Teatro: Hernani. Teatro Lara

La convivencia dentro de Euskadi va tendiendo puentes en los últimos años, y la cultura no podía permanecer ajena a esta temática. Personas antagónicas, que intentan dejar atrás un doloroso pasado, intentando entender al otro, para poder caminar juntos en una tierra en paz. Muchas han sido las propuestas, pero esta es una de las primeras que aborda un tema tan complejo desde la comedia. Una historia en la que nada es lo que parece, en que los continuos giros nos enseñan el lado oscuro de los personajes, trayendo los diálogos a la más candente actualidad, para que todos lo vivamos como algo propio. La convivencia, el cerrar heridas, la comprensión, los nacionalismos, temas complejos que nos llegan mejor desde la comedia inteligente.



Estamos ante un montaje singular, que busca una nueva perspectiva al tantas veces tratado tema de la convivencia en Euskadi entre los miembros de ETA y los familiares de sus víctimas. El año de películas como "Maixabel" o "Érase una vez en Euskadi" y en la temporada en la que hemos podido disfrutar en el Centro Dramático Nacional de la trilogía de los Gondra y este mismo mes de la trilogía "Rescoldos de paz y violencia" en la Sala Mirador. Hernani "aligera" el tono para mostrarnos el conflicto desde la comedia, que lejos de ser un cúmulo de tópicos, resulta ingeniosa, audaz y muy divertida. 


Esta producción de Arte & Desmayo es una inteligente propuesta, que desde el tamiz de la comedia nos plantea temas de gran calado. Una propuesta diferente que trata de hacernos ver el conflicto más allá del dolor, desde una perspectiva que busca hablar de la convivencia sin rasgarse las vestiduras, que consigue que nos riamos de dos personas cargadas de prejuicios, pero que al final consiguen descubrir que tienen más cosas en común de las que pensaban en un primer momento. Una historia llena de giros inesperados casi desde la primera escena, que no deja de sorprendernos con dos peculiares personajes que se van ridiculizando muy a su pesar, llena de sorpresas que nos invitan a la reflexión a la vez que nos hacen reír a carcajadas.



El texto de Fernando Erre no nos deja indiferentes. Es una comedia inteligente, que tirando de tópicos no llega a ser repetitiva ni evidente, sorprendiendo a los espectadores con cada nuevo giro de la historia. Una comedia que nos mantiene alerta porque no nos da tregua, nos propone dos personajes estereotipados de inicio, pero que poco a poco se van mostrando tal y como son, llegando a tener más cosas en común de las que los dos podrían pensar a comenzar su relación. Un texto que nos hace repensar temas de actualidad como las guerras ideológicas, tan polarizadas en estos tiempos, pero también nos habla de nosotros mismos, de la convivencia entre personas diferentes y de la búsqueda de los lugares comunes frente a los que nos separan.


La obra está dirigida por Juanma Gómez ("El cerco de Leningrado", "Cuerdas", "Thom Pain") que domina con elegancia los tiempos de la comedia, para mantener la tensión sin que llegue a desbocarse. Una cuidada creación de los personajes, que se nos van mostrando cada vez más vulnerables y humanos, para ir acercando posturas que parecían insalvables. Un trabajo muy cuidado, en el que todo encaja con pasmosa naturalidad, para conseguir un montaje certero, divertido, comprometido, brillante.


Centrándonos en la historia, conoceremos a Julen (antiguo militante de ETA que a día de hoy está en prisión) y a Edmundo (hijo de un secuestrado por la banda armada que nunca se ha recuperado del trauma). Ambos acceden a reunirse en prisión para intentar entender, en la búsqueda de tender puentes que ayuden a la convivencia dentro de Euskadi y del resto de España. En un principio la tensión se palpa en el ambiente (no es para menos), Julen viene con la intención de pedir perdón, de intentar explicar los motivos que le llevaron a actuar como lo hizo, pero a Edmundo no le interesan sus argumentos, de hecho no ha acudido a la cita en busca de la reconciliación. Él tiene un objetivo mucho más perverso, vengarse de Julen por lo que hizo. Este es el primer gran giro que nos plantea la obra, con el que Julen queda indefenso ante el maquiavélico plan de Edmundo. Pero como toda buena comedia, el plan aparentemente sin fisuras de Edmundo se tuerce, llevando a los dos personajes a un cúmulo de despropósitos del que tendrán complicado salir.


Pero si algo hay que destacar de este montaje por encima del resto son las fabulosas interpretaciones de Daniel Ortiz y Jordi Aguilar (que sustituye en esta temporada a Josean Bengoetxea) que crean dos personajes muy reconocibles, estereotipados, caricaturescos por momentos, pero siempre con la medida exacta para que nada parezca excesivo. Ambos se compenetran a la perfección ( a pesar de que Aguilar lleva poco con la función) y ese feeling se transmite a la escena, que fluye con una impecable naturalidad en todo momento. Junto a ellos tenemos a un tercer personaje, que son las voces en off que representan a los policías que vigilan sus encuentros. Carlos Hipólito, Iñaki López y Mikel Bermejo son los encargados de dar voz a estos vigilantes, por momentos muy secos, pero que como los protagonistas se van humanizando.


Daniel Ortiz ("Preludio", "Amor, amor, catástrofe", "Yo, Farinelli, el Capón") crea un Edmundo tenso, cabreado, que no puede evitar vivir con miedo la presencia de Julen, pero que a la vez necesita contarle su plan para verle sufrir. Una precisa y convincente interpretación de un actor extraordinario, que pule a la perfección cada movimiento, cada gesto, cada entonación, para crear un Edmundo complejo, enigmático, distante, que poco a poco se va despojando de todos sus prejuicios y sus miedos para mostrarse tal y como es. Fabulosa la evolución del personaje y genial el trabajo de Daniel Ortiz

Por su parte Jordi Aguilar ("Elling", "Tomás Moro", "La indagación") nos regala un Julen timorato, tímido, que se arrepiente de lo ocurrido pero al que le cuesta pedir perdón. Un hombre vulnerable, que lejos de la imagen de un terrorista se nos muestra como alguien abatido, consternado, arrepentido. Una interpretación más lineal que la de Ortiz pero igualmente convincente. Julen mantiene el nivel ante el constante ataque de Edmundo, y Aguilar consigue que su personaje brille al mismo nivel que el de Ortiz. 




Todo ello transcurre en un sencillo decorado que representa la sala en la que los dos personajes mantienen sus encuentros. Fundamental en esta creación del ambiente propicio es la iluminación de Daniel Dicenta, que sabe usar el tono justo de penumbra que la historia necesita. En contraposición, tendremos la iluminación roja que salta cuando les hablan los policías que están viendo desde fuera la reunión. Estas luces, unidas al sonido de las voces en off, creación de Mikel Castells, se convierten en un personaje más de la obra. Por último, hay que destacar la música creada por Ander García y Josean Bengoetxea, que son una pieza fundamental de toda la trama.


En definitiva, estamos ante uno de los pelotazos de la temporada en el Teatro Lara. Y no es para menos, ya que esta comedia rebosa ingenio, sabe mantenernos con la incomodidad de reírnos de un tema tan serio, pero que escena tras escena nos saca una carcajada. Una historia muy bien trazada, que deja poso de compromiso ante el problema que plantea, pero que también aporta esa dosis necesaria de la gran comedia, que nos hace salir sonriendo del teatro. No dejen de ir a ver a estos dos pedazo de actores, que nos regalan dos impecables interpretaciones. Porque también se pueden tratar temas duros con naturalidad y darle un tono de comedia tan necesario en nuestras vidas. 

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Teatro: Teatro Lara. Sala Lola Membrives
Dirección: Corredera baja de San Pablo 15.
Fechas: Del 6 de Mayo al 1 de Julio. Viernes a las 22:15.
Entradas: Desde 10€ en Teatro Lara

EQUIPO ARTÍSTICO

REPARTO



Josean Bengoetxea
Daniel Ortiz
CON LA PARTICIPACIÓN ESPECIAL DE

Carlos Hipólito
Iñaki López
Mikel Bermejo


EQUIPO TÉCNICO

Dirección
Juanma Gómez
Autor
Fernando Erre
Producción
Arte & Desmayo
Iluminación
Daniel Dicenta
Sonido y mezclas

Mikel Castells
Música
Ander García y Josean Bengoetxea
Fotografía
Juan G. Andrés y Javi Julio
Diseño gráfico
A Lad Insane & Carmencita Whitetower



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