En el escenario del Teatro de la Abadía, Josep María Miró nos sumerge en el corazón de Santa Margalida, Mallorca, para explorar la compleja relación entre dos titanes del siglo XX español: el oligarca implacable Joan March y el humanista ferviente Joan Mascaró. Ambos nacieron en el mismo pueblo de Mallorca con 17 años de diferencia. Adaptando magistralmente la obra homónima de Sebastià Alzamora, Miró nos lleva en un viaje a través del tiempo y el espacio, mientras los narradores guían al público a través de los episodios más significativos de la vida de estos dos hombres y por ende de la historia de España.
Dos personalidades influyentes del siglo XX y
formas muy diferentes de entender la vida; pero que mantuvieron una estrecha
relación a lo largo de los años. ¿Qué unía a estos dos
hombres que habían entregado su vida a empresas tan distintas: la guerra y el
hinduismo?
Desde el primer momento, la narrativa cautiva al espectador, manteniéndolo atento a cada palabra y gesto de los personajes. Aunque se destaca una mayor luminosidad en el retrato de Mascaró, Miró nos muestra a un March que revela su falta de humanidad y su ansia de poder. Las palabras cuidadosamente elaboradas se quedan grabadas en la memoria de los espectadores, gracias a la calidad del libreto y a la habilidad de los narradores para llevar la historia adelante.
La obra nos transporta a través de la vida de los dos protagonistas. La vida de March va desde las influencias en la política española hasta su participación en eventos históricos como la Segunda Guerra Mundial, todo mientras Mascaró representa la contraparte ética y filosófica de esta narrativa, así como la vida familiar que tiene en Cambridge. El dramaturgo se apoya en dos personajes, Kathleen, la esposa de Joan Mascaró, y Tremulles, asistente de March. Ellos guiarán al espectador por las vidas de los dos protagonistas y ayudarán a completar el puzle que forma la trama con constantes saltos temporales. Miró cuando hace una adaptación o versión de una obra preexistente tiene claro que se pone “al servicio de la historia”, pero entiende que el teatro posee “otros mecanismos, donde la palabra es acción y la réplica marca jerarquía.”
El espectáculo aborda una amplia gama de episodios históricos
que ilustran la influencia de Joan March a lo largo de la primera mitad del
siglo pasado. Desde su relación con Alfonso XIII (el pornógrafo) hasta su
participación en la dictadura de Primo de Rivera y su poder en los medios de
comunicación, la II República y el régimen de Franco, pasando por sus tratos
con diversas potencias durante la Segunda Guerra Mundial. También se exploran
aspectos como su monopolio del tabaco en España, su suministro de armas a los
rifeños en Marruecos y su presunta implicación en eventos turbios, como el
asesinato de Rafel Garau. A lo largo de su vida, March incluso llegó a
desempeñar un cargo como diputado y experimentó la vida carcelaria en la
prisión de Alcalá de Henares aunque el desarrollo de este capítulo es muy
cómico y frustrante.
Por otro lado, se presenta a Joan Mascaró como un dedicado
profesor en la Universidad de Cambridge, donde reside con su esposa e hijos. Su
pasión por la traducción de textos hindúes lo acerca a figuras destacadas de la
época, como los Beatles, quienes mostraron un gran interés en la cultura india
y le dedicaron una canción en su etapa psicodélica. Su pacifismo y su fracaso
en su vida familiar.
Convivimos constantemente con el éxito y el fracaso, con la muerte y el deseo, con la poesía y la destrucción”, explica Martret, que al igual que la actriz Carmen Conesa reconoce que descubre al personaje de Mascaró por la novela y quedan prendados desde el primer momento, algo que se refuerza en el proceso de creación y ensayos. “El público descubrirá a un hombre importantísimo para el pacifismo, de una sabiduría enorme”, señala el director de escena.
La excelencia del elenco actoral es indiscutible y
contribuye significativamente al éxito de esta producción teatral. Carmen
Conesa deslumbra con su interpretación magistral, navegando entre la serenidad
de Kathleen Ellis y la vivacidad de Dolores, la amante de Primo de Rivera, con
una destreza impresionante. Su presencia en el escenario es magnética,
infundiendo cada escena con una energía única y cautivadora. Por su parte,
Jordi Figueras, en su papel de Tremulles, desempeña un papel crucial al
reflejar las complejas contradicciones de su personaje, director de la Banca y
al servicio casi pueril de March, a pesar de que él mismo se perciba como la
mano derecha del poderoso oligarca.
Rodo Gener se metamorfosea en Joan Mascaró con una fuerza y autenticidad que impactan, manteniendo una coherencia asombrosa a lo largo de toda la obra. Su actuación es un verdadero espectáculo de habilidad y dedicación al personaje. Finalmente, Toni Gomila asume con vigor el desafío de encarnar a Juan March, capturando la atención del público en cada escena con su energía y presencia escénica imponente. Su notable parecido físico con March añade una capa extra de credibilidad a su interpretación. Una obra que se presenta como una narración magistralmente dramatizada por los actores (El momento de la tormenta en el desierto es un ejemplo).
Esta adaptación se propuso para una producción del Teatre
Principal de Palma de Mallorca y se centra sobre todo en los valores y el poder con todo lo
que eso conlleva. El personaje y su antítesis en un mismo espacio escénico.
La propuesta escénica de "Reyes del Mundo" es
ambiciosa y efectiva, con una escenografía versátil que se adapta hábilmente a
las necesidades del libreto. Desde una casa en ruinas que se transforma en
hotel, aula o plató televisivo, evoca los hogares devastados por las nuevas
guerras y añade una dimensión visualmente impactante a la narrativa.
El diseño de iluminación y el espacio sonoro complementan
perfectamente la acción en el escenario, creando una atmósfera envolvente que
sumerge al espectador en la historia. Apoyado todo ello en unas pocas
proyecciones que ayudan a entender ciertas situaciones del subtexto.
En conclusión, "Reyes del Mundo" es una obra
teatral que no se debe perder nadie.
Incita a la reflexión sobre el sentido de la vida, la banalidad del mal
y las personas que pueden transformar el mundo. Con una dramaturgia
excepcional, un elenco actoral de primer nivel y una propuesta escénica
ambiciosa, esta producción nos ofrece un retrato profundo y conmovedor de dos
figuras legendarias de la historia española. Un espectáculo que emociona que
deja una huella imborrable y que ya sólo con la frase final merece la pena
disfrutarla.
RESEÑA ESCRITA POR GEMA COLADO
----------------------------------------------------------------------------------------------------
Reparto
Jordi Figueras
Toni Gomila
Rodo Gener
Ficha artística
Texto original: Sebastià Alzamora
Dramaturgia: Josep Maria Miró
Traducción al castellano: Eva Vallines
Dirección: José Martret
Escenografía: Rafel Lladó
Iluminación: David Picazo
Vestuario: María Miró
Espacio sonoro: Jaume Manresa
Coreografía: Roberto Alonso
Ayudante de dirección: Pedro Mas
Vídeocreación: Toni Bestard
Una producción del Teatre Principal de Palma de Mallorca
No hay comentarios:
Publicar un comentario