La inabarcable Guerra Civil, esa de la que se dice que ha dejado muchas heridas sin cerrar, muchas cunetas llenas de muertos, demasiadas fosas sin abrir. Esa misma de la que se ha dicho que no se paraban de hacer películas o escribir novelas. Y ahora resulta que las nuevas generaciones no tienen demasiado claro lo que ocurrió. Sin intención de mirar hacia atrás, con la mirada solo puesta en el futuro, los jóvenes del Siglo XXI desconocen en su mayoría lo que ocurrió en este país, esa contienda que enfrentó a familias, que dejó pueblos partidos a la mitad, que marcó la historia de nuestro país. Es hora de que los jóvenes desempolven los recuerdos de los abuelos y reconstruyan el pasado.
La memoria y su ausencia en una aventura visual y poética. Con este impactante titular nos presenta La Joven su nuevo proyecto en torno a la Guerra Civil, el pasado, el futuro, la memoria y de forma bastante contundente la semejanza entre aquella época y los tiempos convulsos que vivimos en la actualidad. El montaje nos sorprende desde el primer momento, con la ruptura de la cuarta pared y el comienzo efervescente, en el que nos presentan, la problemática que nos van a plantear de una forma muy ingeniosa. Saben como enganchar, sobre todo a la juventud, y juegan con ello de maravilla.
Pero pongamos la pieza en contexto. La obra nace de un proyecto internacional denominado "Paisaje de devastación" en el que participan Grecia, Alemania, Ucrania y España (representada por La Joven). Todos estos son países en los que lo colaborativo se ha usado como arma de resistencia ante la barbarie y la injusticia a lo largo de sus historias como sociedades y como naciones. Este proyecto tiene como punto central el encuentro de jóvenes con su memoria y la de sus países, a través de talleres con el teatro como herramienta de colaboración, resistencia y memoria.
De esta investigación en paralelo nacen tres producciones, que se estrenarán a lo largo de los primeros meses de 2024. El aprendizaje histórico emocional, artístico y participativo ha estado en el centro de todas las fases del proyecto. Además de "Lagunas y Niebla", en este primer semestre del año habrá la posibilidad de ver las otras propuestas en el Schaubühne de Berlín y en el Teatro Nacional de Tesalónica. En julio, La Joven tiene previsto realizar un Festival Internacional de Teatro Joven en distintos espacios teatrales de la ciudad de Madrid. A este festival serán invitadas tanto la producción griega como la alemana, entre otras.
La Joven es, a día de hoy, uno de los proyectos escénicos más interesantes y ambiciosos de todo el panorama nacional. Centrados en el acercamiento de las artes escénicas a los jóvenes, han conseguido crear un lenguaje propio y una forma de contar las cosas que seduce a la juventud, pero también a los que no lo somos tanto (el sábado toda la platea del Abadía se puso en pie para ovacionar la obra). Una iniciativa queune a profesionales de las artes escénicas con la comunidad docente y sirve como espacio profesional para jóvenes. Bajo la dirección escénica de José Luis Arellano, la compañía ha trabajado con autores de la talla de Alberto Conejero, Nando López, Guillem Clua, Marta Buchaca, Carlos Be o Paco Gámez (autor de esta obra y "Praga, 1941").
Tras más de una década de vida, la Fundación La Joven (con más de una veintena de espectáculos a sus espaldas) sigue fiel a sus ideales fundacionales de tender puentes entre las Artes Escénicas y la sociedad, situando a los jóvenes como protagonistas. En esta temporada, se acaban de despedir en el Círculo de Bellas de Madrid con la obra "Para acabar con Eddy Bellegueule" (que se pudo ver hace un par de temporadas en el Abadía). Además estrenarán a final de mes "Rebelión en la red" (versión muy personal de Marta Arán sobre la novela de Orwell) y en el mes de Mayo "Peter y Wendy rumbo a Nunca Jamás" (de Nando López), ambas dirigidas por José Luis Arellano. Se podrán veren elReal Teatro del Retiro.
El texto de Paco Gámez es el fruto de varios talleres con jóvenes, en los que ha contado con la ayuda de Irene Herrero y Ana Rocío Dávila. En el proceso de la dramaturgia ha tenido la colaboración de Martín Valdés-Stauber. Como resultado de toda esta investigación previa tenemos una pieza que es "una mirada caleidoscópica de la Guerra Civil en la voz de cinco jóvenes a través de recuerdos que no tienen de una guerra que no han vivido. Este es un homenaje a todas las personas que nos han compartido relatos, vivencias, información y opiniones sobre este pasado cruel. Un homenaje a los que ya no están. Un homenaje a los jóvenes y a los que fueron jóvenes en el 36".
Con este nuevo proyecto continúan su investigación en torno a las guerras que asolaron el viejo continente el pasado siglo. Tras "Barro" y "Fuego", pertenecientes a la tetralogía Mapas de las ruinas de Europa, nace esta obra sobre nuestra guerra civil, que aunque no pertenece a la saga acerca a los momentos más oscuros del siglo XX. En esta ocasión ponen el foco en el desconocimiento de la juventud sobre la historia más cercana de su propio país. Pero si esto resulta interesante y se trata con gran respeto y cuidado, lo es aún más el paralelismo que se busca entre la sociedad actual y la de los años previos a la Guerra Civil, haciendo especial hincapié en la crispación reinante y en ciertos discursos de aquellos años que suenan alarmantemente actuales.
Leemos sobre la obra, que nace tras conocer un estudio que constata que los jóvenes españoles desconocen la historia reciente de nuestro país. Desconocen los nombres de personajes relevantes, confunden fechas y lugares, y no tienen una idea formada sobre lo que fue la Guerra Civil. Las preguntan que sobrevuelan la escritura se agolpan sobre el escenario de La Abadía. ¿Qué tienen ellos que ver con el 36? ¿Importa de algo lo que ocurrió? ¿Ha marcado ese hecho su presente? ¿Puede la historia ser borrada o inventada? ¿Cómo habría sido tu vida si cumplieras 18 en 1936? ¿Cómo fue la juventud de los que dejaron de vivir en la contienda, de los que sobrevivieron, de los que ahora son ancianos? Con estas bases se va cimentando la obra que veremos, en la que se dan respuesta a muchas de estas cuestiones. Otras deberá responderlas cada uno a título personal. Para ellos "todo es confusión, un mapa amarillento de la península lleno de lagunas y niebla, donde los límites entre el presente y el ayer, la realidad y la ficción, y lo político y lo íntimo se confunden".
En escena veremos a una nueva camada de La Joven, formada por Julia Adun, Elisa Hipólito, Manu Imizcoz, Javier Fernández y Paula Feror. Como ocurre en la mayoría de los montajes de la compañía, el trabajo coral del elenco es impecable. Con momentos de más protagonismo de cada uno de los intérpretes, sobresale el trabajo conjunto y la química que desprenden los cinco jóvenes. Elisa Hipólito y Paula Feror interpretan a jóvenes antagónicas, una defensora de la causa republicana y la otra, pariente lejana de uno de los golpistas, defensora de la causa nacional (o más bien intenta hacer ver como se hicieron atrocidades en ambos ambos). Dos interpretaciones que nos muestran esas dos Españas enfrentadas, en las que lejos de escuchar al otro solo quieres escucharte a ti mismo y a los tuyos.
Julia Adun nos invita a reflexionar sobre las tropas marroquíes que combatieron en el bando franquista, esos que resultaron decisivos en la batalla pero que no pasaron a los libros de Historia y en la mayoría de los casos fueron olvidados al acabar la Guerra. Manu Imizcoz interpreta a un joven anarquista que lucha, es detenido y fusilado, contándonos todas las penurias que sufrieron los milicianos, desde la desorganización hasta la falta de medios. Por último, Javi Hernández va dando vida a diferentes intérpretes que aparecen en las escenas de sus compañeros, además de dar vida a un joven que se refugia en una embajada ante el inminente comienzo de la Guerra.
Al entrar en la maravillosa sala San Juan de la Cruz vemos el escenario casi vacío, lleno de cosas que no parecen tener demasiada conexión, todo tapado con plásticos. La propuesta escénica de Silvia de Marta (responsable también del vestuario) ha convertido el lugar en un trastero, el lugar en el que se guardan las cosas a las que ya no se quiere mirar, las que siguen teniendo una carga emocional pero no quieres tener cerca. Esa metáfora que hace de este lugar el espacio en el que guardamos los recuerdos de la Guerra Civil es de un ingenio brutal. Así, veremos como los jóvenes van desempolvando los recuerdos de sus familias a la vez que reconstruyen las ideas que tenemos de aquella época. Fabulosa la pieza rectangular forrada de tela sobre la que se proyectan imágenes y se juegan con las sombras, en un trabajo impecable de Juanjo Llorens en el diseño de iluminación, que consigue dar a cada escena la textura idónea. El espacio sonoro de Alberto Granados (responsable también de la música) es abrumador y contundente.
En definitiva, La Joven ha vuelto a conseguir un montaje que atrae a los jóvenes por su ejecución y enfoque, pero también a los que no lo somos por el trabajo impecable de todo el equipo. Una visión actualizada de nuestra historia reciente, un debate desde la distancia que aportará cosas a todos los presentes, un paralelismo con la situación actual que estremece. La originalidad de la propuesta, el trabajo coral del elenco y un texto que habla sin tapujos de lo que fuimos y de lo que nos ha quedado. Un montaje desenfadado que intenta hablarnos de la Guerra Civil desde un lugar diferente, desde el que nos encontremos las distintas generaciones que acudan al teatro. La parte didáctica de la propuesta (cada vez más presente en los montajes de la compañía), intentando contarlo todo casi como si de una charla se tratase, resulta fundamental para que el público empatice y disfrute.
Reparto: Julia Adun, Elisa Hipólito, Manu Imizcoz, Javier Fernández, Paula Feror. Espacio escénico y vestuario: Silvia de Marta Diseño de iluminación: Juanjo Llorens (AAI) Música y espacio sonoro: Alberto Granados Reguilón Coordinación del proyecto: David Peralto, Paloma Rodrigo, Martin Valdés-Stauber Ayudantía de documentación y coordinación de talleres: Ana Rocío Dávila e Irene Herrero Ayudantía de dirección: Raúl Pulido Jordá Regiduría y ayudantía de escenografía: Christina Eleftheriadou Ayudantía de vestuario: Laura Forero Ficha didáctica: Maite Fernández y Elena Trujillo Dirección de producción: Olga Reguilón Aguado Dirección técnica: Daniel Villar y Está Por Ver SL Técnico de iluminación: Óscar Fernández Técnico de audiovisuales: Antonio Romero Administración y gestión de públicos: Rocío de Felipe Comunicación: Pedro Sánchez, Laura Forero y María Díaz Producción y sostenibilidad: Paloma Rodrigo Mantenimiento y limpieza: Begoña Pérez Fotografía: Ilde Sandrin Prácticas: Carla Mazarrota (dirección), Inés Cabrera (comunicación) y María García (producción) Construcción escenografía: Mambo Decorados Realización telón: Gerriets Construcción obuses: Ricardo Vergne Agradecimientos: Juan Carlos Rodríguez y a todas y cada una de las personas que han colaborado en las entrevistas, talleres y charlas con Paco Gámez
Un proyecto de Fundación Teatro Joven / LaJoven, financiado por la Fundación Memoria, Responsabilidad y Futuro (EVZ) y el Ministerio Federal de Hacienda Alemán (BMF) como parte de la Agenda Educativa NS – Injustice
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