Teatro: CASTELVINES Y MONTESES. Teatro de la Comedia

Poderosa, impactante, divertida, locuaz, inteligente. Todo esto es lo que nos transmite esta impecable versión sobre el clásico de Lope. Una obra musical que se convierte en una desenfrenada fiesta desde el comienzo para acompañarnos a ritmo de grandes temas de la música italiana por esta tierna historia de amor, en la que el poder, la tradición, las cuentas pendientes, parecen no ser impedimento para que el amor consiga llegar a buen puerto y todo acabe como merece una fiesta, con el gran baile final.




Con tintes de "West side story" y un paralelismo evidente con "Romeo y Julieta", este ingenioso y apabullante montaje nos hace vibrar, reír, cantar e incluso nos cuesta quedarnos quietos en nuestro asiento y no ponernos a bailar al son de los temazos de música italiana y las divertidas coreografías que  nos propone Xenia Reguant. Nos veremos sorprendidos desde el primer momento, pero pronto no dudaremos en dejarnos llevar, en acompañar al elenco en este alucinante (por lo peculiar del modo en que se cuenta, por el surrealismo de ciertas escenas, por la grandilocuencia de todo el montaje) viaje por la Italia profunda y por los conflictos entre familias de Castelvines y Monteses.



Esta producción del Compañía Nacional de Teatro Clásico y Barco Pirata es una absoluta fiesta, un descomunal montaje en el que todo sucede con una impecable maestría. Todo encaja y se desarrolla con la fluidez necesaria, con la extravagancia de quien asume el reto de llevar los versos de Lope al lenguaje escénico de nuestros días. El desparpajo latente en todo el montaje nos acerca la obra, nos hace partícipes de esta apabullante demostración de ingeniería escénica, de precisión actoral, de fantasía visual. Un compendio de elementos que construyen una pieza increíblemente compleja y que resulta asombrosamente atractiva para el espectador, sobre todo por su arrollador despliegue visual.


Sergio Peris-Mencheta ("La cocina", "Lehman Trilogy", "Un trozo invisible de este mundo", "¿Quién es el señor Schmitt?") lo ha vuelto a hacer, ha creado un descomunal proyecto, concebido a lo grande y ejecutado con la precisión de un ingeniero. Como ya nos ha demostrado en algunos de sus proyectos anteriores, se mueve como pez en el agua gestionando grandes elencos, el aparente caos de un escenario repleto, que él sabe gestionar a la perfección. Su adaptación (junto a José Carlos Menéndez) de los versos de Lope de Vega es fascinante, la frescura y dinamismo con que "actualiza" la historia y la hacer latir ante nosotros es brillantePeris-Mencheta consigue hacernos vibrar, nos descoloca con la puesta escena, nos remueve con la intensidad de la pieza a la vez que nos devuelve a la infancia con unas surrealistas escenas corales y unas maravillosas coreografías. 


La historia de estos Castelvines y Monteses nos lleva ineludiblemente a una comparación con Shakespeare, en la que podemos comparar dos maneras distintas de entender el teatro, de dos autores que provienen de tradiciones muy distintas. Si ya de por si los versos de Lope son imponentes, esta versión los encumbra a lo más alto, dándoles una frescura y una viveza encomiables. La historia de estos amantes clandestinos se transporta a un montaje lleno de fuerza, marcada por el tono musical que tan bien ha encajado en la trama, trasladándonos a la más pura esencia italiana. Porque este montaje lo tiene todo, desde la historia de amor que lo sustenta a la intriga de los escarceos secundarios, de la frescura de sus coreografías a las peripecias circenses con las que los actores se deslizan por la escena.

Un elenco formado por trece actores y actrices que disfrutan y nos hacen disfrutar de esta loca fiesta en la que Peris-Mencheta nos sumerge. Un portentoso elenco que se enamora, baila, ríe, canta, salta, se vacía ante nosotros en pro de una creación colectiva impresionante. Esta divertida comedia sobre los amantes de Verona nos hace volar. Si a eso unimos la belleza del verso de Lope, el resultado es un montaje majestuoso, en el que la inmersión en el musical le suma frescura y dinamismo. Para el director, este es "un espectáculo para toda la familia que nos acerque (sobre todo al joven espectador) al teatro del siglo de oro". Como ya hizo en "Lehman Trilogy", busca que "actrices y actores sean además músicos, cantantes y cuerpo de baile que se desdoblan en múltiples personajes".




Historias de amor y desamor, de lucha ante la adversidad, de aventuras románticas y desventuras trágicas. Tres parejas que viven el amor de maneras muy distintas y lo persiguen a su manera. Ellos son Julia y Roselo, Celia y Marín, Dorotea y Anselmo, seis personajes que huyen de su destino, que luchan por afianzar su amor. Paula Iwasaki ("Top Girls", "La villana de Getafe", "La dama boba", "El lugar donde rezan las putas, o que lo dicho sea") es Julia y nos regala un personaje delicioso, lleno de ternura y sensibilidad. A su lado (o más bien frente a ella) está Andreas Muñoz ("La gata sobre el tejado de zinc caliente", "Bodas de sangre", "Hamlet") dando vida a Roselo, el joven enamorado que hará todo lo posible por conseguir que su amor por Julia no sea censurado.

Junto a ellos tenemos, como compañeros de fatigas y aventuras, a Xabier Murua ("¿Quién es el Sr. Schmitt?", "La cocina", "Tempestad") en el papel de Marín, María Pascual ("Birdland", "Agut de sa mare", "The sorcerer’s pub") como Celia, Gonzalo Ramos ("No", "Donde mueren las palabras", "Tres hermanas") dando vida a Anselmo y Almudena Salort ("Metamorphosis", "Hacia la belleza de la noche", "Ocho mujeres") metida en la piel de Dorotea. Tres parejas con personajes antagónicos que nos muestran las diferentes formas de acercarse al amor.



Todo el resto del elenco está impecable desdoblándose en diferentes personajes. Todos ellos no pierden ripio en ningún momento y mantienen el verso en todo lo alto (bajo la asesoría de Pepa Pedroche). Estos polifacéticos artistas son Aitor Beltrán ("Lehman Trilogy", "Dublineses"), Cintia Rosado ("El mago de Oz", "Sueño de una noche de verano"), Ignacio Rengel ("La cocina", "Robos"), Julia Roch ("Terapia 3.0", Roberto Zucco"), Natxo Núñez ("Billy Elliot", "El jovencito Frankenstein"), Óscar Martínez ("¿Quién es el Sr. Schmitt?", "Lehman Trilogy") y Xoel Fernández ("Calígula debe morir", "Noches de hotel"). Trabajo actoral impecable de todos ellos que asombra por su precisión y frescura.


La segunda pata sobre la que se cimenta este proyecto es la música. La dirección y arreglos musicales corren a cargo de Joan Miguel Pérez, mientras que la dirección y arreglos vocales los dirige Ferrán González. Este trío de ases lo completa Xenia Reguant que se encarga, como ya dijimos antes, de la creación de las impactantes y divertidas coreografías. El trabajo de los tres es impecable, consiguiendo que la parte musical se convierta en elemento fundamental de la obra, llegando a tener tanta importancia como los propios personajes. Cada nueva pieza musical es una aventura en la que disfrutar, un nuevo experimento que nos transporta a lugares festivos, una nueva vuelta de tuerca que nos reconforta enormemente.


Si prodigioso es el trabajo del elenco, no lo es menos la escenografía diseñada por Curt Allen Wilmer con Estudios Dedos. Una impactante puesta en escena, con dos espacios bien diferenciados que van mutando a lo largo de la historia para darnos las diferentes (y todas ellas preciosas) estampas en las que transcurre la historia. El ingenio con el que ha creado las dos piezas laterales sobre las que gira la historia (nunca mejor dicho) es un prodigio de imaginación e ingeniería, midiendo cada posición de las mismas y dotando a cada giro un nuevo significado. Hay que destacar también la impecable iluminación de Valentín Álvarez, capaz de dotar a cada escena de una variedad cromática impresionante. Cada plano recibe su tono adecuado, cada escena la textura precisa para que todo se cargue de la energía necesaria en cada momento. Por último tenemos que hablar del atrevido vestuario diseñado por Elda Noriega, que nos hace abstraernos del contexto de la historia para traerla de un plumazo hasta nuestros días. 



En definitiva, Sergio Peris-Mencheta nos vuelve a demostrar su maestría para los grandes proyectos. Lo que se está convirtiendo en una de sus señas de identidad. De una factura visualmente muy poderosa y de un dinamismo brutal, la incorporación de las piezas musicales quita seriedad al contenido, lo que ayuda a hacerlo mucho más dinámico y entretenido. Una obra majestuosa e impecable, con un elenco que funciona a la perfección. No dejen de verla, pasarán una tarde de teatro con mayúsculas. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
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Teatro: Teatro de la Comedia
Dirección: Calle Príncipe 14.
Fechas: Del 16 de Abril al 13 de Junio. De Martes a Domingo a las 19:00.
Entradas: Desde 6€ en entradasinaem. Descargar Programa de mano.

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