Teatro: Faraday (El buscador), en el Teatro Galileo

Lo que la ciencia ficción suponía en el siglo pasado, en sus peores augurios, se está cumpliendo a paso demasiado rápido en la realidad. En mundo gira en torno a internet y todo lo que hacemos, decimos o queremos no plasmamos ahí, como si de un diario se tratase. Nada de esto sería dañino si fuese porque hay gente que accede a todos esos datos que nosotros metemos alegremente en la red. Datos de nuestros gustos, nuestras inquietudes, nuestros miedos, que pueden ser manipulados para utilizarnos de la manera más interesada. En principio estos datos se utilizan para saber nuestras preferencias a la hora de mandarnos publicidad, pero ¿Y si se utilizasen para otros fines menos lúdicos?

Al entrar en la sala del teatro entramos de lleno en una realidad paralela, en un mundo distinto al que conocemos, una ficción que se desarrolla muy lejos de nuestra vida (o quizás no tanto). Las pantallas que presiden el escenario nos hacen intuir que estamos ante un montaje actual, tecnológico, que habla sobre los peligros y virtudes de un mundo tan globalizado, en el que todo está dentro de la red (al menos una inmensa mayoría) y de la que algunos se aprovechan para utilizar los recursos que ofrece nuestra "obediencia" al sistema para utilizarlo para sus propios fines.


Esta apabullante obra sobre el universo tecnológico ha sido producida por la Compañía Salvador Collado y Suprime Teatro, que nos muestran el lado más oscuro de la red, aquel del que siempre se habla pero no queremos pensar que exista. El autor Fernando Ramírez Baeza, que ya nos sorprendió con su thriller "Subprime" hace unos años, nos mete de lleno en el hiperrealismo del mundo de la tecnología en el que vivimos, mostrando que los oscuros mundos de la red van mucho más allá de la realidad, ya evidente, de que somos espiados y manipulados por agentes externos a nosotros mismos. Una obra que nos alerta sobre la pérdida de la privacidad, la globalización mal entendida que nos deja al descubierto ante el mundo, por culpa de las redes sociales y la tecnología mal entendida.



El propio autor hablaba así de la idea de la obra: "hemos jugado con todo lo que es internet y con quién está detrás de Google. Una de las ideas que se me ocurrió es que, si las agencias de inteligencia manejan internet, controlan también el mundo en la época actual. Uno de los personajes es un agente de la Agencia de Inteligencia Americana que va detrás de un invento que va a revolucionar internet y que otorga un poder brutal al que lo posee. Y todo esto lo escribí antes de que apareciera el personaje de Edward Snowden. ¿Cómo puede ser que una cosa de la ficción al final acabe pasando en la realidad?" sencillamente, y por mucho que nos duela, la realidad supera en muchos casos a la ficción.


El director Paco Maciá, nos muestra un espectáculo basado en la tecnología, en el que las pantallas y lo que en ellas vemos se convierten en parte fundamental de la trama. Conocido por su faceta como profesor de danza y movimiento para actores, ha estado al frente de la Compañía Ferroviaria, con la que ha llevado a cabo montajes como "Silencis", "Equus" o "Himmelweg, camino del cielo". Maciá nos propone un juego más allá de la propia interpretación en esta obra, en la que los actores son marionetas en manos de la tecnología. La idea principal de la obra en conseguir transmitir el sometiemiento al que nos vemos abocados por la red, por ello busca que las pantallas sean la parte más impactante del montaje, dejando a los actores en un nivel inferior, del que deban sobreponerse para salir de este mundo que nos tiene abducidos.


Esta producción de Faraday Teatro nos hace plantearnos la "verdad" que se encierra dentro de las redes sociales. Twitter se ha convertido en el contenedor en el que la gente vierte todas sus opiniones, eso que antes comentábamos en los bares y que ahora soltamos a golpe de tuit sin importarnos las consecuencias. Las apariencias de las redes sociales se convierten en un arma de doble filo, dando acceso a nuestras inquietudes a gente que puede hacer un uso fraudulento de ellas. El buscador de Google se ha vuelto indispensable en nuestras vidas, y siempre que queremos saber algo lo consultamos. Es tal la información que tiene sobre nuestros gustos e inquietudes que puede manipularnos a su antojo. En él buscamos todo lo que nos interesa, pero también lo que nos inquieta y nos preocupa, por lo que la información allí almacenada puede golpear donde más nos duele.

La obra va más allá y nos plantea la posibilidad de que esos datos que volcamos en la red estuviesen al alcance de cualquiera, si más allá de las grandes corporaciones de que controlan el tráfico de datos en internet, cualquier persona pudiese saber todo lo que hacemos y buscamos en la red. El autor lanza esta inquietante pregunta al respecto "¿Qué ocurriría si alguna empresa desarrollara un sistema para vulnerar ese ámbito restringido y hacer que nuestra intimidad fuera accesible no sólo para los centros de poder, sino para el resto de usuarios?¿Qué tipo de sociedad se generaría?" La pregunta asusta, pero quizás si nos lo paramos a pensar asuste aún más las posibles respuestas. Una sociedad sin intimidad, en la que todos tenemos la posibilidad de conocer al vecino como a nosotros mismos.



La jaula de Faraday es un efecto electrofísico que está de actualidad por hacer que los móviles y tabletas dejen de funcionar, así como todas las señales digitales. Un científico inglés, de nombre Faraday, describe como se puede conseguir que las ondas electromagnéticas no pasen, lo que deja "encerrado" a todo el que permanece en el interior, sin posibilidad de acceder a ningún tipo de dispositivo digital. La idea de este montaje es concebir que esa red en la que todo permanece oculto se abriese, o que alguien tuviese algún interés en abrirla. Todo aquello que guardamos como oro en paño, aquellos secretos más íntimos que no desvelamos a nadie, saldrían a la luz y cualquiera podría verlos. Estaríamos dispuestos a dejar que eso ocurra? Podemos vivir sabiendo que nuestra vida es de carácter público?


Este supuesto invento que va a revolucionar el mundo de internet está escondido en una central de alta seguridad, donde dos trabajadores, Linda y Matt, pasan la noche vigilando las calles de Nueva York. Lo que parece ser una tranquila noche más, se acaba convirtiendo en unas horas trascendentales para el futuro de la Humanidad, una intensa jornada que pone en peligro sus vidas... y la seguridad del resto del mundo. El oscuro objeto de deseo por el que se pelean las mayores empresas tecnológicas del mundo pero también la CIA corre el peligro de caer en las manos equivocadas y sembrar el caos. Este imponente invento es capaz de atacar de forma directa a la privacidad de las personas en internet (algo que no está tan alejado de lo que ocurre en la actualidad).



El elenco, encabezado por los televisivos Pedro Miguel Martínez ("El ministerio del tiempo"), Ana Turpin ("Amar en tiempos revueltos") y José Manuel Seda ("Perdóname, señor") mantienen la tensión en este inquietante thriller en el que la acción no pierde intensidad en ningún momento. Alicia Montesquiu y Javier Collado llevan el peso de la obra, en los papeles de Linda y Matt, los cuales se ven envueltos en una serie de situaciones que superan sus obligaciones y que les harán pasar más de una situación límite.



Sin duda, en un montaje de estas características, la escenografía y el audiovisual juegan un papel fundamental. Los decorados futuristas, de película de ciencia ficción, han sido diseñados por Ángel Haro, que ha querido centrar la escena en las grandes pantallas que van guiándonos por toda la historia. Como ocurre en la realidad, son las pantallas las que marcan el ritmo de nuestras vidas, como en este caso marcan el ritmo de la obra. Pero estas grandes pantallas no tendrían razón de ser sin el increíble trabajo en la parte de audiovisual de Bamstudio, que nos enganchan desde el primer momento con sus imágenes impactantes. Para completar una cuidada e impresionante producción técnica, hay que destacar la lúgubre y tenebrosa iluminación de José Manuel Guerra, que nos enmarca en lugares inhóspitos y oscuros, en los que prima la imagen sobre la realidad.

Con una puesta en escena espectacular, invadida por la tecnología, y un texto que no baja la guardia ni un momento, esta inquietante historia nos acerca a un género poco habitual en teatro, y que vemos que funciona a la perfección. Pero más allá de la propuesta visual y estética, la obra va mucho más allá, y nos hace profundizar en la realidad que vivimos, en la que estamos atados de pies y manos por la red, la cual sabe todo de nosotros y estamos expuestos a que utilice esos datos a su antojo. Es interesante reflexionar sobre una vida tan individualizada, en la que por el hecho de estar conectados pensamos que tenemos todo al alcance y sólo mostramos lo que de verdad queremos que la gente vea. Pero propuestas como esta nos hacen pensar lo equivocados que estamos, lo mucho que volcamos sobre nosotros en la red y lo inconscientes que somos sobre el uso que se hace de esos datos.
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Faraday (El buscador)
Teatro: Teatro Galileo
Dirección: Calle Galileo 39.
Fechas: Jueves, Viernes y Sábados a las 20:00, Domingos a las 19:00.
Entradas: Desde 19€ en gruposmedia, ticketea, entradas.com, atrapalo. Del 13 de Septiembre al 14 de Octubre.


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