Llega a los Teatros del Canal una de las obras más conocidas y representadas -tanto en teatro como en cine- del siglo de oro español. "El perro del hortelano" de Lope de Vega. La Fundación siglo de oro presenta esta comedia bajo la dirección del afamado Dominic Drongoole. Una versión emotiva y emocionante que nos acerca a una de las historias que mejor refleja lo que somos como sociedad, porque hay cosas que poco han cambiado por mucho tiempo que pase.
Lope de Vega escribió el perro del hortelano en 1613. La acción se desarrolla en Nápoles (entonces parte del reino de España) y cuenta la historia de Diana, la condesa de Belfor una joven tan hermosa y obstinada como soberbia y caprichosa, es pretendida por un par de aristócratas que se disputan su amor, pero ella de quien realmente está enamorada es de Teodoro su secretario.
Teodoro a su vez corteja a Marcela una de las doncellas de la condesa. Los celos invaden a Diana hasta tal punto que intenta por todos los medios posibles seducir a Teodoro. La presión llega a tal punto que impide que éste se case con Marcela y es aquí donde se halla el dilema de la obra. Diana no quiere que Teodoro se case porque está enamorada de él y a la vez no puede hacer público ese amor por la distinta condición social de una y otro.
Incluso en esta complicada situación Diana, se ve obligada a elegir entre uno de los dos pretendientes el conde Federico o el marqués de Ricardo.
Teodoro mientras tanto está totalmente confundido, cuando más cercano a Diana se muestra ésta más le rechaza y le humilla. Por el contrario, cuando apenas le presta atención más pendiente se muestra con él. Se trata en definitiva del perro del hortelano que ni comer quiere ni comer deja.
Lo curioso es que el juego de Diana y Teodoro se traslada Marcela con él mismo. Cuando Diana le rechaza, Teodoro vuelve a los brazos de Marcela y de inmediato la rechaza al ser cortejado por Diana. Con el tiempo y ya cansada de este juego la propia Marcela evita a Teodoro con la excusa de que ahora a quien quiere es a Fabio (otro de los sirvientes). Lo que comienza siendo un triángulo amoroso acaba como un cuadrado.
Se trata de una historia donde el amor, los celos, la ambición, la envidia, las traiciones, el honor y la mentira están presentes a lo largo de toda la obra.
La Fundación Siglo de oro tuvo el enorme mérito de representar El castigo sin venganza del propio Lope en el Globe de Londres. Fue la primera vez que se presentaba una obra en dicho teatro de un autor de habla no inglesa. Han producido 13 obras y son los organizadores del Festival Corral de Cervantes que cada verano se desarrolla en Madrid. Pero su vínculo con el Globe viene de lejos, antes de su estreno con Lope ya habían presentado Enrique VIII.
Dominic Dronmgoole, el que fuera director de la compañía Shakespeare’s Globe devuelve visita y presenta en Madrid El perro del hortelano. Nacido en Bristol en 1963 es dramaturgo, guionista y director. En el año 2016 dejó su puesto y ha trabajado en montajes tanto en cine como en teatro.
Responsable tanto de la adaptación del texto como de la dirección de la obra, Dromgoole ha sabido conjugar a la perfección su enorme experiencia trabajando en los montajes de Shakespeare con el gran talento existente en la Fundación Siglo de oro.
Ha optado acertadamente por una adaptación del texto más acorde con los tiempos que estamos. Con una puesta en escena donde se da bastante importancia al trabajo postural de los actores, con un acertado recurso al humor que va desde acentos caricaturescos hasta gestos y expresiones muy exageradas por parte sobre todo de los pretendientes de Diana.
Como contrapunto a éstos destaca la seriedad que llega a rozar la frialdad, incluso en las escenas de más intensa seducción de Diana.
Dromgoole que ya dirigió en su momento otra obra de Lope, Peribañez y el comendador de Ocaña señala que “El teatro de Lope De Vega, como el de Shakespeare, fue un teatro de acción. Representado a la luz del día, sus historias retratan a un ser humano en movimiento, que se cambia a sí mismo y cambia a los demás con patrones dinámicos, a una velocidad de vértigo. Estas tramas psicológicas turbulentas están adornadas con un lenguaje de belleza rica e ingeniosa que sirve de paisaje a sus obras”.
Destaca la sencilla escenografía con un carácter marcadamente minimalista, compuesto por una puerta-arco central y dos laterales que nos recuerda a la estructura de los corrales de comedia propios del siglo de oro. Una sencillez que permite a los protagonistas salir y entrar en escena con rapidez y hacer uso de ella para esconderse o como complemento de su lenguaje corporal.
Impecable Fernando Martínez en la iluminación y muy cuidado el vestuario y el trabajo de caracterización de determinados personajes todo ello a cargo de Jonathan Fensom.
Conviene destacar la música en directo (laudes y flauta) dirigida por Luis Miguel Balandrón, una delicia que unida a la selección de canciones populares de la época hacen mucho más entretenido el montaje. De igual modo conviene no olvidar la sobresaliente coreografía de Patricia Ruz.
En cuanto al extenso elenco está compuesto por Jesús Teyssiere en el papel del marqués Ricardo con unas entradas en escena de lo más variado y divertido. Con bailes y movimientos que inmediatamente nos sacan una sonrisa.
Daniel Llull es el otro pretendiente que poco a poco se va metiendo más y más en su papel hasta casi acabar mimetizándose en un pavo real. Sin lugar a duda la actuación más divertida. Impagable las escenas que tienen juntos.
Julio Hidalgo, notable su actuación que nos ofrece una muestra de su gran versatilidad con una inacabable serie de movimientos, acentos y giros. Un personaje lleno de ironía e inteligencia que se adapta a la perfección a lo que en cada momento la situación requiere.
Mar Calvo que interpreta entre otras a Dorotea, da muestra de un enorme perfil cómico y de un gran dominio de todos los registros en los distintos personajes que realiza.
Cabe destacar también a Manuela Morales en los múltiples papeles que desempeña a lo largo de la obra y a Raquel Varela en el papel de Fabio sirviente de la condesa y paño de lágrimas de Marcela.
Nicolás Illoro da vida a Teodoro, el secretario de la condesa que ofrece una imagen sencilla y ágil. Notable su desesperación ante el ni ir ni dejar ir de la condesa que acaben por desquiciarle sin saber muy bien a que atenerse.
La condesa de Belflor es interpretada por María Pastor con una pose la mayor parte de la actuación seria, incluso brusca en determinados momentos, sabe compaginar esa altivez con una gran delicadeza cuando se deja llevar por los sentimientos hacia Teodoro. Completan el reparto Raquel Nogueira, Daniel Llull y Mario Vedoya que con su saber hacer se complementan a la perfección con sus compañeros.
En definitiva una cuidada adaptación de uno de los textos más conocidos y representado de nuestro siglo de oro. VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
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Ficha artística:
Dirección: Dominic Dromgoole.
Adaptación: Dominic Dromgoole / Fundación Siglo de Oro.
Intérpretes: María Pastor, Nicolás Illoro, Raquel Nogueira, Jesús Teyssiere, Raquel Varela, Daniel Llull, Manuela Morales, Julio Hidalgo, Mar Calvo, Mario Vedoya .
Música: Xavier Díaz Latorre.
Diseño de vestuario y caracterización: Jonathan Fensom.
Diseño de iluminación: Fernando Martínez.
Diseño de escenografía: Fundación Siglo de Oro.
Coreografía: Patricia Ruz.
Dirección Musical: Luis Miguel Baladrón.
Dirección Técnica: Aitana Herraiz.
Coordinación de producción: Ana Ramos.
Diseñadora de vestuario asociada: Carolina Arce.
Prensa: Agua de Lurdes.
Diseño Gráfico: Laura Racero.
Componente Pedagógico: Francesca Suppa.
Distribución: Elena Martínez / Fundación Siglo de Oro.
Vídeos e imagen promocional: Jesús Teyssiere.
Asistente de Dirección: Carmen Salmerón.
Auxiliar de Producción: Pablo Villa Sánchez.
Un proyecto de: fundacionsiglodeoro.org.
Coproducción: beon y Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid.
Colaborador: bekultura.
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