Las relaciones humanas tienen algo de misterioso, pequeños detalles que se van quedando almacenados y de los que nunca se habla, complejas tramas que convierten a las pandillas de amigos en complejos universos que permanecen en equilibrio hasta que un hecho puntual hace que todo se derrumbe. Esto es lo que ha ocurrido a los protagonistas de esta historia, y ahora es el momento de intentar reconstruir ese entramado de alianzas, volver a a levantar esos vínculos, recuperar la confianza y meter los secretos en el baúl de lo prohibido. Pero todo ha cambiado, los que eran hace un tiempo vienen con cicatrices que parece muy difíciles que se puedan curar. Una reunión que puede ser el comienzo de una nueva etapa o el final de todo lo que tenían.
La obra navega entre la comedia y el thriller, entre el misterio y el drama disfrazado de costumbrismo. Una historia cruda envuelta en otra serie de tramas tangenciales que se acaban convirtiendo en el hilo conductor de la función, dejando el tema inicial aparcado en un segundo plano, como les ocurre a los personajes de la función, que evitan hablar de ello. Una reunión que intenta normalizar la relación de unos amigos tras el ingreso en un hospital de una de ellos. Pero parece que todo ha cambiado desde aquella noche. Ellos no son los mismos. Se han quitado las caretas, han escurrido el bulto, han mirado para otro lado, han dejado de coger el teléfono, han seguido con sus vidas como si no pasase nada. Y esta noche, la del reencuentro, hay muchas heridas que cerrar y demasiadas explicaciones que dar.
Esta producción de Vania Producciones y Producciones Off (en coproducción con Pentación y Bitó), corre a cargo de Carles Roca y Mónica Regueiro (una de las actrices de la obra). En ella viviremos en el alambre, seremos testigos del intento de reconstrucción de algo que está completamente destruido. Una fiesta sorpresa para celebrar el regreso del hospital de la amiga (a la que ninguno de los otros cuatro ha ido a visitar). Un largo periodo en el que su ausencia no ha hecho otra cosa que distanciarlos aún más. Lo que antes parecían rencillas propias de las amistades duraderas, ahora parecen montañas insalvables que ninguno quiere superar. En este ambiente teñido de aparente cordialidad, no tardan en salir a relucir todos los trapos sucios.
El texto de la actriz y poeta Estel Solé, es su debut como dramaturga teatral. Tras una interesante carrera como actriz ("Els Brugarol", "Lorca contra Lorca", "Al cau de les paraules") y con el premio Amadeu Oller en 2011 por su poemario autobiográfico "Dones que somiaven ser altres dones", Estel da un giro a su carrera con esta incursión en la dramaturgia, con un texto en el que investiga sobre la conducta humana. Solé reconoce que "la contradicción humana es mi gran fuente de inspiración", y es la base sobre la que construye esta comedia cargada de mala leche y muchas intenciones ocultas en unos personajes complejos que nos ocultan más de lo que cuentan.
Para la autora "la obra habla de como nos cuesta actuar ante un amigo que ha tenido una enfermedad grave, sea un cáncer o una patología psicológica. Cómo actuamos ante una situación que supuestamente llevamos muy bien pero genera incomodidades. También trata de si hay que ser siempre sincero y decirlo todo y de si cuando mentimos a alguien supuestamente para protegerle en realidad es por falta de valentía". Una trama que ha conectado claramente con el público, porque "el público la ve más viva y menos artificiosa que algunas de las propuestas que se hacen habitualmente, y también porque conecta con esta lucha que llevamos a cabo por poder realizar nuestro teatro, porque hoy todo el mundo está luchando y ve que luchando puedes conseguir cosas".
Al frente del montaje tenemos a Fele Martínez (con Lucía Barrado como ayudante de dirección) en el que es su debut como director tras una larga trayectoria sobre las tablas. Fele nos propone una comedia con tintes de thriller, o un drama costumbrista disfrazado de comedia. Aunque pase muy por encima por el tema que ha provocado la reunión, las tensiones entre los personajes hace que la obra fluya y el entramado de secretos que van saliendo a la luz es un continuo cúmulo de sorpresas. Para Martínez "el espectador se puede reconocer en prácticamente todos los personajes, aunque en este caso los llevamos al límite para que la comedia funcione, más allá de lo que podría ser puramente realista. La relación está más forzada entre ellos para que se puedan dar estas situaciones de humor, pero pese a todo, no se aleja mucho de la realidad".
Como explica el propio Fele, estamos ante "una comedia basada en la incomodidad, el egoísmo, la mentira, la falta de empatía. En una comedia puñetera, trufada de equívocos. Tiene también un punto onírico y hay una mezcla de elementos. Ninguno de los personajes está a gusto en esa casa. Todos desearían estar en otro lugar mejor. Para ellos es un viaje espiritual y, a partir de esa noche, les cambiará la vida a todos".
Pero vayamos a la historia que veremos en escena. La obra transcurre en una noche, en la casa de una de las protagonistas, durante una cena para "celebrar" el regreso de Belén, que viene de pasar un tiempo ingresada en un hospital. Un grupo de amigos han organizado esta fiesta-mentira en la que todos intentan aparentar que no pasa nada, cuando todo hace tiempo que nada es lo que era. La mentira de un grupo de amigos que se inventan una realidad inexistente para intentar proteger a Belén. Piensan que ocultándole lo que ha pasado en este tiempo, ella estará mejor, pero lo que están haciendo en realidad es esconder sus propias inseguridades y crear una situación ficticia en el que cada uno de ellos es una persona muy diferente a las que son realmente, intentando parecer todos ellos aquello que no son.
Pero como era de esperar, la mentira no tarda en descubrirse, los trapos sucios salen a relucir y todo salta por los aires. El grupo de amigos que aparentemente estaba tan unido, empieza a reprocharse cosas, a decirse lo que piensan los unos de los otros sin ningún tipo de filtro, hasta que lo que debía ser una noche de reencuentros se convierte en una pesadilla para todos ellos. Lo que comienza como un acto de amistad por la amiga que lo ha pasado mal, se convierte en una batalla campal en la que todos sacan lo peor de si mismos, pasan de ser la pandilla perfecta a un grupo de odiosos egocéntricos, que hacen saltar por los aires sus relaciones, poniendo en duda el valor de la amistad, menospreciando los logros de los demás, disparando a los lugares que saben que más daño hacen, sacando a relucir secretos escondidos durante años. Los egos y las envidias, el rencor y las heridas aún abiertas, las cuentas pendientes y los deseos reprimidos, todo chocará en esta intensa noche que cambiará sus vidas para siempre, un punto de inflexión que dejará muchas secuelas.
Todo esto lo llevan a escena un estupendo elenco, en un trabajo coral encomiable. Carmen Ruiz ("Tercer cuerpo", "7 años", "Ronejo") interpreta a Belén, la chica que llega a casa tras su hospitalización y descubre todo el engaño en el que ha vivido. Al grupo de amigos los interpretan Laura Galán ("Lectura fácil", "Las crónicas de Peter Sanchidrián", "Un animal en mi almohada"), Mónica Regueiro ("Principiantes", "Todas las mujeres", "Los miércoles no existen"), Jorge Suquet ("Los cuerpos perdidos", "Esto no es la casa de Bernarda Alba", "Stockmann") e Iñaki Ardanaz ("Los miércoles no existen", "Una pareja cualquiera", "En la azotea"), que interpreta a Álex, artífice principal de todo este engaño por el amor que siente por Belén desde hace años. Todos hacen un trabajo de elenco impecable. Se agreden, se insultan, se increpan, pero también se sinceran, se aman, son honestos por una vez. Unas creaciones en las que los intérpretes van mostrándonos las distintas capas de sus personajes, que se van desnudando ante nosotros.
No podemos dejar de hablar en este caso de la interesante escenografía diseñada por Mónica Boromello, de carácter industrial y bastante minimalista, pero con una crudeza y desnudez que le va muy bien a la historia. Muy interesante la iluminación creada por Rodrigo Ortega, que ahonda en el misterio que por momentos transmite la historia, potenciando siempre el carácter de cada escena. Todo ello queda envuelto en el espacio sonoro creado por Sergio Sánchez Bou y potenciado por la singular composición musical de Juanjo Reig. Por último, el vestuario diseñado por Elda Noriega, nos da una idea nítida de la personalidad de cada personaje desde el primer momento.
En definitiva, estamos ante una entretenida comedia de enredo, con tintes de misterio y un interesante abanicos de temas que van salpicando la historia. Un puñado de poliédricos personajes que nos representan, de una u otra manera, por sus miedos, sus secretos, sus amores prohibidos, por esa doble imagen que todos tenemos. Un texto que nos mantiene en tensión durante toda la obra, pero que no termina de profundizar demasiado en ninguno de los temas que esboza. Un elenco que cumple a la perfección con una historia coral en la que todas las piezas encajan para componer un puzle que nos inquieta y nos divierte.
Carmen Ruiz Laura Galán Mónica Regueiro Jorge Suquet Iñaki Ardanaz
Ficha artística
Director: Fele Martínez Ayudante de dirección: Lucía Barrado Diseño de escenografía: Mónica Boromello Diseño de iluminación: Rodrigo Ortega Diseño de vestuario: Elda Noriega Diseño de espacio sonoro: Sergio Sánchez Bou Composición musical: Juanjo Reig Movimiento: Elena Lombao Fotografía y diseño de cartel: Sergio Parra / Eva Ramón Diseño gráfico: Rubén Salgueiros Producción/Administración: Andrea Quevedo Dirección de producción: Ana Guarnizo Producción ejecutiva: Mónica Regueiro / Carles Roca
Una producción de Producciones Off y Vania Produccions. En coproducción con Pentación y Bitò
No hay comentarios:
Publicar un comentario