El cianuro, ¿sólo o con leche?. Teatro Corral Cervantes

 

El cianuro, ¿sólo o con leche? Símbolo de esta idiosincrasia tan socarrona, ese humor negro de la España profunda. Historias costumbristas, con un lenguaje popular, lucido e inteligente. Nacido de la sabiduría que ofrecen los pueblos y las costumbres de la gente corriente.

Un texto de José Alonso Milián,  que divierte, políticamente incorrecto con una lucidez por encima de moralinas.  Un tipo de humor negro para los “muy cafeteros”. Si bien, donde sin duda el tonto que se lleva todos los golpes termina siendo indudablemente el mas listo de todos, como no puede ser otra manera.

Jacobo Muñoz dirige esta propuesta de la manera más fiel posible al texto e imaginamos a la que se estrenó por primera vez. Una obra traducida a varios idiomas, adaptada al cine, innumerablemente representada, en principio un acierto seguro , no se corren riesgos. Ahora bien, en esta versión no existen los modernos giros que nos transportan a la realidad de último minuto, no hay cortes de texto en situaciones que hoy rechinan. Una decisión por tanto arriesgada.

Dos mujeres, una postrada en una silla de ruedas, sibilina y atrevida, junto a su hija Laura, una solterona cuyo destino parece ser cuidar de un achacoso abuelo, en los albores de la muerte, pero que entre toses y expectoraciones no termina de morir. Una vida que no es vida propia. Una forma de estar del mismo color que su vestuario, negro, muy negro. Oriundas ambas de Badajoz y asistidas por su prima, que entre su primigenia ingenuidad, es la mejor persona que habita en la casa, entre lecturas de Kafka y  querida por su marido Llermo cuyo único objetivo es sacar unas perras para irse de allí y quitarse el san benito de yermo.

Cecilia Vilar es Adela, es la madre con una sorna y un carácter agrio que desprende con soltura entre unos y otros por toda la casa. Símbolo de que existen situaciones y caracteres universales que se pueden suceder en cualquier lugar del globo.

Eva Banet en el papel de Laura, la hija, con un carácter fuerte a veces entendemos desmesurado, no vemos que baje el tono o existan cambios de registro tal y como demanda la propio texto. Dándose más importancia a la trama que a la existencia de personajes protagónicos. David Amaro como el sobrino Enrique con su intención de esconder algo en un interesante y detectivesco tandem con  Lara Loher  en la piel de Marta de histriónico color entre tanta negritud y austeridad.

Pero la trama gorda, está por venir, se la contamos inmediatamente. Laura nos la contó mas empezar la función. Laura y su madre quieren matar al abuelo envenenándole con cianuro.  No les va a ser nada fácil, lo tenían todo preparado, el cianuro en la cocina. Las instrucciones a la prima Justina, del producto que tenia que meter en el café estaban dadas Hasta que apareció Enrique, el sobrino, que viene a chafarlas todo el plan acompañado de Marta su prometida. Destacable el trabajo de Carmen Borreguero en el papel de Justina, a la que pudimos ver más aristas, entre la sabiduría, la infantil ingenuidad y el amor 

Por no hablar de las vecinas Cuqui Sangrador como Socorro y Cristina Cerro como Veneranda que no hacen mas que entrometerse en todo, y merodear por la casa como si estuvieran la propia. El súper detective Jaime Bayo en la piel de Marcial  al que no se le escapa ni una o mejor dicho para que engañarles, se le escapan todas.

Hay muchísima gente por la casa para llevar a cabo el plan, incluyendo al Sátiro de Extremadura interpretado por Emilio Macias que todo lo hace por sacarse unos duros para llevar a casa, en una suerte de pluriempleo a base de aumentar su mala reputación.

Todo transcurre en el salón de una casa, donde podemos intuir las idas y venidas a la habitación del abuelo, a la cocina e incluso a la calle.  Impecable el trabajo de escenografía de la mano de Jacobo Muñoz, recupera el estilo fiel y las descripciones, que nos encanta ver recuperadas en tiempos de minimalismo, con un mismo apunte para el trabajo de vestuario por parte de Rossel M. Peinador con un trabajo en la misma línea, con un vestuario que lleva a la caricatura y a la rápida identificación de los personajes que nos recuerda al teatro del absurdo de Ionesco pero a lo España profunda.

Un asesinato, o varios o ninguno que o se pasan al Corral de Cervantes a verlo o es imposible que entre tanto desvarío se saque la conclusión.  

Entretenida, un buen rato y muy buen trabajo. Se las recomendamos para este tiempo primaveral en el Corral.

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Teatro: Corral Cervantes
Dirección: Palacio de Cristal, Parque Madrid Río. Paseo de la Chopera s/n.
Fechas: Abril  6 · 18:00 h | 7 / 14 / 21 / 28  · 17:00 h
Mayo 5 / 12 / 19 / 26 · 18:00 h
Duración: 80 minutos. 
Entradas: Desde 8€ en Corral Cervantes.

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