"El reto que se nos planteaba a nivel dramatúrgico era, por un lado transformar el diálogo en monólogo sin que ese ritmo se rompiera, y por otro que las vivencias que contaban estos dos tipos (que compartían piso y se pasaban el día sentados en un sofá viendo la tele) pudieran ser trasladadas y creíbles para una mujer sola. La primera cuestión la hemos solucionado transformando al público en interlocutor. Desde el primer momento, Octavia compartirá con los asistentes su necesidad acuciante de contar sus cosas. Ella quiere que el público sepa lo difícil que ha sido su infancia, siendo la pequeña de 53 hermanos, todos chicos. En cuanto al segundo tema, el de trasladar las vivencias de dos solteros cuarentones a un personaje femenino, no ha sido complicado. Todos y todas sabemos de la rutina, de querer romperla, de salir al mundo para que nuestras expectativas se hagan realidad y al final acabar pensando si tanto esfuerzo ha merecido la pena" explican las responsables de esta divertida (y muy lograda en cada uno de los propósitos de los que nos hablan) adaptación.
José Martret y Mapa Pastor han sido los encargados de dirigir está bomba de relojería, que se va cargando de surrealismo y toques de humor irreverentes para estallar en un final apoteósico. Estrenada en el mes de Marzo dentro de la segunda edición del ciclo "Mujeres a escena" (una de las múltiples iniciativas interesantes que se están realizando en los Teatros Luchana), no ha dejado de cosechar éxitos entre la crítica y el público, que no deja de reírse en toda la obra (aunque siempre puede haber algún maleducado como el que nos tocó sufrir a nosotros, que no para de comentar la función en voz alta) y disfruta de la fuerza y espontaneidad de una actriz que hace de Octavia un personaje entrañable y muy divertido.
Octavia comienza contándonos lo que ha sido su vida, que hasta el momento se puede considerar que ha sido un auténtico desastre, es una perdedora nata. Pero ante nuestros ojos decide cambiar su su vida y comenzar a hacer las cosas bien: madruga, aprende inglés, hace un curso de informática, manda doscientos curriculums y aún le queda tiempo para ir a bucear y encontrar el Titanic. El tiempo puede ser muy rentable cuando se hacen bien las cosas... A partir de este radical cambio de costumbres su vida da un vuelco absoluto y se convierte en una delirante historia plagada de momentos memorables. Una serie de sucesos increíbles cambiar por completo la vida de Octavia, convirtiéndola en una mujer de éxito.
La pequeña de 53 hermanos (todos varones menos ella) ha decidido dejar de ver pasar la vida por delante de sus narices sin lograr nada y actuar. Toma las riendas de su vida para ser dueña de su propio destino. Un cambio de actitud que le lleva a una espiral de momentos a cual más surrealista, en el que consigue, sin apenas proponérselo, la notoriedad que pensaba que nunca alcanzaría. Esta historia nos habla del absurdo de la vida, de las relaciones personales (con sus padres, con su novio, con la gente que ahora la adula) y el éxito.
La encargada de dar vida a este peculiar personaje, cargado de sinceridad y sencillez, es la actriz Elena Octavia (que ha sido también una de las encargadas del texto), que nos muestra a una mujer de cuarenta y tantos años que vive con sus padres y necesita dar un vuelco a su vida. La naturalidad con la que la actriz ha creado el personaje de Octavia es, sin duda alguna, uno de los puntos fuertes del montaje. Una mujer cercana, con la que todos podemos sentirnos identificados, tanto por su situación personal al inicio de la obra como por su reacción ante todo lo que le pasa. La actriz aparece sola en escena, pero es fundamental la "actuación" de los padres, que aparecen como voces en off, interpretados por Marta Fernández Muro y Enrique Martínez.
La actriz Elena Octavia da un auténtico recital de muecas, gestos y bailes, una interpretación que da alas a la obra, marcada por la innegable vis cómica de la intérprete. Licenciada en arte dramático y filosofía, la actriz tiene una amplia experiencia en la interpretación, con trabajos también como productora y directora teatral. También ha realizado incursiones en la pequeña pantalla, destacando su papel de Mariola en la serie "Estados alterados, Maitena", sobre la popular tira cómica. También ha realizado una labor intensa en escuelas infantiles y colegios como cuenta cuentos, y con su compañía Piedra Papel Teatro imparte talleres para niños y niñas.
La sencilla escenografía (diseñada por Emilio Valenzuela) se centra en una mesa llena de cosas, donde está el ordenador, el teléfono, los libros y muchas de las cosas que va utilizando Octavia a lo largo de la obra. Este decorado que nos recuerda al salón de cualquier cosa viene secundado por elementos clave a cada uno de los lados del escenario. A un lado aparece un perchero que la actriz utiliza hasta como micrófono, y una divertida pared con una ventana por la que habla con sus padres. Del otro lado encontramos una gran ventana (que cobrará protagonismo al final de la obra) con un banco corrido debajo de él, donde la protagonista guarda todos sus vestuarios, desde una equipación de fútbol a un uniforme del ejército.
Para esta obra resulta fundamental la parte técnica, en la que destaca la grabación de sonido y espacio sonoro, creación de Juan Moris Balandrón. La sencilla ventana por la que se habla con los padres, la ventana por la que ve como se acaba el mundo, una cuidada creación dentro de un montaje muy clásico en su forma, pero con gran ingenio en su parte audiovisual. Por último hay que destacar el diseño de luces de Holga Rodríguez Blanco, que nos crea un ambiente muy acogedor en la mayor parte de la obra, con momentos de "mayor exposición" en los momentos más públicos de Octavia.
Teatro: Luchana
Dirección: Calle Luchana 38.
Fechas: Sábados a las 22:30.
Entradas: Desde 8€ en teatrosluchana, atrapalo. Del 12 al 26 de Enero.
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