Teatro: Ingovernables. Teatro del Barrio

Existen temas que no por reiterados dejan de ser necesarios de abordar. El derecho a una vivienda, algo que debería ser básico en cualquier sociedad decente, se ha convertido en un artículo de lujo por la arrolladora especulación que arrasa los barrios de nuestras ciudades. Este montaje nos habla de los mercados, esos entes maléficos que se lo devoran todo, pero también de los casos particulares de los ciudadanos, de los barrios que pierden su identidad con la gentrificación, de las personas que ven como les quitan sus casas sin poder hacer nada. 



Tras su paso por la sala Cuarta Pared a principios de Diciembre dentro del Festival Essencia, podemos volver a disfrutar de esta demoledora y bella pieza en la que se nos habla sin tapujos del problema de la vivienda, centrándose en los casos que desangran la ciudad de Valencia, pero que sería extrapolable a cualquier gran ciudad cambiando el nombre de los barrios afectados. Vibrante, descarnada, directa, la pieza nos pone frente a una realidad que azota cada día con más fuerza a nuestra sociedad, y que pese a las continuas protestas de la ciudadanía parece no tener una solución inminente. El mercado no lo permitirá...


Atirohecho es, como ellos mismos se definen, un artefacto escénico de Carla Chillida y Elías Taño que echó a andar a principios de 2011. "Es un proyecto sencillo y pequeño a través del cual articular una nueva escena constituyente. Yarima Osuna y Margarida Mateos completan la milicia. En Atirohecho rescatamos la aproximación y el interés hacia los trabajadores, hacia los protagonistas de la historia". Y esa aproximación a la historia les ha llevado a crear montajes en torno a la España franquista, "La Sección" (3n coproducción con el Teatro del Barrio), al 15M, "Ladran, luego cabalgamos", o sobre la sociedad chilena del 73, "Donde las papas queman". En este nuevo montaje nos hablan del poder de los mercados (tema que ya trataron en "El mercado es más libre que tú") y de problemáticas como los de la gentrificación y de la vivienda.


El texto de Pepe Ruiz y Rafa Segura es una poderosa crítica a los mercados, a la especulación inmobiliaria, a nuestro modo vida y a un sistema que nos obliga a endeudarnos, a adquirir propiedades, a ser espectadores de ciudades que van perdiendo el alma conforme proliferan los pisos de alquiler turístico, una endiablada pescadilla que se muerde la cola. Un texto demoledor, corrosivo, que nos golpea mostrándonos nuestra propia realidad, la de nuestro entorno, la de nuestras ciudades, que han entrado en una vorágine de autodestrucción en pro del turismo. La obra "crea situaciones hilarantes que retuercen la muesca del cinismo que impera en el mercado".

Es esta una pieza que nos invita a reflexionar, a cuestionarnos la veracidad del relato que nos imponen, a pensar detenidamente como pueden manipularnos y ahogarnos de esta manera, cuando los que sufrimos las consecuencias somos muchos más. Pone en tela de juicio el propio sistema, nos muestra una realidad que no por conocida deja de ser vergonzosa. La precariedad de una sociedad que vive con la soga en el cuello, incapaz de hacer ningún movimiento sin que caiga de la delgada cuerda por la que camina a diario, como si de un equilibrista se tratase. 



El montaje es simplemente fabuloso. Un espectáculo de teatro-físico y reivindicativo, teatro político y social. La dirección corre a cargo de Carla Chillida (con Paula Romero Raga e Isabel Martí Piera como ayudantes), que hace un trabajo impecable, sabiendo poner en la balanza impecables coreografías con escenas de texto picado y corrosivo, todo ello marcando siempre los tiempos con precisión, sin dejar que la obra descarrile por la emotividad y la acción, ni que se diluya en escenas superfluas. Todo en este montaje encaja a la perfección, cada escena tiene que ir en su lugar, con su tono y su ritmo. Marcada por el ritmo endiablado que marca la música en directo (ese caos endiablado al que nos somete nuestra acelerada realidad), el relato nos lleva de la mano por las distintas historias que componen la obra, para hacernos un interesante collage de las consecuencias de la crisis del 2008, de la burbuja inmobiliaria, de la especulación más salvaje.



La obra "denuncia la destrucción del paisaje y la expulsión del vecindario de sus casas para satisfacer el hambre del capitalismo bajo la idea del progreso". La compañía nos ofrece un demoledor recorrido por lo que podría ser un barrio de una ciudad cualquiera (aunque se centran en la problemática de Valencia, que es la que mejor conocen), los espacios cotidianos que han sido golpeados por la sempiterna burbuja de la vivienda (antes burbuja inmobiliaria, ahora del alquiler turístico). La obra nos habla sin tapujos para mostrarnos la caída del mercado inmobiliario y su mutación hacia otros nichos de especulación, como son la destrucción del territorio y la gentrificación. El poder económico busca nuevas vías por las que poder avanzar, estas son la "turistificación, la gentrificación, la expulsión de los vecinos y vecinas de sus casas y de sus barrios, y el sacrificio de parajes naturales y rurales bajo la apisonadora del falso progreso o, lo que es lo mismo, la rentabilidad, el negocio".


La contundencia de los textos nos lleva a situaciones casi esperpénticas (pero muy cercanas a la realidad) que cargadas de cinismo e inteligencia disparan con bala contra el mercado de la vivienda y sus buitres especuladores. Impecable el ritmo, escalofriantes los testimonios, evocadoras coreografías, punzantes diálogos, para crear un montaje lleno de vitalidad y reivindicación. La obra nos hace salir del teatro indignados por lo que nos han contado pero maravillados por la forma en la que nos lo han transmitido. "Un homenaje a las que han luchado para defender el territorio, la huerta, el derecho a vivir en paz. Y a las que han perdido. A las que están por venir, y que ya llegan. Y en la esperanza de que en un mundo sin plan B, encontramos salidas a la devastación depredadora del capital. Dedicado a todas las vecinas que luchan por defender el territorio y proteger la vivienda".



Y todo esto lo llevan a escena siete impecables actores que ríen, gritan, bailan, nos miran a los ojos, nos cantan, hacen de todo con frescura y contundencia. Ellas son Ferrán Verdú, Manuel Climent i Canchal, Florian Gründel, Rafa Segura, Yarima Osuna, Carla Chillida y Margarida Mateos. Sería injusto hablar de alguno en particular, porque el trabajo del elenco en su conjunto es lo que realmente potencia el resultado. Cada uno de ellos tiene asignado una tarea dentro del perfecto engranaje de la obra. Desde la escenas más físicas a las más coreografiadas, de los textos picados a los diálogos corrosivos, de las escenas más colectivas a las más personales, en todas se vislumbra el trabajo colectivo de un grupo de actores que nos dejan hasta una escena metateatral en la que se hacen una divertida parodia a ellos mismos. 


No podemos dejar pasar, en esta pormenorizada reseña de la obra, la brutal parte técnica, que en cada escena da un giro más y nos sorprende con algo nuevo. La escenografía creada por Anaïs Florín y D. Vanderth (responsables también de la impecable parte audiovisual) es brillante, escogiendo de forma minuciosa las distintas piezas que simbolizan el mercado. Unas cajas, unas tablas, un cubo vacío. Si antes de entrar en la sala me llegan a decir que con esos elementos se recrearía toda la realidad del mercado de la vivienda no me lo habría creído. La imaginación al poder. No siempre las cosas hay que crearlas a lo grande. O mejor dicho, algunas veces simplificando las cosas se consiguen soluciones mucho más impactantes (menos es más, que fácil decirlo y que difícil llevarlo a cabo). A ello hay que sumarle la minuciosa iluminación de Jrisa Lialia, que consigue captar la esencia de cada escena, y la producción musical de Rafa Marí Peña (canción de Pepe Ruiz) que nos lleva en volandas por todo el montaje. Por último hay que hablar del brillante trabajo de vestuario de La miliciana serigrafía (responsables también del merchandising).


En definitiva, estamos ante un montaje superlativo, necesario y hasta divulgativo. La obra transita de forma bella momentos crudos, para hipnotizarnos y que se nos meta el mensaje hasta las entrañas. No quiero dejar de destacar las escenas de danza, de una belleza estremecedora. Por poner un pero a esta pieza, diré que las dos veces que ha pasado por Madrid ha estado muy pocos días en cartel. Por lo que cuenta y por la forma tan brillante como lo hace, debería permanecer mucho más tiempo en las salas. Esperemos que pronto podamos volver a disfrutarla. Estaremos a atentos para volver a repetir la experiencia. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA, NECESARIA, Y EN MUCHOS CASOS NOS INSTRUYE Y NOS DESCUBRE MUCHAS COSAS.


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Teatro: Teatro del Barrio.
Dirección: Calle Zurita 20.
Fechas: Del 25 al 27 de Febrero. Viernes y Sábado a las 19:30. Domingo a las 20:30.
Entradas: Desde 16€ en TeatroDelBarrio


FICHA ARTÍSTICA

Autoría: Pepe Ruiz, Rafa Segura
Dirección: Carla Chillida
Intérpretes: Ferrán Verdú, Manuel Climent i Canchal, Florian Gründel, Rafa Segura, Yarima Osuna, Carla Chillida, Margarida Mateos

Producción musical: Rafa Marí Peña (canción Pepe Ruiz)
Ayudante de dirección: Paula Romero Raga, Isabel Martí Piera
Escenografía y audiovisual: Anaïs Florín, D. Vanderh
Iluminación: Jrisa Lialia
Cartel: Yeyei Gómez
Comunicación gráfica: Elías Taño
Vestuario y merchandising: La miliciana serigrafia
Registro audiovisual: Nacho Carrascosa
Registro fotográfico: David Ruiz
Distribución: L’estiba cultural
Producción: La Rambleta y Atirohecho

Agradecimientos: Cía Arritmados, Gastón Parraga, El Rogle, Adriá Salavert, Luistru, Álex Grau, Layla Martínez, Diego Mir, Paco Collado Entre Barris, i Per l’horta


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