Por fin ¡Vive Dios! , el burlador burlado, el Don Juan preso de celos, embaucado por una mujer.
Ana Caro de Mallen poeta y dramaturga del Siglo de Oro, la que es hoy un descubrimiento para nosotros y sabemos que para gran parte del público. Una dramaturga silenciada, con la pluma tan versada como la de sus coetáneos, una de las voces femeninas durante el siglo XVII.
“Valor agravio y mujer “escrita y pensada en
un contexto sumamente patriarcal donde la autora vislumbraba otro horizonte,
otra manera de comportamiento y de poder ser una misma. Así, consigue convertir
la deshonra femenina en una virtud y nos insta a tomar conciencia de la
importancia del amor a una misma antes que ser amada por el otro. La dignidad
propia, propiamente se restaura sin necesitar a nadie. Para esta empresa
Mallen, convierte a Leonor en Leonardo, de manera silenciosa, a escondidas pero
en este caso para darle la libertad.
Se lo contamos:
“La historia está protagonizada por Leonor, una mujer que es seducida por don Juan y, confiando en su palabra de matrimonio, se entrega a él. Éste se marcha a Flandes olvidando la promesa y allí se enamora de la duquesa Estela de la que, curiosamente, también está enamorado el hermano de Leonor, quien hace años que no ve a su hermana. Leonor decide también viajar a Flandes para vengarse de don Juan y urde un plan que dará lugar a todo tipo de enredos. Se disfraza de hombre convirtiéndose en Leonardo, supuesto nuevo prometido de Leonor, que llega dispuesto a saldar deudas”.
A Juana Escabias la debemos que poco a poco vayamos conociendo a las dramaturgas del siglo de oro, en su amplio conocimiento y continuo estudio sobre la dramaturgia femenina. Escabias ha creado una versión del todo certera, nada sobra, nada falta. No hay reiteraciones, ni elementos accesorios a vista del espectador. Beatriz Arguello en la dirección tiene un resultado excelente, con un planteamiento de ritmo continuo. Una ambientación de época en la que estamos seguros que nos perdimos cosas porque se perdía la vista, entre los detalles, la trama y el deseo de burlar al Don Juan. Nos reencontraremos con los detalles perdidos en el Festival de Teatro Clásico de Almagro, pero esto se lo contamos en próximas líneas.
Beatriz Argüello se acompaña de un elenco que se adapta perfectamente a la exigencia de un cuadro perfecto. Pablo Gómez-Pando, sobresale su carisma en la interpretación del Don Juan, vemos a un personaje menos soberbio de lo habitual dejando paso a los atisbos de flaqueza que se le dotan en esta pieza. Los cortejos, los engaños, y como no la sublime lucha de espadas labor de Jesús Esperanza y que nos regaló Gomez- Pando junto a Julia Piera en el papel de Leonor, la actriz despliega una energía arrolladora entre artimañas y picardías. Cambios de registro por parte de Piera, que será Leonor y Leonardo al mismo tiempo, será la ira y la sed de venganza mientras toma conciencia del valor de sí misma sin necesitar al otro, una destreza que lleva hasta la extenuación.
Junto a ellos, un elenco
que apoya a los protagónicos haciéndolos más grandes, dando fuerza a los fingimientos,
completando seducciones y enredos en una pieza de absoluto talento, con Paco Pozo como Don Fernando de Rivera y Astolfo, bandolero, Jesús Hierónides en la piel de Tomillo y criado, Natalia Llorente como la prima de Estela en un astuto tandem junto a Lucía
Barrado en la piel de la condesa
Estela,
Una maravillosa Sol Vicente como soprano nos dejó con la boca abierta, regalandonos música en directo con la viola a lo largo de toda la función, Luis Moreno como Ribete, criado de Leonor, Rufino, bandolero, Ignacio Jiménez siendo Ludovico, príncipe de Pinoy, Tibaldo, bandolero.
Escaleras móviles, escudos, un taller de pintura con imágenes cedidas por el Museo Nacional del Prado, encontrándonos con Rubens o Brueghel. Todo es magia, no terminaríamos nunca de admirar detalles y esta reseña tiene que ir finalizando, no sin antes mencionar el trabajo de escenografía de la mano de Carolina González, trabajo de vestuario de Rosa García Andujar. Creación musical trabajo de Luis Miguel Cobo, movimiento escénico Pau Arán, Jesús Esperanza como maestro de escrima consiguiendo un realismo inaudito para una pieza teatral y sin duda Ernesto Arias en asesoría de verso.
No se la pierdan y no se pierdan ni un detalle aunque esto último es completamente imposible
Distinguidamente recomendable.
Valor, agravío y mujer
Teatro: Teatro de la Comedia Sala Principal
Dirección: Calle Príncipe.
Del 13 de abril al 4 de junio de 2023
De martes a domingo, a las 20:00
Duración: 105 minutos
REPARTO
Lucía Barrado: Estela, condesa
Pablo Gómez-Pando: Don Juan de Córdoba
Jesús Hierónides: Tomillo, criado
Ignacio Jiménez: Ludovico, Príncipe de Pinoy, Tibaldo, bandolero
Natalia Llorente: Lisarda, prima de Estela
Luis Moreno: Ribete, criado, Rufino, bandolero
Julia Piera: Doña Leonor de Ribera
Paco Pozo: Don Fernando de Ribera, Astolfo
Sol Vicente: Flora, criada, bandolero, Soprano y viola
EQUIPO
Escenografía:Carolina González
Iluminación: Paloma Parra
Vestuario: Rosa García Andújar
Creación musical: Luis Miguel Cobo
Movimiento escénico: Pau Arán
Maestro de esgrima: Jesús Esperanza
Asesor de verso: Ernesto Arias
Ayudante de dirección: Amparo Pascual
Ayudante de escenografía: Lucía Ríos González
Ayudante de vestuario: Milagros González
Ayudante de iluminación: Paloma Cavilla
Alumnas en prácticas: Alba Cavero Cabero y Cristina Martínez
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