Tras el enorme éxito de crítica y público obtenido por su libro Mujeres que compran flores, Vanesa Monfort ha adaptado y dirigido el texto y fruto de ese trabajo surge El Síndrome del copiloto que podemos ver en la Sala verde de los Teatros del Canal.
Marina afronta a bordo del Peter Pan -el velero que tenía con su marido- el cumplimiento de la última voluntad de éste. Que esparza sus cenizas frente a las costas de Tánger (donde nació).
Será un viaje de 8 jornada donde deberá hacer frente a toda una serie de pruebas físicas y mentales.
Por un lado se pondrá a prueba su capacidad física para conseguir guiar el velero a su destino haciendo frente a las inclemencias del tiempo o al estado imprevisible del mar. A ello hay que sumar que siempre que salían a navegar el que se encargaba del timón era Óscar.
Por otro lado mentalmente supondrá un tremendo desafío, ya que al dolor de la pérdida de Óscar se une el recuerdo de su historia de amor.
A lo largo de la travesía Marina revive su relación con Óscar, su vida. Como se conocieron, recuerdos de momentos trascendentales en sus vidas, buenos y malos momentos, decisiones que se tomaron….y las que no se tomaron.
En definitiva el viaje pondrá a prueba la fortaleza mental de Marina. Se trata de un viaje con sentimientos contrapuestos, por un lado cumplir la última voluntad de Óscar y por otro que él ya no volverá más. Junto a esto, la incertidumbre de los posibles peligros, las decisiones, las dudas. Seré capaz de llegar a Tánger, debo desplegar las velas para ahorrar combustible, tengo suficiente agua, me quedaré sin gasolina, habré puesto suficientes víveres…..
Nunca ha ido sola en el barco y no era consciente de todas estas cosas. De eso se ocupaba Óscar, ella sólo era el “copiloto”.
A lo largo de la obra aparecen menciones a relatos muy vinculados con el mar. Así no faltan la Odisea, el Viejo y el mar, La isla del Tesoro…..
Al inicio de la obra parece que el viaje no le hace excesiva gracia a Marina, pero ha de cumplir el último deseo de Óscar, pero según se va desarrollando la historia va girando y somos testigos de que es élla la que realmente tomó la decisión. Es un viaje para demostrarle a él y sobre todo para demostrarse a si misma que es capaz de hacer aquello que se proponga. Con viento a favor o en contra, con el mar en calma o embravecido, con buen tiempo o con tormentas…
El desafío no es ya llegar a Tánger, superar el reto que supone afrontar un viaje en barco con lo imprevisible que es el mar, el verdadero reto es dejar atrás el síndrome del copiloto y de una vez por todas tomar las riendas de su vida, tomar sus decisiones, salir de esa zona de confort que era la vida junto a Óscar.
Y ahí es donde somos testigos de como cada jornada, poco a poco, va recuperando sus sueños, sus proyectos que quedaron en un segundo plano. Es el momento de llevar el timón de su vida, sin la eterna protección de su marido, sin los constantes paternalistas consejos de su marido, en definitiva dejar de estar a la sombra de Óscar.
Imposible evitar cuando Marina recuerda los momentos vividos y cuando los comenta con el espíritu de Óscar, que nos venga a la cabeza la Carmen Sotillo de cinco horas con Mario.
Como decíamos la dramaturgia y la dirección son obra de Vanessa Monfort que es también la autora del libro en que se basa la historia, Mujeres que compran flores.
Vanessa Monfort es periodista, dramaturga y escritora. Se licenció en Ciencias de la Información, comenzando su carrera literaria durante sus años de formación.
Como dramaturga ha estrenado obras tanto nacional como internacionalmente, llegando a los teatros de Londres, Roma e incluso América Latina. De sus obras destaca, entre otras, Firmado Lejárraga, con la que quedó finalista a los Premios Max 2020 como Mejor Autoría Teatral. Ha publicado El ingrediente secreto, Mitología de Nueva York Mujeres que compran flores, El sueño de la crisálida o La mujer sin nombre.
Sobresaliente en su conjunto el trabajo desarrollado por Estudio Dedos, Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán en la escenografía, Fernando Velázquez en la música, Javier Almela en los efectos sonoros y Valentín Álvarez en la iluminación. Maravillosa la puesta en escena en su conjunto.
Pensaba al ver la obra lo difícil que es que te planteen esta historia y como plasmarla en escena. Sólo puedo decir una cosa, impecable.
Durante el tiempo que dura la representación nos trasladamos al Mediterráneo, pasamos por Cartagena, por Garrucha, por la costa de Málaga….De hecho no exagero nada al decir que al salir del teatro lo hice con la ligera inestabilidad que se tiene después de haber hecho un viaje en barco.
Destacar la recreación del paso del Estrecho, simplemente maravillosa.
En cuanto al elenco está formado por Cuca Escribano y Miguel Ángel Muñoz.
Cuca Escribano cuenta con una dilatada carrera en televisión, cine y teatro.
En televisión ha participado en Sin tetas n o hay paraíso, La reina del sur o El secreto de Puente viejo.
En cuanto al cine, su debut tuvo lugar en el año 1994 con Siempre que pasa lo mismo ocurre algo parecido, tras la cual trabajó en otras como El agua hilvanada, Yema, Solas, Los aires difíciles, Una mujer invisible o El camino de los ingleses.
La actriz ha cosechado un número considerable de premios y reconocimientos por su trabajo, entre los cuales destacaremos el Premio a la mejor actriz en el Festival de Cine de Toulousse por su papel en la pelìcula Atlas de geografía humana o el Premio a la mejor actriz en el Festival de Alicante, por su interpretación en el largometraje Asunto Reiner.
La acompaña Miguel Ángel Muñoz, también con una extensa y exitosa carrera en cine, teatro y televisión.
Admirable el trabajo de ambos tanto desde el punto de vista interpretativo como por las difíciles circunstancias de tener que actuar sobre una superficie en constante movimiento y suspendida del techo.
A la concentración propia del trabajo de actor ha de unirse estar con los cinco sentidos para no tropezar con las cuerdas del velero o no caerse por los continuos movimientos a veces muy intensos del mismo.
Mucha complicidad entre ambos actores que se complementan a la perfección en sus papeles de dos personas tan opuestas y tan distintas la una de la otra.
En definitiva se trata de una obra sencilla, pero que a partir de esa sencillez nos cuenta una historia deliciosa, con una enorme belleza plástica. Muy recomendable acercarse a los teatros del Canal y disfrutarla.
VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
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Equipo artístico
Reparto: Cuca Escribano y Miguel Ángel Muñoz.
Texto y dirección: Vanessa
Montfort.
Ayudante de dirección:
Alexandru Stanciu.
Escenografía: Estudio Dedos.
Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán (AAPEE).
Iluminación: Valentín Álvarez
(AAI).
Música: Fernando Velázquez.
Espacio Sonoro: Javier Almela.
Movimiento escénico: Isabel
Vázquez.
Vestuario: Virginia Serna.
Coordinación de producción:
Elena Martínez.
Coordinación Técnica: Alberto
de las Heras.
Prensa: María Díaz.
Diseño gráfico: 16 Escalones.
Redes: Concha Martín.
Distribución: Elena
Martínez/Sandra Avella.
Dirección de producción: Cuca
Escribano.
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