No cabe
duda de la enorme relación que existe entre el Teatro Bellas Artes y la figura
de Miguel Delibes. Tras las innumerables representaciones de sus Cinco horas
con Mario, y tras su Señora de rojo sobre fondo gris, llega tras el gran éxito
de crítica y público de la temporada pasada, La guerra de nuestros antepasados.
Aunque
son escasas las épocas en que no hay algún conflicto bélico más o menos cerca.
Estando como estamos en medio de varios y muy crueles, como la guerra de
Ucrania o el genocidio palestino, no se me ocurre momento más adecuado para
volver a representar La guerra de nuestros antepasados.
Obra de
Miguel Delibes, uno de nuestros mejores dramaturgos del siglo pasado, cuyas
inmortales historias han sido adaptadas tanto al cine como al teatro; Los
santos inocentes, Cinco horas con Mario, La sombra del ciprés es alargada, El disputado voto del señor Cayo…..y tantas y tantas
otras.
La
guerra de nuestros antepasados es la historia de un preso Pacífico, pero bien
podría ser la historia del mundo, de la “civilización” de sus guerras, su violencia
y su sinrazón.
Durante
una serie de entrevistas el doctor Burgueño, psiquiatra va adentrándose en la
vida de Pacífico. Vamos siendo testigos de su vida y la de su padre, su “abue” y
su “bisa”.
Como
éstos a base de contarle sus historias bélicas fueron plantando en él no sólo
la semilla de la guerra y la violencia sino lo que más sorprende, normalizar
toda esa barbarie. Sus antepasados fueron testigos activos de la guerra civil,
las guerras de África y la guerra carlista.
Como
decía a base de contarle las mismas y sus historias le fueron inculcando un
sentimiento sobre el honor, la valentía y la gloria en combate.
Pero Pacífico
no es así, es un chico ingenuo e inocente dotado de una gran sensibilidad. Él
es feliz en el campo, con las abejas, el campo, los árboles… Sin embargo como
una señal del destino acaba matando al igual que sus antepasados lo que provoca
que pase la mayor parte de su vida en prisión.
No deja
de resultar “chocante” que una persona a priori tan dulce y sencilla acabe
siendo víctima de su destino y para intentar comprenderlo contamos con la
inestimable ayuda del doctor. A través de sus cuidadas preguntas vamos conociendo
como ha sido la vida de Pacífico, desde sus primeros años en un entorno
marcadamente rural, las relaciones familiares y la España de aquella época de
finales del franquismo e inicios de la transición.
Pacífico
ya bastante enfermo por una enfermedad respiratoria, nos explica los motivos
que le han llevado a la cárcel y la razón última por las que mató a dos
personas. Pero no a modo de justificación, sino todo ello con la ingenuidad del
que ha crecido que todo lo que ha vivido, todo lo que ha hecho es “normal”.
A lo
largo de hora y media de entrevistas descubrimos la historia de un país que
muchos no creían que existiera. Esa España rural donde los vínculos familiares están
tan arraigados y donde la violencia está tan y tan presente por motivos que a
simple vista nos parecerían absurdos a todas luces.
Eduardo Galán es el
responsable de la adaptación del libro de Delibes. Dramaturgo,
guionista, novelista y ensayista. Autor de más de treinta obras (originales y
adaptaciones) es uno de los principales autores de la actualidad. Destacan entre
otras Los pazos de Ulloa, Un marido ideal, La importancia de llamarse
Ernesto, El fantasma de la ópera, La Celestina, El caballero de Olmedo, Anfitrión, El Lazarillo de Tormes y
recientemente La Regenta.
Maravillosa la adaptación realizada manteniendo tanto la estructura
original del libro con las siete entrevistas así como el lenguaje rural
castellano tan presente en la obra.
Respecto a la adaptación señala “Como
adaptador, he querido destacar el carácter complejo de Pacífico Pérez, su
sumisión a los poderosos,su resignación
casi franciscana ante un destino grabado en su memoria desde la cuna con las
historias de las guerras que le contaban el Abue, el Bisa y Padre”.
El argentino ClaudioTolcachir es el director. Actor, director, docente y
dramaturgo deja su impronta en este trabajo en común con Eduardo Galán.
Ambos junto a la cuidada
escenografía de MonicaBoromello, la
acertada iluminación de JuanGómezCornejo y el notable espacio
sonoro de ManuSolís dan como resultado una autentíca obra de
arte.
Una
puesta en escena contundente y sobria que nos muestra con todo el realismo la intensidad
del texto original de Delibes y la crudeza de la historia que lo inunda todo.
El
elenco lo forman Carmelo Gómez y Miguel Hermoso. En cuanto a Carmelo Gómez
he de reconocer que si bien he visto muchas películas suyas, entre ellas Días
contados y El método por las que ganó el Goya a mejor
actor; y como no mencionar la maravillosa Vacas del gran Julio Medem; en
teatro no han sido tantas, no sabría muy bien decir el motivo pero lo cierto es
que hace un par de años tuve la oportunidad de disfrutar en el mismo Teatro
Bellas Artes de su maravilloso A vueltas con Lorca, de hecho me gustó tanto que
al poco tiempo volví a repetir esta vez en la Abadía.
Pues su
sobresaliente trabajo con Lorca se ve ampliamente superado con el trabajo
desarrollado como Pacífico. Simplemente descomunal. Tendría que ser de obligado
visionado en las escuelas de Arte Dramático, tanto que incluso su soberbia voz
queda en un segundo plano ante la enorme calidad de su trabajo la expresión
corporal, las dudas y balbuceos a lo largo de las entrevistas, su lenguaje
gestual, lo dicho insuperable.
Le da réplica
Miguel Hermoso, actor con una dilatada y exitosa carrera en cine, teatro
y televisión. Notable su trabajo como el psiquiatra doctor Burgueño.
Persona tranquila, empática y que ofrece a Pacífico justo lo que aquel
requiere, que no es otra cosa que alguien que simplemente le escuche, sin prejuicios,
sin crítica, sin consejos…solo escucharle. Acertadísima la elección de Miguel
como contrapunto a Carmelo Gómez.
En definitiva simplemente maravillosa, no dejéis de ir a verla, os
encantará.
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