Según la RAE, pánico es “dicho del miedo o terror: extremado y muy
intenso y que a menudo es colectivo o contagioso”. Pánico fue lo que sentimos
en algún momento al ir hacia el teatro con la manta de agua que estaba cayendo.
Afortunadamente, tras la tempestad, llegó la calma. Y tras la
calma, el disfrute. PÁNICO. El disfrute
de una obra actual, cercana y bien llevada al teatro, con una viveza y un ritmo
donde los personajes nos ayudan a alcanzar ese pánico que van desarrollando,
pánico al amor, al compromiso, a las relaciones… Pánico a la vida en sí, con
esa necesidad imperiosa de tener todo controlado en cada momento para llegar
así a una felicidad de cristal donde lo efímero es lo que al final nos queda.
Bendita sensación.
Pánico nos habla de la visión
de tres personajes masculinos de todos estos temas, miedo, amor, relaciones,
compromiso, búsqueda de identidad, sensaciones…Y nos lo muestran con tres
enfoques muy distintos, que se interrelacionan y complementan para hacernos
ver esa marea de sentimientos a la búsqueda de preguntas trascendentales , a
veces sin una respuesta precisa.
Un
galimatías en toda regla, donde lo
sencillo y lo cotidiano no tienen cabida en esta maraña de vida que llevamos,
ya a una determinada edad. ¿ No creen ? Leo ( interpretado por Luis Flor, con unos toques que a mí
personalmente me recordaban en algunos momentos a Carlos Iglesias ) es el personaje con una visión más sencilla
de la vida, que no simple. Su novia de siempre le pide que reflexione sobre
su relación; preguntas que ni él mismo sabe buscar, y mucho menos responder.
Luis
Flor le da al personaje una comicidad y
una ternura que nos hace identificarnos inmediatamente con él, empatizando en
su búsqueda, con ese deseo de ser “normal” en un mundo que a veces ha dejado de
serlo. Nos regala también una disertación escatológica muy muy divertida. Y
Leo busca ayuda. Y va a casa de Max, su amigo. Ese personaje místico y
trascendental que busca en la auto- ayuda y en su interior la salida a una
crisis de pareja donde intenta buscar positivismo en un aislamiento y la propia
búsqueda de su identidad. Felipe Andrés
nos lleva a adentrarnos en ese mundo que tanto nos asusta, que nos puede llevar
al pánico al bucear en nuestro interior. Una gran interpretación con un rol
paternal que acoge, adoctrina y muestra el camino a su amigo. En realidad, él
también está tratando de salir del pánico en el que se ha convertido su vida .
Y gracias a esa nueva visión, intenta rehacer su propio camino. Entra en acción
también Javi, hermano de Max. El triunfador, con un programa de televisión de
éxito. El vividor, un tanto misógino también, con una visión de las relaciones
trivial, sincera, y actual también.
El fucker del grupo, con una vida aparentemente encarrilada,
aunque en el fondo es el más perdido de todos, porque nunca se ha planteado
nada más que él, solo él y después él. Sin saber gestionar sus propios miedos,
su pánico. Mon Ceballos afronta este
personaje con algún toque estereotipado, pero donde vamos viendo su propia
evolución, con un giro al mismo acompañado de un desnudo externo, que en
realidad es un desnudo interior del personaje, muy logrado. Muy de verdad.
Con una gran adaptación de Nando López y
una acertada dirección de Quino Falero, tras psicodramas, verborreas,
gritos, guiños al espectador, cámaras en el baño donde los personajes desnudan
su alma y nos muestran su evolución, vamos entrando con ellos en pánico. Todo
con una comicidad sana, sincera y de verdad que nos ayuda también a reflexionar
de un modo mas desenfadado de una losa actual en cualquier relación que se
precie a partir de una cierta edad. El
dichoso miedo al compromiso, todo desde una visión masculina de las relaciones,
que intuyo que podría ser muy distinta si la obra la hubieran protagonizado
tres mujeres.
Podría ser un enfoque muy interesante ver como gestionan el pánico
desde el otro lado. Esta comedia fresca y vertiginosa nos deja un gran sabor de
boca y ganas de charlar del tema al salir del Luchana.
Así pues, tranquilidad, no entren en pánico, vengan a verla y
disfruten. El buen rato está asegurado.
Pánico
Teatro: Teatro Luchana
Dirección: Calle de Luchana, 38
Fechas: Del 16 al 31 de Agosto.
Entradas: Desde 13€ en teatrosluchana, atrapalo.
Acceso: Sala 2, Accesible a todas las personas con movilidad reducida
Imposible describir mejor una obra en la que ries, te sorprendes y te acercas con ternura a cada personaje. Los tres nos reflejan partes de nosotros mismos y nos hace recordar que, para poder vivir el amor debemos ser honestos con nosotros mismos y con el otro, permitiéndonos expresar nuestras emociones.
ResponderEliminarMuy recomendable