Pórtate bien o viene el hombre del saco, nos decían de pequeños. No salgas sola que viene el coco y te comerá. Pórtate bien que el lobo feroz asoma sus fauces. Tápate, que el dentellado ahora no se agazapa en los bosques. Su aullido está en los parques, allá dónde los grupos de adolescentes se reúnen.
El hombre del saco viste como como el Hombre Invisible, una especie de galán de Hollywood con capa y
sombrero pero, su expresionista sombra, es muy alargada.
El “dream team” qué produjo Prostitución vuelve a la carga. Con dramaturgia de Alberto San Juan, dirección de Andrés Lima y diseño del espacio escénico de Beatriz San Juan, ¿Qué puede salir mal?
En proscenio una prodigiosa Lucía Juárez (quédense con su nombre,
dará que hablar) y Jesús Barranco que no necesitan más que el uno del otro. Se
vampirizan.
¿La propuesta? Un austero escenario con luces estroboscópicas, combinado con videocreación y una cuidada música, presentan una clase de teatro documento, dónde los malos también son víctimas.
En situación, una adolescente que no encaja y un hombre,
aparentemente normal -dicen todos- que por las noches se transforma en M, el
vampiro de Düsseldorf. Dos soledades que se hacen daño. Dos personas necesitadas de esa
simbiosis de violencia para seguir adelante. Dos seres que necesitan de ese
chute, pura droga, que destruye vínculos.
Para escribir y hacer el montaje, San Juan y Lima se han
documentado rodeándose de un nutrido grupo de adolescentes que han hablado
claro de lo que les atormenta.
Las videocreaciones, son un cúmulo de titulares y cebos televisivos que normativizan lo violento, que blanquean la maldad y que culpabilizan a las que son víctimas. Huelga decir que en su mayoría, son mujeres, aunque el protagonista, sin ser un Prometeo, también está encadenado a su propio y trágico destino.
Son setenta minutos en los que el espectador tendrá que cerrar los ojos más de una vez para asirse fuerte a la butaca.
El texto tiene frases que te explotan en la cabeza y no te
dejan indiferente. Titulares que hemos engullido de los medios de comunicación
como si fueran palomitas.
Asesinato y adolescencia es un intento de acercamiento
a esa edad tan crítica y necesaria para el desarrollo.
Es la historia de Luis y Lucía, dos soledades que beben de su propio dolor y del ajeno, para poder vivir.
Dice Andrés Lima que necesitamos de un curso de educación
afectiva, sexual, empatía, comunicación, autoexploración y autocuidados, para que las posibilidades de amar a otros se
den. Y qué razón tiene si no queremos, que las nuevas generaciones, sean un
reguero de cadáveres emocionales.
De Alberto San Juan
Dirección Andrés Lima
Con Jesús Barranco y Lucía Juárez
Coro de adolescentes Conchi Albiña, Lucas Alcázar, Mari Carme Chiachio, Valentina Lima, Álvaro Ramírez, Bruna Pérez, Julen Gadi Katzy, Miguel Moya, Bruna Lucadamo, Pedro Vega, Miriam Pérez y Alfredo Domínguez
Diseño de espacio escénico y vestuario Beatriz San Juan
Diseño de iluminación Valentín Álvarez
Música y espacio sonoro Nick Powell
Diseño de sonido Enrique Mingo
Videocreación Miquel Àngel Raió
Producción Checkin Producciones Joseba Gil
Ayudante de dirección Laura Ortega
Residente ayudantía de dirección Teatro Español Cristina Simón
Una producción de Checkin Producciones y Teatro Español
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