Teatro: Me quedé antigua. Teatro Lara

Interesante y divertida propuesta en la que nos vemos reflejados todos los que intentamos seguir a la última cuando ya estamos sobrepasados por la velocidad con la que cambian las cosas. Una realidad que nos engulle, que no nos deja un instante de calma, en la que un like vale mucho más que una reflexión desarrollada, en la que un influencer tiene mucho más poder que personas con una trayectoria mucho más dilatada y trabajada en el tiempo. En esta vorágine de inmediatez no queda lugar para el error, todo dura lo que el algoritmo desea, la realidad es tan efímera que se nos escapa entre las manos sin darnos tiempo apenas a saborearla.



Regresa a la sala Lola Membrives del Teatro Lara esta interesante reflexión, a modo de disparatada comedia, sobre la decadencia de una veterana actriz en contraposición al auge de una joven "creadora de contenido". Esta obra se confirma como uno de los éxitos de la pasada temporada y la consagración de Benja de la Rosa como uno de los directores jóvenes más relevantes dentro de la ficción de este país. Este montaje es una adaptación libre de la película "El asesinato de la hermana George" de Robert Aldrich, crónica de la cuesta abajo de una actriz que se ve relegada al ostracismo por el demoledor mundo televisivo. La película es una adaptación de la obra homónima de Frank Marcus.



Esta alocada comedia sobre el mundo de la fama nos hace recapacitar sobre el interés real de la misma, sobre la gente a la que se idolatra en estos tiempos y lo fácil que se tumban los ídolos. Un vídeo indecoroso subido a la red, un comentario sacado de contexto, una declaración políticamente incorrecta, cualquier nimiedad puede enterrar toda una carrera de éxito. Del mismo modo, un vídeo viral, una aparición en un evento, unos bailes en tik tok, una polémica con un "famoso" puede encumbrar a alguien hasta lo más alto. Escrita y dirigida por Benja de la Rosa la pieza es una ácida mirada sobre el mundo en el que vivimos, poniendo el foco en las relaciones tóxicas, en lo efímero de la fama, en la obsesión por la imagen y los peligros de las nuevas tecnologías.



Benja de la Rosa ("La sexta alumna", "La noche del eclipse", "Louella Persons", "Extremo") es un clásico de la escena madrileña, colaborador habitual de Microteatro por Dinero y autor de algunos de los títulos que mejor reflejan la sociedad en la que vivimos. A principios de Septiembre presentará su nuevo proyecto "Yo sí hablaré de ti" en los Teatros Luchana. El texto que nos ocupa es un claro ejemplo de su forma de escribir, cargado de ironía y mostrando de forma cruda la realidad que nos ha tocado vivir. Mordaz, ingenioso, divertido, elocuente, esta crítica al mundo del espectáculo lo tiene todo para entretener y a la vez hacernos recapacitar sobre la necesidad de dar un valor real al trabajo de las personas. Tras el envoltorio de una desenfadada comedia se esconde una contundente reflexión sobre un mundo que él mismo conoce bien, el del espectáculo, cargado de glamour pero tan despiadado que no respeta nada, solo el éxito y el dinero.




La obra nos habla de Adriana Tomás, una actriz de cincuenta años que triunfa en televisión con su personaje de la Hermana George, una entrañable monja a la que interpreta en una de las series más exitosas del momento, "Dignidad de Barrio". Vive enfadada con un mundo que no comprende. Comparte su vida con Susi, una chica mucho más joven que ella, a la que no comprende y con la que tiene una complicada relación, por su áspero carácter y por la idea de la joven de convertirse en influencer. Dos mundos antagónicos que no dejan de chocar. Tras la compra de la serie por una plataforma, la veterana actriz comienza a sospechar que se quieren deshacer de ella. Adriana se vuelve aún más arisca, se refugia en la bebida y comienza a desatarse una tormenta perfecta en la que todo parece desmoronarse ante sus ojos. Enfrentamientos constantes, tanto en casa como en el plató, una espiral de noches alcohólicas, una situación límite que llega a las altas esferas de la productora de la serie. En ese momento conoceremos a Valentina, una mujer implacable que hará cualquier cosa por salvar la serie y por ayudar a Susi en su futuro como estrella de las redes.



La obra nos habla de la deshumanización de la sociedad actual, del individualismo que no mira al prójimo, que no ve al resto como seres humanos, sino como elementos de un engranaje que debe funcionar a la perfección, por lo que al primer fallo debes ser cancelado. Una sociedad incapaz de empatizar, que se dedica a manipular a las personas para que se adapten a lo que está de moda en cada momento, sin importar a quien se deja atrás. El texto parte de esa premisa para tratar temas como las relaciones personales, la importancia de la apariencia, el paso del tiempo, la falsedad del mundo virtual o la despiadada realidad del mundo del espectáculo, en el que solo vales si generas dinero. Con el apoyo del audiovisual y con un humor fácil y muy inteligente, la pieza nos atrapa y nos divierte pese al fondo dramático de lo que nos está contando.


Uno de los puntos fuertes de esta propuesta es el elenco, con tres fantásticas actrices que se compenetran a la perfección y que consiguen imprimir a sus personajes una marcada personalidad que reconocemos desde el inicio. Patricia García Méndez ("Solicitud de amistad pendiente", "El crimen de los Luchana", "El Crimen del Lara", "La sexta alumna") da vida a Adriana, demostrando sus tablas y su experiencia, creando un personaje poliédrico, enigmático, oscuro, vulnerable, sobre el que recae todo el peso de la obra. La actriz le imprime personalidad y fuerza a esta mujer decadente, a la que dota de un carisma extravagante y un halo de fragilidad que la hace muy interesante. Esa mezcla de rudeza y de diva trasnochada hacen de este personaje un caramelo que Patricia sabe exprimir y sacar toda la comicidad y la ternura necesarias.

Junto a ella tenemos a Veki Velilla ("Uz, el pueblo", "Mi mundo es otro", "Fin de engaño", "El tren de las 22:27") interpretando a Susi, una joven desenfadada que aspira a convertirse en influencer. La actriz nos muestra a una chica aparentemente inocente, que se va descubriendo mucho más ambiciosa de lo que parece en un principio. Velilla llena a su personaje de energía, de verdad, de sencillez, lo que hace que no veamos en esta joven un mero cliché, ya que mantiene el alto nivel de sus compañeras. Por último tenemos a la siempre impecable Carmen Mayordomo ("Tito Andrónico", "Vulva", "El curioso incidente del perro a medianoche", "Llueven vacas"), actriz camaleónica como pocas, que en esta ocasión interpreta a Valentina, una estirada ejecutiva que pondrá patas arriba las vidas de Adriana y de Susi. Mayordomo es todo poderío, su sola presencia en escena ya lo abarca todo, más en este papel de mujer estirada y prepotente. La actriz domina a la perfección la comedia gestual, lo que se completa con una gran expresividad con la que sabe dar carácter a sus personajes. Una interpretación soberbia que, pese a ser un papel secundario, se nos queda grabada.




Otro de los puntos más interesantes, y divertidos, de la propuesta es el juego de las proyecciones, que Benja de la Rosa incorpora como parte de la historia. Esto impregna la obra de un efecto cinematográfico que encaja a la perfección con lo que se está contando. Con una escenografía sencilla, creada por Lucía Alvariñas, la historia discurre con naturalidad, pero con el apoyo de las escenas proyectadas, el engranaje de la obra funciona mucho mejor. En este aspecto hay que destacar la incorporación de escenas de la serie en la que participa la protagonista, lo que nos ayuda a contextualizar cómo es la hermana George. El cuidado vestuario de Rubén Raposo nos hace tener una idea clara de cada uno de los personajes. Por último, hay que destacar la iluminación de Manuel De Durán, que consigue darle a cada escena la tonalidad necesaria. 




En definitiva, estamos ante una gran comedia que vuelve a cimentar la sólida carrera de Benja de la Rosa como uno de los autores más interesantes de su generación, con un estilo propio muy identificable. Una historia de que nos habla de la brecha abismal que existen entre generaciones, esa que ya ha cumplido los cincuenta y la que ha nacido con la tecnología por bandera y sólo quiere dedicarse a ser "creador de contenido". Una crítica a nuestra propia sociedad, a la nueva forma de entender la cultura, a la inmediatez con la que vive la llamada generación Z, todo ello desde el humor más ácido y mordaz. A esto hay que sumar a las tres actrices, que realizan un trabajo excelente y diseñan unos personajes ten hilarantes como profundos. Una gran comedia que nos hará reflexionar sobre lo que somos y la relación que queremos tener con este mundo acelerado en el que vivimos.

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Teatro: Teatro Lara. Sala Lola Membrives
Dirección: Corredera baja de San Pablo 15.
Fechas: Del 7 de Julio al 8 de Septiembre. Viernes a las 18:15.
Duración: 75 minutos.
Entradas: Desde 12€ en Teatro Lara.


EQUIPO ARTÍSTICO

REPARTO


Patricia García Méndez
Veki Velilla
Carmen Mayordomo

EQUIPO TÉCNICO

PRODUCCIÓN

Patricia García Méndez

Fernando de la Puente

PRODUCCIÓN EJECUTIVA

Patricia García Méndez

Fernando de la Puente

DIRECCIÓN

Benja de la Rosa

IDEA ORIGINAL

Benja de la Rosa

DRAMATURGIA

Benja de la Rosa

AYUDANTE DE DIRECCIÓN

Manuel De Durán

ESCENOGRAFÍA

Lucía Alvariñas

ILUMINACIÓN

Manuel De Durán

VESTUARIO

Rubén Raposo

DIRECCIÓN Y MONTAJE AUDIOVISUALES

Manuel Romo

FOTOGRAFÍA Y CARTEL

Josema Mateos

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