Teatro: Elisa y Marcela. Teatro del Barrio.

Existen montajes que por distintos motivos van cogiendo fama y se van asentando en el imaginario colectivo. Esto es lo que ha ocurrido con esta maravillosa pieza sobre la historia real de Elisa y Marcela, que tras seis años de gran éxito, ha regresado al Teatro del Barrio para despedirse del público madrileño, en la que está siendo la "gira de despedida" de esta singular obra.

Esta preciosa historia de amor, se dio a conocer para el gran público gracias a la película de Isabel Coixet del año 2019, que protagonizaron Natalia de Molina y Greta Fernández, dando vida a estas dos valientes mujeres que se enamoran y fueron capaces de cualquier cosa con tal de estar juntas. La historia de este "amor de película" había sido descubierto por las chicas de A Panadería unos años antes y se habían puesto manos a la obra para contarnos, desde un lugar muy diferente al que lo hace Coixet, esta aventura que llevará a nuestras protagonistas desde un pueblo de Galicia hasta Sudamérica, previo paso por Portugal, en una huida constante para poder vivir su relación en paz.



A Panadaría son una compañía gallega formada por Areta Bolado, Noelia Castro y Ailén Kendelman, que desde su debut en 2013 con su espectáculo "Pan! Pan!" (Premio de la Crítica de Galicia 2015) no han parado de cosechar éxitos y el calor del público, que se entrega con cada montaje de estas singulares creadoras. Con "Panamericana", su segundo montaje, confirman lo perfilado en su primer montaje y que son las líneas principales sobre las que trabajan: lo artesanal vinculado a cuerpo y voz de las actrices, la teatralidad evidenciada que pone acento en lo lúdico, la música vocal y una óptica feminista e irreverente.

Estamos ante una compañía singular, que tiene una muy personal manera de ver el teatro, que ellas mismas explican de esta curiosa forma: Amasamos un teatro de creación propia, y por eso, nos llamamos A Panadaría, porque el nuestro es un oficio de tradición, de esfuerzo y constancia, de relación de la persona con los elementos más básicos, con lo que vino antes y con lo que está por llegar. Porque en todo el mundo la humanidad hace pan y hace teatro, nos llamamos A Panadaría para alimentar cuerpo y alma. No es de extrañar que la abuela de Noelia diga de ellas que son una pandilla esplendorosa.



Con Elisa y Marcela les llegó el éxito absoluto a nivel nacional. Esta creación sobre la historia del primer matrimonio lésbico tuvo una gran acogida, tanto por parte de la crítica como del público. Con este tercer montaje consiguieron hasta 9 premios, incluidos el Premio a Mejor Espectáculo María Casares en 2018, premios a las actrices, al texto, a la dirección, premios del público, premios de igualdad y LGTBI+. Y podemos confirmar que siguen con la misma vitalidad y ganas que cuando la estrenaron, porque las representaciones del pasado fin de semana fueron fantásticas. Ellas creen ciegamente en lo que hacen y eso se nota en escena. La complicidad que muestran las tres actrices en escena transmite lo mucho que disfrutan interpretando, lo bien que se lo pasan, lo seguras que están de que están con algo especial entre manos.



En este proceso creativo tan particular, en el que las tres actrices son también las creadoras de la pieza y las dramaturgas, se les suma Gena Baamonde (a la que también pudimos ver en el Teatro del Barrio con su pieza performática "Metodologías carroñeras para cuerpos invertidos") como dramaturga y en las labores de directora. Un proceso que, viendo el resultado, tuvo que ser bastante divertido. El complejo universo de estas tres jabatas, con las ideas tan claras y un modo de trabajar tan definido, se ha visto complementado por la figura de una cuarta persona, por primera vez en la trayectoria de la compañía. No sabemos cuanto habrá aportado Gena a la creación de la obra, pero tenemos que reconocer que el resultado ha sido increíble.


El montaje es pura fantasía. El ingenio con el que Areta, Noelia y Ailén recrean la historia de Elisa y Marcela nos atrapa desde el primer momento, nos seduce y nos divierte, nos adentramos sin dudarlo en este juego que nos proponen, en esta particular manera de contar las cosas. Me imagino que Gena Baamonde como directora de la pieza habrá tenido que apaciguar a estos tres torbellinos que parecen imparables. La labor de contener toda esta energía y saber canalizarla ha tenido que ser toda una aventura. O quizás solo haya tenido que proponerles que jugasen, que hiciesen aquello que con lo que disfrutan, que arriesgasen, que no le pusiesen límites a su imaginación, que se dejasen llevar. Sea como fuese, el resultado ha sido inmejorable. La sensación, al acabar la función, es la de haber visto algo que se te quedará dentro para siempre. Una deliciosa gamberrada ejecutada por tres actrices descomunales.




Pero centrémonos un momento en la historia de Elisa y Marcela, por si hay algún despistado que no las conoce. Corría el primer año del siglo pasado, en la ciudad de A Coruña. Dos mujeres enamoradas se casan en la iglesia de San Xurxo. Pero lo interesante viene cuando vemos que una de ellas va vestida de hombre, ya que por aquellos tiempos no era posible que se casasen dos mujeres. Esta historia en la que el amor consigue superar todas las trabas (sociales, judiciales, policiales, mentales) se mueve entre la comedia romántica y un thriller, con persecuciones policiales, huidas en diligencia (fascinante la escena en la que recrean este viaje), cambios de identidad y muchas informaciones manipuladas. Una rocambolesca historia que las chicas de A Panadaría presentan a modo de una "reconstrucción irreverente" de los hechos reales. Una comedia donde la realidad y la ficción se confunden, donde lo verídico parece un invento y donde lo inventado resulta muy real. Elisa y Marcela, una historia de amor a contratiempo



Y todo esto se convierte en algo mágico cuando son Areta Bolado, Noelia Castro y Ailén Kendelman, las chicas de A Panadaría, las que nos lo cuentan. Por que su particular forma de ver las cosas, de contarlas, de transmitirlas, nos llegan y nos divierten, nos emocionan y nos sacuden, nos dan ganas de saltar y de unirnos a ellas, porque se las ve disfrutar en escena. La complicidad que tienen es asombrosa, da igual que se les escape alguna risa, que lejos de romper la magia, enfatiza la atmósfera que han creado en escena las tres actrices. Poco más puedo decir de ellas, además de que me tienen ganado para la causa, porque me parecen tres pedazo de creadoras increíbles y que lo que transmiten en escena es difícil de contar aquí, me quedo corto.


Y toda esta fantasía que nos proponen las chicas de A Panadaría ocurre en un espacio prácticamente vacío, en el que un ingenioso soporte en el que se coloca una tela (diseñado por Beatriz de Vega y construido por Cdg), sirve de eje sobre el que proyectar cosas, se convierte en todo tipo de cosas, y sirve para que las actrices salgan de escena en determinados momentos. Como todo lo que hacen estas chicas, todo ingenio, imaginación, sencillez y fantasía. Hay que destacar también el cuidado diseño de luces de Laura Iturralde y Montse Piñeiro, que consiguen matizar cada una de las aventuras que corren las chicas, al ritmo de la música original de Ailén Kendelman. Y por último, no podemos dejar de hablar del divertido vestuario de Fanibell, algo sencillo pero que nos transmite la esencia de la obra.


En definitiva, hemos podido despedir esta obra como se merece, con cinco días de aplausos emocionados, de risas y de felicidad desbordada. Al acabar la función (al menos el día que asistí yo), las chicas estaban desbordadas en el puesto de merchandising en el que vendían diversas cosas sobre la obra. Se notaba en el ambiente la emoción del público por lo que acababa de ver, y se las veía a ellas disfrutonas, como lo estaban durante toda la obra. Es una pena que ya no volvamos a ver este montaje, pero de lo que estamos seguros es que acudiremos a ver a las chicas de A Panadaría siempre que vuelvan a Madrid con otro espectáculo. Ya lo disfrutamos el año pasado con su maravillosa "Las que limpian" y esperemos que pronto nos vuelvan a sorprender con nuevos montajes. La risa y la diversión están garantizadas, y es algo que siempre se necesita. 

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Teatro: Teatro del Barrio
Dirección: Calle Zurita 20.
Fechas: Del 31 de Mayo al 4 de Junio. De Miércoles a Sábado a las 19:30. Domingo a las 18:00. 
Duración: 80 minutos
Entradas: Desde 16€ en TeatroDelBarrio.


Ficha artística

Creación e Interpretación: Areta Bolado, Noelia Castro y Ailén Kendelman
Dirección: Gena Baamonde
Texto: A Panadaría y Gena Baamonde
Música Original: Ailén Kendelman
Iluminación: Laura Iturralde y Montse Piñeiro
Vestuario: Fanibell
Diseño Soporte: Beatriz de Vega
Construcción Soporte y Tela: Cdg
Imagen Gráfica: Noelia Castro
Fotografía: Pilar Abades
Vídeo: Alex Penabade
Asesoría en Canto: Marión Sarmiento
Producción: Ailén Kendelman
Ayudantía Producción: Liza G. Suárez



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