Teatro: Estado B. Kitchen/Ruz Bárcenas. Teatro del Barrio

 La realidad supera muchas veces a la ficción, por eso esta tendencia del teatro documental tiene tanta fuerza en si misma, ya que nos ayuda a profundizar en temas que de otra manera sólo ojearíamos desde la distancia, con el sesgado filtro de un periódico o un telediario. Porque el mayor interés de este tipo de montajes, es que no añaden nada, sólo transcriben aquello que quedó plasmado en el sumario de un juicio. El interés de poder escuchar lo que allí se dice nos pone frente al problema de forma directa, sin intermediarios. De este modo estamos más cerca de la verdad, al menos de los hechos acaecidos durante la vista oral del juicio, algo que de otro modo siempre nos llegará más o menos manipulado.




Necesario y didáctico, este montaje al que podríamos denominar como la ampliación de "Ruz Bárcenas", es la constatación de que el entramado urdido por políticos, empresarios y policías como Villarejo, nunca dejará de sorprendernos. Es necesario reiterar, antes de que acudamos a ver la obra, que todo lo que en ella se dice es real, es el reflejo de grabaciones, declaraciones, interrogatorios, que ya forman parte de nuestra esperpéntica sociedad. Hechos como los que se añaden en esta nueva pieza constatan que las redes clientelares tejidas por el partido popular son lo más parecido a una película mafiosa que hayamos podido conocer. Creo que Coppola estaría encantado viendo como nos las gastamos en nuestro país. 


Jordi Casanovas se ha hecho un experto en este tipo de montajes. Tras la demoledora obra "Jauría" y la impactante "Ruz Bárcenas", llega el momento de continuar con los montajes que reflejan de una manera objetiva lo ocurrido en nuestra realidad judicial. La pieza de la Kitchen, esa oscura historia capitaneada por el comisario Villarejo, ha sido la excusa para volver a profundizar en la temática judicial, ya que el interés de este tipo de historias van mucho más allá de la política. Esta obra nos muestra la podredumbre de un sistema, las corruptelas que ciertos desalmados son capaces de hacer por un puñado de billetes. Porque no nos engañemos, toda esta panda de personajes que aparecen en esta historia se mueven exclusivamente por el dinero, dejando atrás cualquier principio moral o ético. Vivimos en una sociedad en la que todo se puede comprar con dinero, y si además no tienes escrúpulos tu futuro será aún más "ventajoso".


La dirección de Alberto San Juan es sencilla pero eficaz. El foco es evidente donde hay que ponerlo. El enfrentamiento, tanto físico como verbal, del juez y el ex tesorero, es poderoso, potenciado por ese pasillo de luz que los une. Poco más hay que aportar desde la dirección, ya que la mimetización de los actores con los personajes es absoluta. San Juan cambia de tono en la segunda parte de la obra, para dar más valor a la clandestinidad de los hechos que se cuentan. La composición escénica de la primera parte, lineal y enfrentado a los dos protagonistas, mucho más solemne e institucional, contrasta con la segunda, en la que Villarejo y su compinche (el chófer de la familia Bárcenas) dialogan en tono más distendido en torno a una mesa. La pieza se nos muestra lúgubre, tenebrosa, con el ex comisario llevando la voz cantante de este complot urdido para conseguir los famosos papeles del ex tesorero. 


Solo por volver a disfrutar de Pedro Casablanc ("Yo, Feuerbach", "Torquemada", "Hacia la alegría", "Los cuentos de la peste") interpretando a Bárcenas merece la pena acercarse a esta nueva producción del Teatro del Barrio. En el imaginario de muchos de nosotros Casablanc ha conseguido ser Bárcenas, hasta tal punto que el "original" nos parece una mala copia del actor. La chulería, la altanería, la falsa seguridad en si mismo, todo mínimo gesto de los que hemos visto del ex tesorero son milimétricamente ejecutados por el actor, que los lleva a su terreno. Lejos de ridiculizar al personaje lo convierte en un personaje mucho más sórdido y misterioso que el que vemos habitualmente por televisión en los juicios. Nada de lo que podamos escribir en estas líneas se acercará a lo que es la interpretación de Casablanc, una verdadera obra de arte que ya ha trascendido hasta el punto de ser su papel más reconocido.



Junto a él, como en su antecesora, tenemos a Manolo Solo ("Smoking Room", "Los cuerpos perdidos", "Mrs. Dalloway", "Los últimos días de la peste") en el papel del juez Ruz. Un personaje que no deja de sorprenderse ante toda la información que le da Bárcenas, que en un primer momento se había negado a colaborar. El papel del juez sirve como contrapunto al del ex tesorero. Es un hombre calmado y sosegado, frente a la bravuconería del juzgado, un tipo tranquilo que se ve por momentos sobrepasado por lo que escucha. Manolo Solo esta excelente en su papel, con una serie de gestos y muecas que dicen más que muchas frases. Comedido y eficaz, el actor se mantiene en un segundo plano ante el arrogante personaje que interpreta Casablanc.



Los actores descomunales que nos dejan unas actuaciones impecables. Las miradas, los gestos, todo encaja a la perfección en un montaje de por si complejo por lo escabroso del tema. Pero los actores miden a la perfección cada pausa y cada palabra, consiguiendo una fluidez y un ritmo muy alejado de lo que entendemos que es un juicio. Las demoledoras confesiones del tesorero, acusando directamente a muchos de los que eran primeras espadas del partido, van completando un puzzle que vamos descubriendo con el mismo asombro que expresa el juez Ruz. Un montaje centrado en la figura, ya caricaturesca en si misma (pero al que Casablanc ha dado un punto de chulería y sarcasmo brillantes), de Bárcenas, se compenetra a la perfección con el contrapunto que da el juez, mucho más tranquilo y con la intención de sacar toda la información que el ex tesorero esté dispuesto a darle.


En esta nueva versión de la obra, se introduce una parte referida a la pieza de la KITCHEN, en la que podremos ver al ex comisario Villarejo (descomunal de nuevo Casablanc) en tratos con el chófer de la familia Bárcenas, para que le consiga información sobre donde están los famosos papeles que tantos quebraderos de cabeza han dado y que siguen siendo un misterio. Una conversación mucho más distendida que la del juicio, en la que los dos actores nos muestran la oscura relación que mantuvieron los dos personajes representados. Casablanc vuelve a mostrarnos su camaleónica capacidad para crear personajes memorables en cuestión de minutos. Aunque con algunos rasgos que pueden ser similares con el ex tesorero, el Villarejo que vemos aquí es otra joya, chulo y sobrado, mafioso y amenazante, disfrutamos tanto con este personaje que asistimos atónitos a todo el poder que manejaba y los hilos que movía.


Viendo la interpretación que nos regala Casablanc dando vida a Villarejo, desde estas humildes líneas querría pedir urgentemente un biopic de la vida de este oscuro personaje, que creo que podría ser una joya del nivel de la que nos ocupa. Un personaje mafioso, grotesco, al que el actor ha sabido captar en toda su esencia, y del que creo que se podría/debería sacar más partido. Es un diamante en bruto que no se debería desperdiciar. Con la de escuchas, declaraciones, insinuaciones y amenazas que ha realizado, el ex comisario da para una obra entera... mínimo. Casablanc consigue sacar todo lo sórdido del personaje para una creación fabulosa.


En definitiva, creo que ha sido un acierto este nuevo episodio de la trama en torno a la figura de Bárcenas, con la aparición estelar de Villarejo. Tan necesaria como su precuela, este montaje nos ayuda a ver un poco mejor como es el sórdido mundo de la política del Partido Popular, en la que parece que nada se hace de forma legal. Tramas de corrupción, sobornos, sueldos el B, todas estas cosas que nos suenan de verlas de pasada en la prensa, tienen que verse de forma más directa, para que la gente pueda llegar a entender como se las gasta gente como Villarejo, Bárcenas, y los que les rodean. Una maravilla como pieza teatral, una historia lamentable como trama jurídica. Esperamos con impaciencia nuevos episodios.... VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
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Teatro: Teatros del Barrio
Dirección: Calle Zurita 20.
Fechas: Del 23 de Enero al 28 de Marzo. Sábados y Domingos a las 20:00.
Entradas: Desde 19€ en TeatroDelBarrio.

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