Tras su paso por el Teatro Lara hace a comienzos de año, Rut y Noemí llegan ahora al Teatro del Barrio para mostrarnos toda esa energía que destilan, todas esas ganas de seguir luchando, toda la fuerza que aún les queda para seguir para adelante aunque las cosas se les tuerzan una y otra vez. Esta divertida comedia nos habla de las penurias del mundo teatral, de lo difícil que es levantar un proyecto, de las dudas que siempre llaman a la puerta para que recapaciten sobre si están haciendo lo correcto, pero sobre todo es una historia de amor al teatro y a la interpretación, de la "teatritis" que sufren todos los artistas y que les impide dejarlo y les obliga seguir luchando, aunque sea para quedarse sólo con las migajas...
La expresión "Migas de migajas" define el modo de vida las protagonistas de esta pieza, en la que "se enfrentan a situaciones en las que se ven limitadas o tienen que conformarse con lo que queda". Esa lucha por la supervivencia, por las migajas que les van dejando, hace de nuestras protagonistas unas heroínas que sabrán sobreponerse a cualquier cosa con tal de conseguir su objetivo de seguir haciendo teatro. En esta montaña rusa que es el mundo de la interpretación, estas chicas se codearán con los grandes, pero también tendrán que hacer campañas publicitarias o trabajar en el parque de atracciones para poder sobrevivir. "La obra es una reflexión, en toque de humor, sobre la búsqueda de la identidad y la aceptación de uno mismo y de los demás en un entorno cambiante y desafiante".
Y como no podía ser de otra manera, ellas se lo guisan todo desde su proyecto común Bronte Producciones ("Cabaré Volter", "Lo posible") en el que "la comedia es parte fundamental de la forma en la que nos comunicamos con el público". En su web podemos leer que "Bronte es, además del apellido de las tres admiradas escritoras, una variedad de trigo duro, que a pesar de condiciones adversas de altas temperaturas y escasez de agua, tiene una alta productividad. Esencia metafórica de nuestra relación con la escena teatral" y eso se nota, por la verdad que desprenden sus montajes, por la sencillez con la que hablan de si mismas, o de sus alter ego, con la naturalidad con la que afrontan cada nuevo espectáculo, en el que combinan la comedia, el baile y la crítica social. Ellas son Rut Santamaría y Noemí Climent, dos luchadoras de la escena que no se van a conformar y van a seguir proponiéndonos divertidos viajes por este universo tan particular que han creado. Bronte Producciones nació en 2017 con el apadrinamiento del director de cine Mariano Barroso, y desde entonces llevan produciendo sus propios proyectos, tanto en teatro como es audiovisual.
Rut Santamaría se encarga de la dramaturgia de esta historia en la que recupera a "las personajas" creadas por José Manuel Carrasco para sus montajes anteriores. Las dos actrices se convierten en sus alter ego para hablarnos de las dificultades del mundo del teatro, de la precariedad para poder ser independiente para crear de forma independiente, lo duro que es poder seguir siendo uno mismo y mantener los ideales cuando "el mercado" nos deja de lado. Una interesante crítica hecha desde la más ingeniosa comedia, tratando cada tema desde un humor ácido y punzante, que nos hace disfrutar y reflexionar a partes iguales. Un texto metateatral en el que las actrices se difuminan con sus personajes, en el que la realidad se confunde con la ficción, donde la dolorosa realidad supera con creces la diversión de la comedia.
En esta ocasión cuentan con la dirección de Chos, una de las figuras claves de la escena alternativa madrileña, con títulos como "Una noche como aquella", "Que difícil es" (que se puede ver en el Teatro Alfil) o "Las cosas que faltan", por nombrar algunas de sus más recientes. Un hilarante montaje construido a base de pequeñas escenas que nos van mostrando los golpes que van recibiendo las protagonistas, sus dificultades para conseguir trabajo, su lucha contante para poder sobrevivir haciendo lo que quieren, que no es otra cosa que actuar. Una sencilla propuesta escénica que funciona a la perfección, con sketchs hilarantes, con toques surrealistas, que hacen estallar al público. Por poner un pero al montaje, alguno de los cambios de escena resultan algo largos y se pierde por momentos esa ebullición conseguida en los momentos más divertidos de la obra.
Dos mujeres que viven en el alambre, dos cómicas que buscan poder vivir de su trabajo, dos titiriteras en busca de oportunidades, dos luchadoras en busca del éxito y de la felicidad. Una comedia que nos habla de la incesante búsqueda de oportunidades, de la tenacidad de levantarse una y otra vez tras cada nuevo fracaso, tras cada oferta rechazada, tras cada oportunidad perdida. Una historia que se desliza entre la realidad y la ficción para "resaltar el poder de la amistad como medicina y el crucial valor catártico del Arte". Ellas son "dos personajas tirando a optimistas", de la cofradía de la Carrá, amantes de lo clásico, más Noemí, y de lo moderno, más Rut, pero las Bronte son ante todo unas mujeres luchadoras, sin complejos, con ganas de seguir luchando para ser reconocidas, para no tener que mendigar y poder ser felices con lo que hacen. Ellas mismas definen la obra como "una comedia con conciencia de clase".
Un espectáculo dinámico, divertido, centrado en dos actrices optimistas, que saben levantarse ante cualquier adversidad, que luchan por quitarse la etiqueta de perdedoras para sustituirla por la de vencedoras, aunque sea solo por una vez cambiar su destino y lograr triunfar. Ellas, con dos micros y un biombo, son suficientemente potentes como hacer saltar al público, que aplaude al final de cada escena con euforia. Un relato duro de la vida del artista, de la crueldad con la que se van cerrando puertas, pero que las actrices saben llevar al teatro de la comedia con soltura e ingenio. Ellas nos comparten sus peculiares aventuras y desventuras con su particular humor lleno de crítica social y reivindicaciones.
Las Bronte, Rut y Noemí, la Climent y la Santamaría, se nos muestran tal y como son, con la naturalidad de quien quiere contar la verdad, moleste a quien moleste, porque saben que tienen razón y motivos de sobra para sus quejas. Las dos actrices están fabulosas, con un perfil muy diferenciado cada uno. Noemí Climent es la seria, la aplicada, la sabelotodo, la que siempre lleva la iniciativa. Por contra, Rut Santamaría (fabuloso su alegato en favor de la sanidad pública) es la ingenua, la inocente, que se deja llevar por lo que le indica su compañera, de la que siempre repite lo lista que es. Dos actrices muy compenetradas que nos regalan momentos deliciosos, tanto con sus alter ego como con los otros personajes que interpretan a lo largo de la obra.
Y para todo lo que nos quieren contar no necesitan de demasiada parafernalia. La escenografía creada por Joaquín López-Bailo se reduce a un biombo en el que las actrices se cambian de vestuario entre las diferentes escenas, y un par de micros para que Las Bronte se dirijan de manera más directa al público. Esto unido al divertido vestuario diseñado por Reme Gómez, hace que nos metamos de lleno en el divertido juego escénico que nos proponen, en el surrealista (aunque muy cercano a la realidad) universo que nos regalan. Todo esto se completa con el sonido (diseñado por Chos) y la iluminación de Ana López.
En definitiva, estamos ante una comedia con un fondo dramático, una historia ácida disfrazada de dulce, una obra con muchas aristas sobre las que charlar en el bar del Teatro del Barrio al acabar la función. Porque pocas profesiones son tan precarias como la de actor, una carrera de fondo que se convierte en una lucha continua en la que no se pueden bajar los brazos en ningún momento, y ni con esas nadie puede asegurarte que llegues a triunfar. Una pieza disfrazada de comedia para hacer una inteligente crítica del mundo del espectáculo, un grito de socorro sobre la precariedad de la interpretación, una preciosa oda al amor a una profesión.
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Teatro: Teatro del Barrio
Dirección: Calle Zurita 20.
Fechas: Del 19 de Marzo al 16 de Abril. Domingos (excepto 9 de Abril) a las 18:00. Duración 70 min.
Entradas: Desde 15€ en TeatroDelBarrio.
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