En
la sala pequeña del Teatro de la Comedia se está viviendo algo insólito,
Segismundo encarcelado en una torre, preso como las bestias, exhalando rabia y
gritos a la libertad sin bien saber lo que la libertad misma significa, ya que
nunca gozó de ella.. y serán el poder, el perdón, la ira lo que nos encontremos
al sentarnos en la butaca, ya se respiran las sensaciones porque ya leímos a
Calderón, porque ya vimos a Segismundo
otras veces con su furia y desconsuelo.
Por
mucho que leamos a Calderón de la Barca siempre parecerá una lectura nueva, sus
obras en escena, maravillas desde la superficie o el alma, indiferente el lugar
desde donde lo miremos. Cualquier arista, cualquier enfoque es un alegato a la
libertad, al poder, o camino cercano a las entrañas de lo humano.
En
este caso, Helena Pimenta se despide de la dirección de la Compañía Nacional de
Teatro Clásico, del modo mas plausible, cerrando la cuadratura del círculo, con
aquella obra con la que comenzó a caminar y fascinó a propios y extraños, “La vida es sueño “ una de las obras mas
arriesgadas y solícitas a su vez del teatro clásico.
Entradas
agotadas, acceso a ensayos generales, un patio de butacas que se torna
protagonista y equipos técnicos y artísticos a pleno rendimiento han sido entre
otros, los logros conseguidos por Pimenta que ha puesto el esfuerzo, el
conocimiento y la energía al servicio de la institución. Un teatro vivo en
palabras mayúsculas.
Pero
a nosotros hay algo que nos parece mucho mas importante, una impronta ya seña
de identidad de Pimenta y que la acompañará siempre, haber conseguido que cada
día mas jóvenes se hayan acercado al teatro clásico y hayan disfrutado expectantes y atentos cada función. La difusión de
cultura, el acercamiento al público, algo tan incuantificable que se torna mas
importante que cualquier cifra o número.
Juan
Mayorga versiona “La vida es sueño” para
hacer las delicias de un público entregado al hecho teatral, sin perder un
ápice en la esencia del texto y el contexto, de una obra que nunca podremos
entender completamente, ya que sería el resultado de comprender la conciencia de existir. Helena Pimenta dirige a
un elenco que brilla en escena, una dicción y verso por parte de actores y
actrices del mas alto nivel con la asesoría de verso de la mano de Vicente
Fuentes.
Si
bien, no damos por hecho que leyeron la obra y se lo contamos:
El
nacimiento de Segismundo dio muerte a su madre y en ese momento el Rey Basilio
entendió que lo predicho por las estrellas y el oráculo, era cierto. La mas
salvaje bestia entre las bestias había nacido, y no era digno de ser príncipe
ni de heredar el trono. El demonio encarnado en Segismundo sería encarcelado en
una torre, únicamente vería a su tutor Clotaldo, del que aprendería leyes y
ciencias, pero nadie le explicó las cuestiones del alma, ni su propia procedencia. En el momento en que el trono está en juego,
el Rey Basilio decide probar a Segismundo liberándole de las cadenas para comprobar
si podía ser un buen y justo gobernante haciéndole creer que todo había sido un
sueño.
Permítannos
que esta tan reducida sea nuestra sinopsis, ya que les animamos a que sin duda lean
el texto original y se sorprendan con cada circunstancia y personaje.
Alejandro
Pau en el papel de Segismundo, extiende una interpretación inmensa que llena la
escena, cuando únicamente puede moverse unos palmos, los arneses asidos a su
cuerpo, la introspección del actor transmitiendo la lucha entre la ira, el
perdón y una sonora petición de ayuda en su gesto, ante un mundo que no
entiende porque le es y siempre le fue ajeno. Un Segismundo desgarrador, que
nos llevará a lo mas profundo del ser, alejándose de un hecho narrativo o
superficial junto a Irene Serrano en el papel de Rosaura compondrán una bomba
explosiva en la que nos adentraremos de su
mano en los montes que llevan a la torre, y entraremos con ella en palacio, una
actriz que se mueve tan ágil en cada situación que será sin duda la que nos irá
llevando de su mano.
¡Albricias!
Clarín, un personaje necesario, contrapunto y foco de situaciones que nos harán
volver a un estado mas distendido, menos esencial pero igual de necesario, que el
actor encarna de modo meritorio, será punto de color entre claros y oscuros,
ayudado por una inteligente propuesta llevada al clown, en la que la resolución
de esta empresa es mas asequible.
Un
comedido y correcto José Luis Verguizas interpretando a Clotaldo, hará las
veces de tutor de Segismundo, padre de Rosaura y vasallo del Rey Basilio, el
actor infiere con cada uno de los personajes un segundo plano que le mantiene
presente a lo largo de la función.
Completan un armonioso elenco que será conciencia, narración e hilo conductor si cabe, Íñigo Álvarez de Lara, Mariano Estudillo, Anna
Maruny, Aisa Pérez, Pau Quero, Alba Recondo, Víctor Sáinz, Fernando Trujillo,
Juan de Vera. En un todo coral, en el que sobresale el trabajo de Nuria Castejón en el trabajo de coreografía y Jose Tomé como asesor artístico.
Escenografía de la mano de Mónica Teijeiro junto a Juan Gomez Cornejo en un imponente trabajo de iluminación, aprovechando minuciosamente cada espacio y recoveco, ya fuere en batallas ó duelos . Eduardo Vasco en el trabajo de espacio sonoro, utilizando música en directo nos acompañará a lo largo de la función donde Pau Quero será una parte esencial.
Una obra de la que salimos sin saber, si fue un sueño o si estamos soñando ahora. Majestuosa despedida de Helena Pimenta en la dirección del CNTC.
Teatro: Teatro de la Comedia
Dirección: Calle Príncipe.
Fechas: 13 de septiembre al 20 de octubre. Encuentro con el público. 3 de octubre.
Entradas: Desde 6€ en entradasinaem. Hasta el 20 de Octubre.
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