablamos de adultos que acompañan a los niños, hablamos de ir de la mano y disfrutar juntas.
Entramos a la gran carpa, un sorprendente espacio, con mesas en las que cómodamente pudimos disfrutar del espectáculo. Nunca imaginamos que al acabar la presentación de David Moreno presentador todoterreno, el escenario se convertiría en una fantasía de 70 minutos que nos tendría completamente hipnotizados
Con la producción de LETSGO, Gabriel Chamé dirige una puesta en escena a ritmo del payaso que sabe, que el circo hace cien años era el espectáculo más importante. Ha sabido conectar presente y pasado dotándolo de sentido, creando una pieza poética, blanca, y sin duda muy divertida donde ha congregado a los descendientes de los descendientes de unos grandes artistas, haciendo que el circo vuelva a ser el espectáculo mas importante.
No nos cansaremos nunca de decir, que no es el circo solo para niños. Más aún considero que los adultos debiéramos ir al circo como terapia y comprobar la capacidad de los mas pequeños para sorprenderse, de no juzgar ni adelantarnos a los acontecimientos . Porque sí señoras y señores el circo es eso, los Sirvientes impertinentes a lo largo de la función no dieron pie con bola, ¡ todo les salía mal !. Pero como nada se esperaba de ellos no tuvimos por mas que acompañarles en sus hilarantes idas y venidas, así pasó con Dúo Flash y al ver el resultado final, la sorpresa fue aun mucho mayor.
De la mano de Álex O'Dogherty un guión muy cuidado, ágil, con ritmo, de lenguaje inclusivo, respetuoso, sin risitas ni ironías, muy de agradecer en estos tiempos. Un género que incluye, que no juzga que trasciende para poder soñar, generando una grata realidad que mientras dura es la realidad misma.
La interacción con el público, la participación de pequeños y mayores en escena, la ruptura de la cuarta pared constante, los personajes con y entre el público.
Acróbatas, magos, payasos preparando su número perfecto, trapecistas, forzudos, ilusionistas, belleza aérea y en suelo, saltimbanquis, acroporter, cuchillos. La risa copando la carpa, el corazón en un puño cuando solo quedan 30 segundos en el juego de escapismo y Bruno empeñado en salir por la tele, Carablanca en su intento constante de permanecer Carablanca siendo Augusto. Mesa que lleva Tinti y que acaba en manos de Tente, la escapista en medio del público, un jaleo en el que no hay que hacerse demasiadas preguntas. Únicamente dejarse llevar y disfrutarlo.
Volar alto requiere muchas horas de suelo, una capacidad técnica encomiable, no puedo imaginar las horas de ensayo, el compañerismo, el trabajo que hay detrás, que parezca sencillo y que sea cercano, todo por el público y por el afán de construir una realidad diferente.
No les diremos ahora el nombre de cada personaje que sale a escena, David Moreno se los presentará con nombres y apellidos y hasta de donde vienen, permitannos que no nos adelantemos nosotros a este presentador todoterreno, si les podemos decir que los artistas en la pista son: Vinila Von Bismark, Arnau Lobo, Omar Antxundia, Edgar López y Carlos Valledor, Julio Bellido, Arantxa Fernández y Coral Quiñones, El mago Lautaro, Nacho Sánchez, Donet Collazo, Oleg Tatarynov, Lian Álvarez y José Sánchez, Dilorom Abdulaeva, Fima y Evgeny, Aria Bedmar y Maru Limeres. Un elenco hilarante y de técnica perfecta que se entregará a todo un público que acabará bailando con ellos para agradecer lo que nos han dado durante estos setenta minutos, con moraleja incluida para pequeños y no tan pequeños que nos llevamos con nosotros.
¡ Hasta un león sobre patines, en este circo sin animales !
Una escenografía que ocupa el espacio, escaleras, unos labios gigantes convertidos en túnel del tiempo, entradas, salidas , huecos. Parece no haber fin y la vista parece no abarcarlo todo, lo que está y lo que se invita a imaginar, trabajo de Miguel Brayda junto al diseño de luces de la mano de Himar Santana en un juego con tintes mas picantes y cercanos al cabaret, que engarzan a la perfección con un espectáculo blanco. Reme Gómez en el trabajo de vestuario nos acerca ese circo de hace cien años, sabiendo trasladarlo a la modernidad. El diseño de música y efectos de sonido corre a cargo de Marc Álvarez completando un círculo perfecto.
Es este sin duda un espectáculo de altos vuelos que no se pueden perder.
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