La gran cacería es un proyecto con producción del Teatro del Barrio y con estreno absoluto en el Festival de Otoño. Es un proyecto que parte de una pregunta en segunda persona del plural: ¿Sabéis vosotros qué os quita el sueño? Porque todo arranca en una noche de insomnio a bordo de un barco que cruza el Mediterráneo, un barco que salió de Sicilia con destino al continente. Es quizás un viaje en el tiempo más que en el espacio, porque el Mediterráneo es mucho más que un testigo de la historia de Europa: es protagonista, es carcelero, es enterrador, es forjador de carácter, es alimento de pasiones, es dios y diablo, es mito y realidad. Atravesando el mar al que se asoma tanta literatura en todas sus orillas, un hombre, en su camarote, de noche, no consigue dormir. A su memoria vuelven una y otra vez imágenes de otras naves, de otros viajes.
Juan Mayorga reconocido dramaturgo español y Premio Princesa de Asturias, conocido por sus obras que exploran temas sociales y filosóficos, nos trae este monólogo donde un viaje por Italia se convierte en eje de una intensa y apasionada reflexión sobre la memoria, el viaje, los cambios naturales de la existencia, los animales, la religión y la supervivencia.
Un viaje donde los límites
entre el sueño y la realidad se desdibujan en escenas surrealistas y momentos
lúcidos de nuestro protagonista. Una narrativa poética donde se nos invita a
reflexionar sobre el sufrimiento, la naturaleza de los miedos y la conexión
entre la historia y la psique humana.
Nuestro insomne nos cuenta
que Goethe no visitó la catedral de Monreale donde cuatro mosaicos representan
la historia del arca de Noé y que no aparecían en su Viaje a Italia. Nos
cuentan que la Biblia lo narra de una manera detallista, pero sin mencionar las
jaulas de los animales que Noé salva del diluvio.
A partir de ese momento
nuestro insomne nos habla de los Mosaicos de Villa Casale. De la Pequeña
Cacería y de La Gran cacería donde hay un barco. La gran cacería expresa la potencia de Roma, animales vivos
que eran cazados, seleccionados y repartirlos por todo el Imperio para deleite
de los pueblos. Animales separados de sus crías y engañados, cazadores donde no
todos tienen rasgos europeos. “No parece serlo uno cuyo rostro vuelve ahora
insistentemente a mi memoria: un hombre al que otro amenaza con un látigo”.
El Mediterráneo como
fuente de vida, cuna de cultura y desarrollo. Ahora convertido en cuna de
dolor. Metáfora donde aquellos animales traídos para disfrute de las ciudades
romanas son ahora cambiados por miles de personas en busca de un futuro mejor y
que muchos de ellos perecen en el intento.
La segunda parte de la
obra viene precedida por un simulacro donde no se sabe muy bien si es real o
soñado y que se da casi al final de la obra. Es allí cuando aparecen dos
personajes que parecen policías en su peor momento.
El Tigre y el Mono,
encarnados por los magníficos Francisco Reyes y Ana Lischinsky, que buscan al
capitán de su recién amotinado barco para que les lleve a tierra. Destacando su
expresión corporal que da fuerza a esos personajes.
La escenografía creada por Elisa Sanz, aunque
sencilla, evoca el trasfondo de ese mar nocturno. Un oscuro plástico que cubre
todo el escenario, una silla y un madero que emula la cubierta son suficientes
para transportarnos por ese mar Mediterráneo. Ese negro domina el vestuario de
los tres actores y se mezclan con el mar y la noche.
La singular iluminación creada por Pedro Yagüe, con
prisma de colores incluido, es otro elemento más de la obra y que ayuda a enfatizar
la Teoría de colores emitida por Goethe, sin olvidar el espacio sonoro que nos
invita a sumergirnos en ese mar calmo.
Will Keen es el viajante
insomne. Impresiona su trabajo teatral. Impregna el escenario de un magnetismo
ayudado por un monólogo fantástico y lleno de referencias históricas, filosóficas,
bíblicas y regado con pinceladas de humor (el momento del Arca de Noé es uno de
ellos). La utilización de su cuerpo y los movimientos físicos son maravilla. Todo
ello recuerda al mejor teatro inglés.
Una propuesta abstracta pero muy interesante que atrapa al espectador desde el principio y donde por fin Mayorga levanta la pieza basada en un relato inédito publicado en La esfera de papel en el 2019.
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Ficha Artística
Autoría y dirección: Juan Mayorga
Intérpretes: Will Keen, Ana Lischinsky y Francisco Reyes
Iluminación: Pedro Yagüe
Espacio sonoro: Nacho Bilbao
Escenografía y vestuario: Elisa Sanz
Ayudante de dirección: Miguel Valentín López Sangües
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